Científicos expertos en glaciares ya están preparando la primera fase para llevar hielo desde los Alpes hasta las profundidades de la Tierra. Esto puede sonar a locura, porque no parece tener mucho sentido. Sin embargo, estos primeros trozos de hielo que se van a transportar a una cueva del Antártico, será para la primera librería internacional de hielo del mundo. Antes de que dejes volar tu imaginación, te diremos que no es una librería con libros hechos de hielo. La idea es preservar toda la información que contiene el hielo antes de que algún día pueda desaparecer. Para los que son capaces de leer estas muestras de hielo, los datos que se pueden sacar son enormes. Se puede verificar los cambios de temperatura a largo plazo, como también las concentraciones de gases y agente contaminantes.
El problema es que según los glaciares se van fundiendo, su historia desaparece con ellos. Por este motivo los científicos están planeando coger grandes cilindros helados de muestra llamados núcleos de hielo. Se tienen que sacar de las cumbres de las montañas y luego mantenerlo en las cuevas preparadas para ello.
La idea viene inspirada por algo similar que se hizo hace algún tiempo, y que fue guardar cientos de miles de semillas en una bodega. Se hizo en caso de que una crisis alimentaria mundial y así tener suministros de semillas en el peor de los casos. Las semillas están enterradas en un lugar bien protegido a unos 120 metros de profundidad en una remota isla del ártico noruego.
Los científicos también están preocupados para que las muestras estén los más seguras posibles. En este caso la amenaza es el calentamiento global. Transportar los grandes bloques de hielo es un camino largo, y tiene que seguir una ruta donde el frío es continuo. La cueva final donde se pondrán las muestras está a -18 grados centígrados, lo cual lo hace el frigorífico más seguro del planeta. Hay varios países que están ayudando en este proyecto, lo cual lo hace realmente internacional.
Debido al preocupante calentamiento global, es importante dar a las futuras generaciones esta información preservada antes de que sea tarde. En las próximas décadas y siglos los futuros científicos podrán seguir consiguiendo datos de estos bloques de hielo. Quién sabe si ya existirán estos glaciares en el futuro tal como los conocemos.