Se fugó de su tanque en el Acuario Nacional de Nueva Zelanda
Inky, que es el nombre de nuestro protagonista, decidió salir a dar un paseo en plena noche, escabulléndose por encima de su tanque, para continuar su paso a través de los pasillos del acuario, en ese momento sin vigilancia.
Lo siguiente fue alcanzar una tubería de no más de 15 centímetros de ancho, por la que se introdujo para alcanzar el océano no sin fortuna, ya que podría haberse metido por otra cualquiera y quedar atascado en un sumidero.
Esta hazaña sin embargo no es inusual en los pulpos
Según explica Rober Hanlon, científico eje de un Laboratorio Biológico Marino en Massachusetts, son animales muy curiosos e indagadores, capaces de recorrer cientos de metros a diario en busca de comida, refugio y más compañeros de su especie.
Al ser un animal móvil no les extrañó a los científicos sus deseos por salir de su tanque y explorar nuevos territorios.
Los pulpos son animales muy habilidosos
Y es que pueden desde abrir un bote desenroscando una tapa fuertemente sellada hasta cambiar de color o imitar a otros peces para ocultarse de los depredadores.
Por si fuese poco, pueden camuflarse con las olas, yendo a la misma velocidad que estas, por lo que pasan inadvertidos para muchos.
Esto es debido a que son una presa codiciada por tiburones, pájaros, mamíferos marinos, barracudas, anguilas y demás predadores de gran tamaño, por lo que se vieron obligados a volverse más “listos” para sobrevivir en el medio acuático.
Una vez fuera del tanque, surgió un problema
Los pulpos y sus patas, están dotados de más de 200 ventosas que les permiten reconocer sabores y el tacto por la superficie en la que se mueven, así que utilizando todas esas terminaciones nerviosas son capaces de moverse por el fondo del mar y como no, por el suelo de un acuario.
El inconveniente estriba en que al no estar la superficie húmeda, las ventosas se quedan pegadas al suelo, pudiendo incluso dañarse. Para que os hagáis una idea, si una de las ventosas se le arranca por quedar pegada en el suelo, es como si a nosotros nos arrancasen una uña.
Por suerte encontró la tubería, aunque de existir un tramo con agua en medio del pasillo, probablemente Inky hubiese seguido esa ruta más segura.
Poseen un cerebro complejo y desarrollado
Son capaces de procesar información y responder ante las amenazas creando trucos y distracciones que les permiten evadirse. Además, pueden memorizar localizaciones en extensas áreas, de modo que encuentren su guarida tras largas horas nadando en el océano.
Es muy probable por tanto que Inky haya utilizado todas estas habilidades para escapar del acuario de Nueva Zelanda hacia su libertad, aunque dejó a su compañero de acuario.
Se descarta que note la ausencia de Inky ya que los pulpos son animales solitarios, pero tampoco sería descabellado pensar que su compañero intente la misma hazaña y se vaya de vacaciones por el Océano Pacifico.