Indice de Contenidos
- Supervivientes de ejecuciones que te dejarán con la boca abierta
- 1 – La terrible experiencia de Willie Francis
- 2 – El caso de Maggie Dickson
- 3 – Otro ahorcado milagroso llamado Joseph Samuel
- 4 – La interesante experiencia de John Smith
- 5 – Un fusilamiento fallido
- 6 – Parece que los ahorcamientos eran lo que menos funcionaba
Supervivientes de ejecuciones que te dejarán con la boca abierta
Cuando alguien es condenado a muerte en algunos de los países donde sigue existiendo, pocos suelen sobrevivir. En ocasiones la suerte interviene y consiguen escapar de una muerte segura. Te contamos en este artículo te contamos la historia de algunos supervivientes de ejecuciones que pudieran vivir para ver otro día. En algunos casos no salieron totalmente sin daños como podrás ver.
1 – La terrible experiencia de Willie Francis
Willie Francis fue acusado del asesinato del dueño de una droguería en 1945. El crimen había ocurrido nueve meses antes y la policía no tenía pistas de quién lo había hecho. Francis fue detenido por otra cosa, pero la policía dijo que llevaba la cartera del dueño de la tienda asesinado. Fue interrogado y confesó el crimen. Aunque luego dijo que no era realmente culpable, había firmado dos confesiones del crimen. El juicio fue muy rápido y fue condenado morir en la silla eléctrica.
El día de la ejecución fue el 3 de mayo de 1946 y la cosa no salió nada bien. Durante la ejecución los testigos pudieron oír como Francis chillaba mientras la electricidad recorría su cuerpo. Se le pudo escuchar decir que se ahogaba y que apagaran la silla eléctrica. Otro testigo pudo escuchar que decía que no se estaba muriendo. Viendo como el preso no moría, decidieron evaluar lo que estaba pasando. Parece ser que se habían hecho los preparativos de la silla eléctrica de forma errónea.
Se pudo ver después de que la culpa fue de uno de los guardias, el cual lo hizo al estar borracho. Se suspendió temporalmente la ejecución de Francis, y este aprovechó para apelar a la corte suprema. La apelación fue rechazada y finalmente fue ejecutado un año después.
2 – El caso de Maggie Dickson
Maggie Dickson vivió en Escocia durante el siglo 18, aunque desde Edimburgo se tuvo que desplazar a una zona remota del país. Fue al ser abandonada por su marido y quedarse sin manutención ni ingresos. Trabajó en hotel donde hacía las típicas tareas a cambio de vivienda, comidas y algo de dinero. Tuvo una aventura con el hijo del dueño del hotel y se quedó embarazada. No se lo dijo a su amante y lo ocultó todo el tiempo que pudo.
El bebé nació de forma prematura y murió a los pocos días de nacer. Maggie Dickson dejó el cadáver al lado de un río, pero fue descubierta haciéndolo. Fue acusada de quedarse embarazada fuera del matrimonio y por la muerte del bebé. Esto la llevó al cadalso para ser ahorcada, ya que estos delitos eran muy graves en la época. La ejecución fue pública y fue pronunciada muerte al rato de estar colgada. Luego su cuerpo fue llevado al cementerio de Musselburgh para ser enterrado.
Fue llevada al cementerio en un ataúd de madera aunque a la mitad del viaje se escucharon unos golpes. Los que llevaban el supuesto cadáver levantaron la tapa y vieron como la mujer seguía viva y parecía estar bien. La volvieron a llevar a los tribunales y lo vieron como una señal de dios. Fue liberada y vivió otros cuarenta años con una perfecta salud. Todavía no se sabe muy bien como pudo sobrevivir a la horca.
3 – Otro ahorcado milagroso llamado Joseph Samuel
Otro caso de una persona que fue ahorcada fue Joseph Samuel. Esta vez ocurrió en Australia y se dedicaba a todo tipo de robos. En 1801 el y su banda entraron a robar en una casa donde vivía una mujer muy rica. La mujer tenía un guardián que además era policía, el cual fue asesinado durante el asalto a la casa.
