Este invento se encuentra todavía en fase de financiación
Da igual en el país en el que se viva, siempre existirán personas que se apropiarán de bicicletas ajenas. Hasta ahora, la única solución, además de un buen candado y unas cadenas resistentes, era simplemente dejar el vehículo bien guardado en un garaje o casa.
No estamos hablando de hurtos menores, y es que en todo el globo millones de bicis han sido robadas, en concreto, en la ciudad de Barcelona, España, un 40% de sus habitantes ha confesado que le han robado la bicicleta al menos una vez.
Con este nuevo candado, se abre una nueva posibilidad para hacer las calles más seguras
A simple viste, este candado recuerda a los típicos metalizados en forma de U que vemos en muchas farolas, solo que éste guarda un secreto en su interior; unas bandas blancas que inmovilizan al ladrón, soltando una sustancia química, que les hace vomitar, les nubla la vista, dificulta la respiración y emite una nube de humo fácilmente detectable por las personas cerca del intento de robo.
Sus inventores, de nacionalidad sueca y estadounidense, cansados de sufrir hurtos
Decidieron poner en práctica un sistema que evitase la sustracción de las bicicletas, atacando al agresor sin llegar a poner en peligro su vida (pero posiblemente se le quiten las ganas de volver a robar).
Daniel Izdkowski y Yves Perreound sus creadores, quisieron probar el producto antes de entrar en la fase de financiación, y comprobaron por ellos mismos la eficacia del invento, cuyo hedor no escapa incluso con las máscaras de gas más avanzadas.
La fórmula que utiliza, un secreto bien guardado
No quieren dar pistas a los futuros ladrones, en caso de que finalmente el producto llegue a comercializarse a escala nacional y global, pero insisten en que lo han testeado en ellos mismos y lleva químicos que se pueden encontrar en productos que consumimos a diario.
“Esencialmente está compuesto por ácidos grasos que se pueden encontrar en quesos como el parmesano o en la mantequilla”- confesó Izdkowski.”
“Al principio pensamos en utilizar una especie de explosivo que se activase al intentar forzar el candado, pero nos dimos cuenta que la alternativa del gas presurizado era la más segura para todo el mundo”.
¿El fin de los robos de bicicletas?
En los países nórdicos, especialmente Dinamarca y Ámsterdam, el uso de bicicletas está al orden del día, mucho más baratas que los coches y menos contaminantes, el problema es que suelen ser más confiados que en otros países, dejando las bicicletas mucho tiempo solas a merced de los amigos de lo ajeno. Dicho lo anterior, cabe mencionar que el uso de bicicletas requiere de posesión de papeles, como si de un coche se tratase, siendo las multas bastante cuantiosas si un policía para a una persona con una bici robada en Suecia por ejemplo.
Aún es pronto para saber cómo va a reaccionar el público y si dicho invento es realmente eficaz pero, de conseguir financiarse, estos emprendedores estiman que podrán lanzarlo al mercado en el verano de 2017.