¿Podría cualquier persona de repente convertirse en un nazi bajo ciertas circunstancias? Es una pregunta que se hacía mucha gente después de la segunda guerra mundial. Muchos soldados y oficiales habían dicho que solo seguían órdenes y por eso habían hecho muchas cosas de las que se arrepentían durante el tercer Reich.
Esto intrigó mucho a un profesor de instituto llamado Ron Jones en 1967. Era profesor de historia en el instituto de Palo Alto, California y se le ocurrió un experimento que daría respuesta a su pregunta. Para demostrar lo fácil que era caer bajo el mandato de una ideología, usó a sus alumnos para recrear el entorno nazi que había en Alemania.
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El experimento de la tercera ola en California

El experimento de la tercera ola no fue algo complicado de hacer. El propio profesor Ron Jones participó haciendo de “líder” del llamado movimiento de tercera ola. Les dijo a sus alumnos que actuaría en clase con unas nuevas reglas que todos deberían seguir sin protestar, aunque siempre sin causar ningún daño o perjuicio a nadie. No les dejó claro la naturaleza del experimento. Ya se enterarían después.
Ron Jones comenzó a dar las clases siendo mucho más serio y duro que antes. Impuso unas reglas que todos debían obedecer en su clase sin rechistar. Era un experimento que solo duraría unos días, pero sorprendentemente la clase se metieron en su papel de obedientes seguidores de estas reglas. Jones había inventado un saludo característico inspirado en el saludo Nazi, y a los pocos días todos los alumnos le saludaban de esa manera.
Esto intrigó más aun a Jones, el cual decidió continuar el experimento para ver hasta donde podía llegar. Para animar a los alumnos a continuar, prometió que todos los que participaran tendrían un sobresaliente en las notas. Por otro lado, los que quisieran sabotear el experimento serían suspendidos de inmediato. Los que no quisieran participar serían “desterrados” a la biblioteca del instituto.
El progreso del experimento pasados unos días

En los días que iban pasando el nuevo sistema impuesto por Jones iba funcionando bastante bien. Había puesto al experimento el nombre de tercera ola, como una alusión parecido al tercer Reich alemán. Incluso cambió el saludo que había inventado por el conocido saludo que hacían los nazis. Sin embargo, eso no fue lo único que cambió.
Según el experimento iba evolucionando, Jones también endureció las reglas para poner a prueba su experimento. La disciplina era mucho mayor y también introdujo la idea de crear un entorno totalitario basado en la disciplina y la fuerza.
La mayoría de alumnos participaban entusiasmados en el experimento de tercera ola, y comenzaron a crear logos y slogans para apoyar el movimiento. Viendo que la cosa iba tan bien, el profesor quiso que el experimento no solo se quedara en el aula, y declaró que la tercera ola debía continuar fuera del colegio e incluso en la casa de los alumnos. También dijo que no podían formarse grupos de más de tres personas en el movimiento.
Los primeros problemas del experimento

No pasó mucho tiempo cuando Ron Jones se dio cuenta que las cosas se estaban poniendo muy serias. La tercera ola no solo estaba en el aula donde daba clases, sino que se había extendido por todo el instituto. Muchos alumnos de otras clases se habían unido al movimiento y ahora el movimiento tenía un fuerte peso en el centro escolar. Lo que había empezado como una simple prueba social se había convertido en un grupo con fuertes ideales.
Lo peor es que este movimiento de tercera ola no llevaba muy bien los que no se habían unido a ellos. Se habían formando grupos que vigilaban a otros alumnos que habían roto alguna de las reglas del movimiento. Los que no se habían unido a la tercera ola se sentían acosados y existía una ambiente de miedo y nerviosismo.
Para sorpresa del resto de profesores del instituto, se había formado incluso un movimiento de resistencia contra la tercera ola. Se empezaron a ver enfrentamientos entre los grupos, donde algunos fueron violentos. Los profesores de Palo Alto hablaron con Jones sobre esto y decidieron que era hora de acabar con el experimento.
El final del experimento de la tercera ola

El experimento se había hecho tan grande que detenerlo no era tan fácil. Por este motivo Jones lo quiso hacer de un modo en que todo el mundo se enterara bien. También lo quiso hacer de un modo explosivo para causar un fuerte impacto. Dio la noticia en el instituto de que la tercera ola era en realidad parte de un movimiento nacional más grande. No solo eso, sino que del grupo de Palo Alto había que elegir un candidato presidencial como representante.
Para hacer la elección del candidato, mandó que se hiciera una gran reunión en el auditorio del colegio. Todo el mundo tenía que atender obligatoriamente, estuviese en el movimiento o no.
Llegó el día de la gran reunión donde todos los estudiantes miembros de la tercera ola y los que no lo eran, estaban sentados en el auditorio. Delante de todo el mundo, Ron Jones dijo que todo realmente había sido un experimento para plantar las semillas del nazismo. Ante la incredulidad de todos, les puso una película sobre los nazis para hacer comparaciones a los últimos días que habían vivido.
La película alemana “La Ola” está basada en este episodio ocurrido en California, aunque lo dramatiza con más violencia de la que realmente hubo. Sin embargo, muchos que estuvieron en el experimento coincidieron que si la tercera ola hubiera durado más tiempo, la cosa pudo haber acabado muy mal.