¿Te has preguntado alguna vez sobre como percibimos el tiempo y lo diferente que es algunas veces? ¿Es el tiempo igual para todo el mundo? Lo primero es saber qué es exactamente el tiempo. Cuando hablamos de tiempo nos referimos a cambios y movimiento. Una de las preguntas que se suelen plantear es si el tiempo está construido en la estructura del universo o está solamente en como lo perciben los humanos. En esta segunda creencia añadiríamos al espacio, donde los humanos ponemos las cosas que pasan en orden y las relacionamos entre si. Si llegados a este punto estás algo confundido, no te preocupes. Con los siguientes ejemplos la cosa quedará más clara.
Los relojes atómicos son la manera más precisa de medir el tiempo. Son los que definen el tiempo estándar en el que vivimos. Usan un oscilador electrónico en una frecuencia a un nivel atómico. Es como un reloj de péndulo pero a una frecuencia infinitamente más exacta. Muchos investigadores sugieren que nuestros cerebros contienen un tipo de reloj muy primitivo. Tenemos internamente unas pulsaciones que nuestro reloj intento mide mediante acumulación de pulsaciones. Seguro que muchos hemos notados esto cuando nos despertamos siempre a una hora para ir a trabajar sin que suene el despertador. Es solo un ejemplo de muchas cosas que este reloj interno nos permite hacer.
¿Por qué el tiempo parece que va más deprisa según nos hacemos mayores?
Según la gente se va haciendo más mayor, suele ser normal escuchar la frase “Es que el tiempo pasa volando” o “El tiempo cada vez pasa más deprisa”. Si compartimos el mismo espacio de tiempo entre adultos y niños ¿Es posible que el tiempo pueda pasar más deprisa en los adultos que en el grupo de los niños? Claramente el tiempo pasa de la misma manera para todos, pero es cierto que en los adultos notamos que va más rápido. Esto nos lleva a la pregunta de si el tiempo solo existe en la percepción o existe alrededor de nosotros. Algunos experimentos han probado la teoría de la percepción del tiempo para ver como funciona.
Seguro que has oído que una personas que lo está pasando muy mal nota que el tiempo a muy despacio. En cambio alguien que se lo está pasando fenomenal percibe que el tiempo ha pasado volando. Varios experimentos han demostrado que los factores psíquicos y emocionales pueden afectar como percibimos el tiempo. Los eventos y cosas que hacemos también marcan como funciona el tiempo en nuestra memoria. Esto también afecta a lo lento o rápido que el tiempo puede pasar. Varias teorías sugieren que el tiempo parece ir más deprisa según envejecemos porque va acompañado de menos momentos memorables que recordar. Este puede ser uno de los motivos por lo que es importante estar siempre haciendo cosas que nos gustan y entretengan, sobre todo después de jubilarse.
¿Por qué ciertas drogas cambian nuestra percepción del tiempo?
Hay sustancias que pueden alterar nuestra mente, y precisamente estas alteraciones nos pueden dar pistas de porque nuestro cerebro cambia la percepción del tiempo. Algunos experimentos que se hicieron usando LSD, mostraron que esta sustancia afecta a una región de nuestro cerebro asociada con el pasado. Esta droga altera la percepción del tiempo suprimiendo la parte del cerebro que nos trae estas memorias pasadas. Esto demostró que la gente que tomaba LSD habitualmente vivía mucho más en el presente y futuro que en el pasado.
Ciertas experiencias también alteran la percepción del tiempo
Cuando estamos muy asustados parece que el tiempo empieza a ir más lentamente. ¿Hay algún motivo para esto? Una teoría dicen que nuestro cerebro lo percibe así para ayudarnos a actuar de alguna manera si estamos en peligro o tenemos un problema. Por otro lado, puede ser simplemente que una situación extrema donde estamos aterrorizados hace cada momento que pasa inaguantable. Esto hace que parezca que el tiempo no pase de la misma manera. Ya se ha comentado anteriormente que algunos experimentos mostraron que el tiempo pasa de forma diferente para alguien que lo pasa mal y otro que lo pasa bien. Cuando se está pasando un mal rato, nuestro sentidos están más atentos y sensitivos a cada segundo que pasa.
Lo cierto es que hay emociones negativas que pueden hacer que el tiempo se acelere. Un ejemplo es el estrés, lo cual hace que una persona lo pase mal, pero también hace que su percepción del tiempo sea más rápida. Aunque los humanos no tenemos un instrumento sensorial que nos permite recibir información sobre el tiempo, se piensa lo podemos procesar de forma natural. Como se ha dicho, nuestro reloj interno funciona midiendo la acumulación de pulsaciones. Hay dos mecanismos que influyen la percepción del tiempo según este reloj interno, que son el de la atención y la excitación.
Cuando el mecanismo de la atención no está en funcionamiento al procesar el tiempo, este parece que va más deprisa. Con el mecanismo de la excitación entra en funcionamiento el tiempo también se acelera. Se cuentan más pulsaciones y se percibe el tiempo de forma más rápida. Lo que activa y desactiva estos dos mecanismos depende de factores psicológicos y externos. Como se puede ver, son varias las cosas que nos hacen ver el tiempo de diferente manera. Sabiendo estos factores, podemos incluso hacer que nuestra percepción cambie a nuestro favor.