Joseph Samuel y su banda fueron capturados al poco tiempo. Aunque reconoció que fue uno de los que robaron, negó que tuviera algo que ver con la muerte del policía. Sin embargo, Joseph Samuel fue directamente acusado de la muerte y condenado a la horca. En 1803 el y otro miembro de la banda fueron subidos a un carro ante el público para ejecutar la sentencia. Cientos de personas de varios sitios se desplazaron para verles morir. Cuando retiraron el carro para que quedaran colgados, la soga de Joseph Samuel se rompió. El verdugo lo volvió a intentar, pero esta vez Joseph se resbaló del nudo del cuello y cayó al suelo.
Según varios testimonios la gente se lo estaba pasando en grande y gritaba eufórica. El verdugo ya nervioso lo intentó una tercera vez. En esta ocasión la soga se volvió a romper, pero esta vez el gobernador que estaba presenciando todo hizo detener la ejecución. Pensaron también que tres intentos de ahorcamiento fallidos solo podía ser una señal de dios. Joseph Samuel fue indultado y liberado.
4 – La interesante experiencia de John Smith
De la misma manera que el caso anterior, John Smith también era un ladrón y fue condenado a morir en la horca. En la navidad de 1705 se tenía que cumplir la sentencia y por supuesto era una ejecución pública. Fue colgado y como cualquier ejecutado de esta forma empezó a menearse debido a la asfixia de estar colgado del cuello. Lo que pasó es que no paraba de moverse. Después de quince minutos se agitarse sin control la gente empezó a gritar que lo descolgaran.
Finalmente decidieron quitarle la soga a John Smith y por petición pública fue perdonado. Le llevaron a que se recuperara de ese mal trance, y le preguntaron que había sentido al estar tanto tiempo colgado. Dijo que mientras estuvo colgado, pudo sentir todo su peso tirando de su cuello y era muy doloroso. Al rato empezó a ver luces y destellos y el dolor desapareció. Sintió que su espíritu intentaba escapar de su cuerpo.
Al bajarle dijo que empezó a recuperar el sentido de la realidad y el dolor volvió como nunca había imaginado. Mucho tiempo después de su ahorcamiento este ladrón seguía teniendo bastante rencor con los que la habían intentado ejecutar. Lo había pasado tan mal que deseaba lo mismo para sus casi ejecutores.
5 – Un fusilamiento fallido
La historia es sobre un hombre llamado Wenseslao Moguel, el cual fue un luchador de la revolución mejicana. En 1915 fue capturado y sentenciado a ser ejecutado frente a un pelotón de fusilamiento. Fue llevado a un muro y le dispararon nueve personas con sus rifles. Después se acercó un oficial y el pegó el tiro de gracia en la cabeza. Aun con todos los tiros que recibió siguió con vida, aunque le dieron por muerto. Fue curado y logró sobrevivir, aunque uno de los disparos le dejó desfigurado.
6 – Parece que los ahorcamientos eran lo que menos funcionaba
De nuevo, otro ahorcamiento que parece no acabar de salir bien. John Henry era un inglés que mató a una mujer con un hacha y después quemó su casa después de robarle todo lo que pudo. Era sirviente en la casa por lo que sabía donde estaban todos los objetos de valor. Fue detenido y condenado a ser colgado el 23 de febrero de 1885. Su ejecución fue una serie de contratiempos. Cuando estaba en el cadalso la trampilla falló la primera vez. Por increíble que parezca falló la segunda y tercera también. Al final lo llevaron de nuevo a su celda por tantos errores en la ejecución.
John Henry tuvo suerte ya que debido a estos fallos le suspendieron la pena de muerte a cambio de la cadena perpetua. Aun así, le acabaron liberando después de 20 años de cárcel. Parece ser que se había convertido en toda una celebridad después de tres intentos de ahorcamiento.