Seguro que has visto algún anuncio del estreno de “Oppenheimer” de Christopher Nolan, con Cillian Murphy en el papel principal. Solo por el trailer y lo que explican, ya sabrás que Robert Oppenheimer es considerado el padre de la bomba atómica. Estuvo a cargo del proyecto Manhattan que fue el inicio de la creación de las armas nucleares. ¿Pero quién fue Robert Oppenheimer?
Independientemente de si has visto o no la película de Christopher Nolan, puedes leer el artículo sin que se desvele nada de su argumento. Te contaremos algunas cosas interesantes y menos conocidas de este personaje. De hecho, conociendo estas curiosidades del científico Julius Robert Oppenheimer, podrás disfrutar más aun de la película.
Indice de Contenidos
1 – Oppenheimer tenía una inteligencia superior
Un científico al que se puso a cargo de uno de los proyectos más importantes de la segunda guerra mundial, tiene que ser alguien brillante. No hay duda de que Oppenheimer lo era, y demostró en varios campos.
Desde muy joven se obsesionó con la física, y en poco tiempo vio que lo suyo era la física cuántica. Estudió en la prestigiosa universidad de Harvard y se graduó con honores. Ya en la universidad demostró que tenían una inteligencia muy por encima de la media. Sin embargo, eso no fue suficiente para el ya que quería saber mucho más sobre la física cuántica.
Nada más terminar sus estudios en Harvard, se dirigió a la universidad de Gotinga en Alemania para profundizar en el mundo cuántico. En esta universidad pudo conocer a brillantes mentes de la física, como es el caso de Max Born. De hecho, Oppenheimer y Max Born hicieron algunos estudios conjuntos de mucho prestigio en el mundo científico.
Pero su gran conocimiento de la física cuántica no era la única habilidad de Robert Oppenheimer. Tenía un gran don para los idiomas y supo aprovecharlo para aprender otras lenguas a la perfección. Obviamente su lengua materna era el inglés al haber nacido en Estados Unidos, pero la gente se quedaba asombrada de la rapidez con la que podía dominar un nuevo idioma.
Cuando se fue a Alemania a seguir estudiando, consiguió hablar alemán en muy poco tiempo. Debido al tiempo que estuvo en este país, llegó a dominarlo de un modo casi bilingüe. Esto no es nada fácil si se empieza a aprender un idioma a partir de cierta edad. Pero Robert Oppenheimer tenía esta facilidad innata que le permitía hablar un idioma complejo en poco tiempo.
Una de las historias que se cuentan de este científico es como aprendió holandés en solo seis semanas. Tuvo que ir a Holanda para dar una charla científica, pero la quiso dar en la lengua nativa del país. Para ello, las seis semanas anteriores a la charla las dedico a estudiar y aprender el idioma. El resultado fue sorprendente y pudo dar la charla en holandés ante la sorpresa de todo el mundo.
Pero aparte del alemán y el holandés, Oppenheimer también aprendió a la perfección francés, griego y latín. Lo cierto es que los idiomas se convirtieron en una de las grandes pasiones del científico, y nunca dejó de aprender otras lenguas.
2 – Los problemas mentales de Oppenheimer
Hemos hablado de lo brillante que era este científico, pero no todo era perfecto en su mente privilegiada. Durante buena parte de su vida tuvo una lucha interna con su salud mental. Su mente privilegiada le causó problemas que fueron más o menos intensos a lo largo de su carrera.
Robert Oppenheimer trabajó durante un tiempo en los laboratorios de la prestigiosa universidad de Cambridge. Esto fue antes del proyecto Manhattan y es donde el científico empezó a notar que su mente le jugaba malas pasadas. Parece que sus crisis psicológicas se acentuaban en trabajos que eran demasiado monótonos y poco creativos. Los trabajos de laboratorio demasiado aburridos no le sentaban demasiado bien.
Todo esto cambió con el proyecto Manhattan, donde podía usar sus conocimientos de física para algo muy nuevo. Estaba junto a otros científicos de gran prestigio y en la misión de crear una nueva era en la humanidad. La energía atómica estaba empezando y el formaba parte de esa innovación en la ciencia.
Pero al final el proyecto Manhattan también afecto negativamente a la salud mental de Oppenheimer. La creación de la bomba atómica y su posterior uso en Hiroshima y Nagasaki fueron cosas que le impactaron mucho. Hay que pensar que las armas atómicas todavía estaban en pruebas y todavía no se sabía el uso que se las daría. Cuando las dos ciudades japonesas fueron barridas por las bombas que ayudó a crear, quedó horrorizado por lo que había hecho.
Lo ocurrido en Japón y la escalada de armas nucleares a nivel mundial, dejaron una profunda huella en Robert Oppenheimer. Buena parte de sus problemas mentales fueron por esta parte de su vida, que irónicamente fue lo que le hizo tan conocido.
