Cuando vemos en televisión o en un espectáculo a los prestidigitadores realizar sus increíbles trucos, no nos damos cuenta los años que han tenido que practicar para conseguirlo. Nosotros solo vemos en momento en que hacen desaparecer objetos o personas, como manejan la baraja de cartas y hacen sus ilusiones con maestría. Lo cierto es que es una profesión rodeada de misterio y la gente no sabe mucho de lo que ocurre detrás. ¿Dónde estudian para hacerse magos? ¿De donde sacan los trucos? ¿Cómo viven los que se dedican a este tipo de espectáculo?
Te contamos a continuación algunas cosas que seguro que no sabías sobre los prestidigitadores. De hecho, verás que hay muchas cosas que no son realmente como pensaban sobre estos ilusionistas.
Indice de Contenidos
1 – ¿Dónde se estudia para hacerse ilusionista?
Puedes pensar que debe haber alguna rama en el sistema educativo para hacerse prestidigitador. De momento no hay nada de es, aunque hoy en día si hay academias donde enseñan magia. Sin embargo, algunas entrevistas recientes a un buen número de prestidigitadores han revelado que los métodos de aprendizaje son muy particulares. La mayoría aprenden por sus propios medios. Leen libros, toman notas, ven DVDs y sobre todo consiguen experiencia practicando. De hecho, la clave es practicar hasta la saciedad durante interminables horas.
Por otro lado, hay convenciones de magos donde se puede aprender mucho. La gente habla de sus trucos, donde conseguir los mejores recursos y como está el panorama actual. También hay locales especializados donde se puede conseguir el material para hacer los trucos. Como se puede ver, es principalmente un tema de desear ser ilusionista y buscarse un poco la vida. Hoy en día hay muchas más oportunidades, pero sigue siendo cuestión de indagar e investigar.
2 – Ser prestidigitador no es barato
Como en muchas otras profesiones el hacer carrera en la magia requiere una inversión. Lo primero es la educación, que como hemos dicho antes, requiere leer y estudiar mucho. Por este motivo la mayoría de magos suelen tener una biblioteca muy bien surtida. No es raro que un prestidigitador se gaste varios miles de euros solo en libros. Hoy en día tenemos Internet, lo cual ayuda mucho a esta educación y de forma gratuita. Aun así, también recurren a tener una buena colección de DVDs. Esto ya de por si también supone unos cuantos miles de euros.
El problema de muchos de los libros es que son muy exclusivos para prestidigitadores. Al ser ediciones muy limitadas hace que los precios suban bastante. Hay libros que pueden llegar a valer hasta 2800 euros la unidad. Es el caso por ejemplo del libro del ilusionista francés Christian Fechner llamado Soirees Fantastique. Son libros muy exclusivos y hay que pagarlos. Para muchos magos merece la pena pagar estas cantidades.
3 – Perfeccionar un solo truco lleva tiempo
Cuando vemos como los prestidigitadores hacen sus trucos, lo hacen parecer algo muy fácil. Todo es perfecto y no conseguimos ver como lo hacen por mucho que miremos. Lo cierto es que para conseguir esa perfección tienen que ser muy obsesivos. Lo que mucha gente no sabe es que para conseguir hacer sus ilusiones, muchas veces tienen que estar todo un año perfeccionando un solo truco.
Los magos e ilusionistas tienen que estar en continuo aprendizaje. El hecho de que cualquier truco que hagan tiene ser impecable les obliga a ponerse delante del espejo varias horas al día. Pueden estar así meses hasta que ellos mismos se ven preparados. También depende del mago la destreza que tenga. Algunos lograrán perfeccionar un truco en menos tiempo y otros necesitarán mucho más. Aun así, es un proceso largo y tedioso, y esto solo para un truco. Si tienes varios, ya podemos imaginarnos las horas que tienen que dedicar.
4 – Pueden llegar a ganar mucho dinero
Como en cualquier profesión hay gente que se le da mejor y a otra peor. Como se ha dicho, ser prestidigitador supone un gran sacrificio para lograr ser bueno. La parte buena es que los que consiguen llegar a un buen nivel pueden ganar bastante dinero. Los ilusionistas se suelen presentar a varios tipos de espectáculo y eso depende de lo que les pagan. Pueden hacer sus espectáculos en fiestas de empresa, cumpleaños, locales de copas, festivales o programas de televisión.
