¿Has visto las estatuas vivientes que hay en algunas calles de ciudades con mucho movimiento? Seguro que si, ya que son inconfundibles al no moverse apenas. Algunas veces incluso se confunden con estatuas de verdad y es difícil distinguirlas. Normalmente se mueven cuando alguien se les acerca demasiado o les dejan una propina por su actuación.
Las estatuas vivas se han convertido en otra forma de espectáculo callejero y se pueden ver por todas partes. A la gente le gusta y le entretiene, aunque siempre hay algún bromista que le gusta llevar las cosas demasiado lejos. Si encima se ha bebido unas copas, la cosa puede acabar mal. Es lo que pasó hace unos años en Australia en la localidad de Gold Coast. Una estatua viviente llamada David Mulder estaba actuando en una importante avenida llamada Cavill Avenue haciendo que todo el mundo se lo pasara bien.
Antes de continuar el artículo, echa un vistazo al video de lo que pasó entre la estatua viviente David Mulder y un turista borracho que se propasó con sus bromas.
Como se puede ver en el video, se puede ver un perfecto puñetazo de una estatua viva a un turista ebrio. La cuestión es si David Mulder se pasó con el turista borracho o lo podía haber hecho de otra manera. Quizá un aviso hubiera sido mejor antes de tener que recurrir a la agresión física. De todos modos, es como ocurrió y dejó a todos los presentes sorprendidos.
Mulder se disculpó más tarde ya que se arrepintió de haber hecho algo así. Según dijo, “La violencia nunca tiene justificación”. Sea como sea, el video del puñetazo se volvió viral y David Mulder fue conocido en todas partes. De hecho, esta fama le trajo algún que otro disgusto, como se puede ver en el video siguiente.
Un año después de lo que pasó con el turista borracho, Mulder fue atacado por la espalda por otro turista borracho que le reconoció. Parece que el hombre quiso probar su fuerza con la estatua viviente y le agarro por el cuello. En esta ocasión Mulder no recurrió a los puñetazos y solo le llamó la atención. El agresor se fue insultándole y dando muestra de bravuconería, aunque el poco rato fue detenido y llevado a comisaría por agresión.
Este es el momento del segundo ataque a David Mulder, alias la estatua viviente. También hay que decir que durante el juicio por este ataque se dieron la mano y quedaron como amigos. El atacante estaba bebido y reconoció que hizo una tontería.