Hace poco en este mismo mes de Marzo de 2016, un gran asteroide pasó al lado de nuestro planeta. Fueron unos cuantos millones de kilómetros, aunque la mayoría no ha sabido nada de esto, como la mayoría de los asteroides que pasan “cerca”. Desde la Tierra vigilamos atentamente a este tipo de objetos espaciales. La NASA es la encargada de este trabajo y tienen un centro de estudio para objetos cercanos a la Tierra en California. En este centro, consiguen localizar miles de objetos que pasan a 120 millones de kilómetros de nuestro planeta.
La parte buena es que se considera que solo el 12 por ciento de todos estos objetos podrían suponer un riesgo para nosotros. Esto significa que son los objetos que se acercan a más de 80 millones de kilómetros de nosotros. En este caso, hay muy pocas posibilidades de que golpeen a la Tierra.
Los asteroides viajan en una órbita elíptica alrededor del sol. La ruta de estos objetos cambia ligeramente al pasar cerca de un planeta o por la energía que absorbe del sol. Esto es debido a los cambios en los efectos de gravedad. Cuantos más datos se consigan de un asteroide en cuestión, más precisas son las predicciones de su trayectoria. Esto nos puede dar una información muy exacta de su puede colisionar con la Tierra. El asteroide que ha pasado cerca de nosotros este mes, es un buen ejemplo. El TX68, que es como se ha llamado a este asteroide, se vio por primera vez en el 2013 mientras se acercaba a nuestro planeta. Se observó durante la noche y en los 3 siguientes días, aunque luego se salió de nuestra visión.
Con los datos que se recopilaron en esos tres días, se pudo calcular que había una probabilidad entre un billón de que alcanzar la Tierra. Hay que decir que todos estos cálculos siempre tienen un margen de error y no son del todo precisos. Todos estos cálculos hablan de distancias muy largas, que supone millones de kilómetros. Para hacernos una idea, la distancia entre la Tierra y la Luna es de 384000 kilómetros. Aun así, es muy importante rastrear cualquier objetos que nos esté rondando solo por tener controlados los riesgos de una colisión.
¿Son los asteroides y meteoros una amenaza importante?
Hace unos tres años, un meteoro de unos 18 metros de ancho entro en nuestra atmósfera y cayó en Rusia, en la zona de Cheliabinsk. Los observadores no pudieron verlo venir por su pequeño tamaño, aunque mucha gente pudo grabarlo con sus cámaras y teléfonos móviles. Recordaremos las imágenes de este meteorito cayendo con una gran luminosidad y fuerza. En el video se ven los estragos que causo, como si se tratara de una explosión nuclear. Si no lo recuerdas, te dejamos el video más abajo:
Un objeto de entre 30 y 50 metros debería desintegrarse en la atmósfera según los expertos. Solo quedarían algunos restos que acabarían estrellándose en el suelo. Es lo que pasó con el meteorito de Cheliabinsk. Lo cierto es que la NASA se preocupa más de los meteoros que tienen un kilómetro de ancho, donde tienen unos mil identificados. Se detectan unos 1500 al año y se estudian con mayor cuidado los que pasan de los cien metros de ancho. El impacto de uno de estos objetos podría tener consecuencias más graves. Si has visto el video de Cheliabinsk, el cual solo tenía 18 metros, te puedes hacer la idea de lo que haría uno cuatro o cinco veces mayor.
En caso de que un asteroide de gran tamaño viniera directamente a nosotros, hay ciertos procedimientos pensados. Si recuerdas las películas “Deep Impact” y “Armageddon” verás que los protocolos usados en los dos film no son muy diferentes de lo que se haría en la realidad. La idea sería intentar desviar el objeto, ya fuera usando armas nucleares o enviando una nave para intentar desviarlo solo unos metros. Desviar el asteroide solo un metro, podría impedir la colisión con la Tierra.
De todos modos, lo más importante es detectar el asteroide con tiempo. Saber si este impacto podría suceder con años de antelación, nos daría tiempo para intentar impedirlo. Por este motivo es esencial hacer un seguimiento de los las trayectorias de los asteroides.