Los tiburones blancos son uno de los mayores depredadores que surcan actualmente nuestros océanos. A pesar de su reputación, son animales muy tranquilos y rara vez atacan a las personas. De hecho, cientos de surfistas en todas partes del mundo suelen estar cerca de estos tiburones sin saberlo y son simplemente ignorados. No somos una presa natural para el tiburón blanco y suele atacar confundiéndonos con una foca o león marino. De todos modos, puede que te hayas preguntado alguna vez porque no se ha visto nunca un tiburón blanco en un acuario. En los acuarios marinos se pueden ver focas, delfines, tiburones y orcas. ¿Por qué no hay tiburones blancos?
Lo cierto es que en el pasado se ha tenido en cautividad a tiburones blancos. El máximo tiempo que uno de estos tiburones ha vivido en un acuario han sido 15 días, para luego morir. Todos estos tiburones actuaron de la misma manera antes morir. Dejaban de comer y se golpeaban contra el cristal.
El tiburón blanco necesita mucho espacio para vivir y no existe un recinto suficientemente grande para que pueda estar. Este es el primer problema. Están en continuo movimiento para que el agua fluya por sus branquias y así poder respirar. En los años setenta y ochenta los expertos decían que se morían porque ya estaban en el proceso de morir. Sin embargo, esto se demostró que no era verdad después de que el acuario de la bahía de Monterrey descubriera una manera de capturar un tiburón blanco y cuidarlo durante 6 meses.
Para poder mantenerlo con vida, capturaron un bebé de tiburón de esta especie porque era más fácil de transportar. Crearon un contenedor especial para llevarlo desde el sur al norte de California. Una vez en el acuario, este tiburón de 1.2 metros empezó una dieta de peces pequeños, que es lo que hubiera comido estando libre. Después de 6 meses cautivo comenzó a comerse a otros tiburones en el acuario, por lo que tuvieron que liberarlo.
Ya no se volvió a intentar tener a uno de estos tiburones cautivos nunca más. Debido a su naturaleza migratoria necesitan estar en libertad. Además de esto, no se sabe tanto de ellos como se puede esperar. El caso del tiburón blanco de Monterrey fue una excepción y también suerte. Posiblemente el tiburón hubiera acabado muriendo más adelante. Lo cierto es que tener a animales salvajes en acuarios y piscinas no es demasiado ético. Es cierto es que bonito verlos, pero simplemente no es su hábitat. Muchos de ellos acaban volviéndose locos, como es el caso de las orcas.