Según han dicho varios magos en entrevistas, las reuniones corporativas de empresa son las que mejor pagan en Estados Unidos. Pueden llegar a los 2500 dólares por espectáculo, lo cual no está nada mal. Si el ilusionista es muy bueno, puede tener varios de estos espectáculos al mes, lo cual suma muchos miles de dólares. Los que peor pagan son los cumpleaños o fiestas relacionadas, donde pueden no suelen pagar más de 500 dólares. Tampoco está nada mal, sobre todo si hace cuatro o cinco números al mes.
5 – Los días malos no pueden existir
¿Quién no ha tenido un mal día en su trabajo? La mayoría por no decir todas las personas lo han tenido. Sin embargo, los prestidigitadores profesionales no se lo pueden permitir. Esto supone una gran presión porque tienen que demostrar a la gente que son los mejores, incluso cuando no se encuentran bien. Básicamente tienen que disimular esos días malos, y lo tienen que hacer con una sonrisa. Después de todo están frente a un público que quiere pasarlo bien, y el ilusionista se lo tiene que dar. Para muchos magos esta es una de las peores cosas de su profesión.
De hecho, una de las cosas más importantes de ser prestidigitador no son solo los trucos, sino conectar con su público. En esto están de acuerdo un gran número de ilusionistas. Se puede decir que tienen que estar continuamente metiéndose al público en el bolsillo. Por esta razón no solo tiene que practicar sus trucos, sino también su forma de realizar el espectáculo. Cada uno tiene su propia estrategia, pero todo se centra en encandilar a la gente. Por tanto, los malos días no están permitidos en el mundo de la magia.
6 – Los prestidigitadores odian los teléfonos móviles
Si los prestidigitadores tienen un enemigo consagrado, son los teléfonos móviles. No significa que no los usen, pero les molesta bastante cuando están actuando. La gente ahora puede grabar los espectáculos con sus móviles, chatean y envían mensajes mientras el mago actúa, los teléfonos emiten sonidos y pueden sonar en cualquier momento. Esto hace que mantener la atención del público les resulta mucho más difícil a los ilusionistas.
Muchos prestidigitadores ya empiezan su espectáculo pidiendo que se apaguen los dispositivos móviles mientras hacen su espectáculo. Cuando suena un teléfono móvil en medio de un show ¿Qué es lo que ocurre? Hay una cosa que se ha hecho popular cuando esto ocurre, y muchos magos lo hacen. Si suena un teléfono los magos paran el espectáculo y piden a la persona que coja la llamada. De hecho, la pide que lo ponga en modo altavoz para que todos puedan escuchar la conversación. Esto avergüenza a la persona y los demás se aseguran que su teléfono está apagado.
7 – Los magos no revelan sus trucos
La verdad es que esto no es del todo cierto. Los prestidigitadores están hartos de la gente le pregunte como han hecho un truco en particular. La respuesta suele ser siempre la misma, y es que no revelan sus trucos a nadie… a menos que pagues por ello. Muchos magos dan clases privadas a personas que están interesadas. En estas clases de pago revelan muchos de sus trucos. Lo cierto es que muchas personas quedan decepcionadas cuando averiguan como lo hacen. Esto es porque muchas veces son muy sencillos.
También es cierto que hay un código de honor entre los magos para no revelar sus trucos. No pasa nada si alguien decide contar como hace un truco, pero no está bien visto en la comunidad de magos. Hoy en día hay trucos muy complejos que necesitan estructura y mucha preparación. Si alguien revela un truco muy sofisticado está haciendo perder mucho dinero a varios magos. Después de todo, muchos ilusionistas usan el mismo truco con variaciones.
No es extraño que haya denuncias y juicios contra personas que han revelado un truco de alguien. Algunas veces incluso la justicia ha obligado a decir como se hace un truco. Esto ha ocurrido hace poco en el juicio del ilusionista David Copperfield. Tuvo que decir como hizo un truco en Las Vegas después de ser denunciado por un participante que se dislocó un hombro.