3 – La manzana envenenada
Aparte de lo que hemos explicado hasta ahora, hay un episodio de su vida menos conocido que resulta algo chocante. Durante unas vacaciones en Córcega con algunos de sus colegas de la universidad de Cambridge, hizo una confesión que dejó a todo el mundo sorprendido.
Por lo que se cuenta, Oppenheimer llevaba varios días agitado y parecía que estaba pasando por una crisis nerviosa. En un momento del viaje les confesó a sus amigos que quiso asesinar a uno de los profesores en la universidad de Cambridge. Dijo que había inyectado una manzana con varios productos tóxicos del laboratorio y la dejó en la mesa del profesor.
Los amigos de Oppenheimer quedaron petrificados por esta confesión. Obviamente el profesor no había muerto y no tenían claro de si estaba diciendo la verdad o simplemente el intento de asesinato había salido mal. Sin embargo, les mostró que Oppenheimer tenía una mente más torturada de lo que se podían imaginar. No le dieron mayor importancia, pero la historia se siguió contando en varios círculos cercanos al científico.
¿Fue verdad la historia de la manzana envenenada? No queda claro si fue un desvarió de Oppenheimer, o simplemente les quiso gastar una broma macabra. Al no haber manzana ni muertes por envenenamiento en Cambridge, el asunto se olvidó.
4 – ¿Era Oppenheimer comunista?
Oppenheimer estuvo vinculado durante muchos años en entornos comunistas, sobre todo durante la guerra fría. Estuvo relacionado directamente con el Partido Comunista Americano, y curiosamente fue así incluso estando en el proyecto Manhattan. Hay que recordar que todavía no había una guerra fría con la Unión Soviética, y por tanto el comunismo no se veía como una amenaza directa.
Aunque no sus ideas políticas no le afectaron durante su trabajo de investigación atómica, en los años cincuenta tuvo algunos problemas. La guerra había terminado y empezaban los problemas con la URSS. Uno de los problemas fue que sus permisos para trabajar en proyectos de seguridad nacional fueron retirados.
El no poder seguir trabajando en proyectos relacionados ha lo que había estado haciendo, supusieron un cambio muy radical en la vida de Oppenheimer. Básicamente, ya no podía volver a trabajar con nada relacionado con la energía atómica, a pesar de haber sido el jefe del proyecto Manhattan.
La retirada de sus permisos para trabajar en temas relacionados con la energía atómica ocurrió en 1954, pero curiosamente se los volvieron a conceder de manera póstuma. Fue en 2022, donde la comisión de energía americana se la volvió a dar cuando llevaba años muerto.
5 – Su pasión por Nuevo México y los martinis
Algunas de las grandes pasiones de Robert Oppenheimer aparte de la ciencia, fueron los martinis y Nuevo México. Siendo director del proyecto Manhattan hizo varias fiestas con sus empleados y otros científicos del proyecto. Una de sus especialidades era la elaboración de martinis, los cual es ofrecía a todo el mundo en sus fiestas.
Consistían en un chorro de ginebra y un poco de vermut, y a la gente le encantaba. El vaso donde se servían los martinis también tenía un toque especial, que era untar los bordes con miel y jugo de lima. Sus fiestas eran populares porque sabían que Oppenheimer haría martinis para todos.
La otra pasión del científico era el estado de Nuevo México. Fue gracias a su padre que le aconsejó ir para que se recuperara de una enfermedad. Le dijo que el clima y el ambiente le ayudarían a ponerse mejor, y así fue. Lo que pasó es que también se enamoró del lugar y lo siguió visitando el resto de su vida. De hecho, fue por sugerencia suya de que el proyecto Manhattan se estableciera en Nuevo México.
6 – Jean Tatlock – El amor de su vida
Una de las personas que más influyó en la vida de Robert Oppenheimer fue una mujer llamada Jean Tatlock. Fue otra científica que aparte de física era también psiquiatra. También tenía vínculos con el partido comunista, lo cual creó una unión adicional con Oppenheimer.
Ambos se conocieron en California y rápidamente se crearon vínculos entre ellos. Oppenheimer se enamoró casi al instante, y la pidió casarse dos veces, aunque en ambas ocasiones Jean Tatlock le rechazó. A pesar de no querer casarse con el, siguió siendo una parte de su vida y le influenció en muchos aspectos.
Muchos piensan que fue precisamente Jean Tatlock la que metió a Oppenheimer en líos por temas políticos. Ella tenía muchas conexiones y conocidos en el comunismo de Estados Unidos. El científico tuvo acceso a muchas amistades de Tatlock que luego le provocarían los problemas en 1954. También se piensa que empezaron a investigar a Oppenheimer por su relación con Tatlock y sus otros contactos.
Jean Tatlock se suicidó en 1944, aunque algunos piensan que fue asesinada. Estaba metida en temas muy turbios, y se piensa que alguien decidió quitarla de en medio. Aunque Oppenheimer se casó con Katherine Puening en 1939, sin duda fue el amor de su vida.