A lo largo de los años muchos exploradores y aventureros han intentado llegar a los sitios más remotos e inhóspitos. Ahora tenemos una tecnología muy avanzada, tanto en comunicación como en transporte, pero hace apenas unas décadas todo era más básico y rústico. A lo largo de la historia los exploradores tenían que pasar muchas penurias para llegar a sus destinos.
En el siglo 19 se puso de moda intentar llegar a conquistar el polo norte, y muchos aventureros arriesgaban sus vidas para llegar lo más lejos posible. Se intentaban buscar nuevas rutas y “conquistar” esta lejana parte del planeta.
Se formaron muchos grupos de exploradores de varios países diferentes. La mayoría de las expediciones eran de Estados Unidos, Europa y Escandinavia, y había una gran competitividad para ser los más intrépidos y exitosos. Sin embargo, muchos murieron en los muchos intentos que se hicieron para llegar al polo norte.
A finales del siglo 19, de las mil personas que intentaron llegar al polo norte, murieron unas 750. Lo intentaron usando todos lo medios que tenían a su alcance, aunque los únicos medios para llegar eran por mar, tierra o una combinación de ambas. Sin embargo, en 1897 uno grupo de exploradores suecos lo quisieron intentar por el aire.
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1 – El plan de viaje en globo al polo norte
Un explorador llamado Salomón August Andree (S.A. Andree) y sus dos colaboradores Nils Strindberg y Knut Fraenkel, decidieron llegar al polo norte usando un globo de hidrógeno. Hay que tener en cuenta que eran tiempos donde los medios de transporte no estaban tan adelantados como ahora. Lo mismo pasaba con los globos para viajar y herramientas de navegación.
S.A. Andree era un explorador sueco que estaba obsesionado con llegar al punto más remoto del polo norte. En 1897 todavía había muchas zonas del Ártico que quedaban por descubrir, y era un objetivo que Andree tenía muy claro.
Este explorado sueco pensaba que la mejor manera de explorar el polo norte era en globo. Si se aprovechaban los vientos y corrientes que había en esa zona, el viaje sería mucho más rápido y fácil si se hacía en globo. De esta manera se ahorrarían viajar por montañas y lagos helados, zonas escarpadas y toda la dificultar que eso conlleva.
Lo cierto es que el plan era bueno, porque en globo se podía viajar de forma más directa. Se podían también librar de las condiciones extremas de viajar por tierra o mar por los glaciales. Para ello, S.A. Andree diseñó un globo de hidrógeno muy sofisticado que no era como los que existían hasta el momento.
Un globo de aire caliente o de hidrógeno viaja por el impulso del viento. Esto no convencía a Andree ya que quería tener más control sobre el rumbo que quería tomar. Para ello, el explorador ideó un sistema de pesadas sogas que iban del globo (canasta) hasta el suelo a modo de ancla. De esta manera, el globo iba más lento que la fuerza del viento, y podían controlar mejor el rumbo gracias a un mecanismo parecido a las velas de los barcos.
El único problema es que tendrían que llevar sogas de repuesto, lo cual haría que el globo fuera mucho más pesado. Algunas sogas se podían caer o quedarse enganchadas, por lo que habría que tirarlas. Hay que tener en cuenta que también debían llevar todo el equipamiento mas los suministros de comida y agua.
Por ello, se pensó que le expedición debía ser de solo tres hombres. Nils Strindberg y Knut Fraenkel fueron los dos exploradores que se unieron a Andree en esta aventura. Yendo solo tres personas no añadiría más peso innecesario a la expedición.
2 – La salida de la expedición
S.A. Andree y el resto del equipo fueron a la isla de Spitsbergen, la cual está a unos mil kilómetros del polo norte. Desde este punto iniciaron su viaje en globo el 11 de julio de 1897 con la esperanza de hacer el recorrido en un tiempo récord.
El comienzo de la expedición no pudo empezar peor, ya que algunas de las sogas que iban amarradas a la canasta del globo se soltaron. Nada más despegar del suelo ya había perdido algunas sogas que les ayudarían a mantener el rumbo correcto a su destino. Sin embargo, no podían echarse atrás después de haber preparado tanto el viaje, por lo que siguieron adelante.
La caída de las sogas dificultó mucho la capacidad de poder hacer giros, y esto se notó según se alejaban de la isla de Spitsbergen. Algunos testigos dijeron que notaron que tenían problemas en coger la ruta correcta que tenían marcada. También se discutió mucho de si tendrían suficientes sogas para hacer todo el viaje.
Lo que paso a continuación dio lugar a muchas teorías y especulaciones. Nadie se podía imaginar que sería la última vez que verían a los miembros de la expedición. De la expedición nunca más se supo, y dadas las dificultades del viaje, no se pudo enviar un equipo de rescate para ver lo que les había pasado.
No sería hasta más de treinta años después que se supo lo que había pasado. Unos marineros encontraron algunos objetos de la expedición de S.A. Andree, Nils Strindberg y Knut Fraenkel.
Lo que encontraron fueron algunos diarios, unas pocas fotografías sin revelar, rollos de película sin usar y otros objetos que los exploradores se habían llevado. Sin embargo, con lo que habían encontrado de la expedición se pudo conocer cual había sido su trágico destino.
3 – El triste final de los tres exploradores suecos
Lo que se pudo averiguar por los diarios y el análisis de los objetos encontrados, es que no llegaron nunca al polo norte. Parece ser que al poco de estar en ruta, se encontraron con una espesa niebla. El problema que no tuvieron en cuenta es que durante el trayecto les podía faltar el sol.
La niebla tapó por completo el sol durante la ruta de la expedición, y esto hizo que el gas del globo se enfriará mucho. El enfriamiento del gas hace que los globos desciendan, y es lo que les pasó a los tres exploradores. Después de tres días de viaje y cientos de kilómetros recorridos, el globo bajó a los helados suelos por el gas enfriado.
Volver a hacer que el globo subiera era imposible en esas circunstancias. El viaje en globo había terminado, y ahora los tres exploradores estaban en tierra firme rodeados por kilómetros de hielo, nieve y rocas. Lo peor de todo es que los tres hombres no estaban preparados para un imprevisto de ese tipo. Toda la preparación del viaje estaba centrada en el globo y no una ruta por tierra.
Aunque llevaban víveres y un equipamiento básico, no era suficiente para continuar ni tampoco para volver. En teoría el viaje iba a ser muy rápido comparado con los viajes por tierra o por mar, por lo que no necesitaban tantas cosas para sobrevivir. Aparte de eso, tampoco querían llevar más cosas de las necesarias para no añadir más peso al globo.
Se especula que murieron de frío y hambre en las siguientes semanas de haber caído el globo. Los diarios estuvieron actualizados durante un tiempo, pero llegó un momento en que la expedición no escribía nada en ellos. Las duras condiciones les tuvieron que mantener paralizados en su tienda de campaña esperando la muerte.
4 – Conclusión
Todos los expertos señalaron que el mayor error que cometió la expedición fue no volver cuando iniciaron el viaje. Tendrían que haber vuelto cuando las sogas se desengancharon del globo. Sin embargo, se negaron a detener la expedición porque les había costado mucho ponerla en marcha.
La expedición de S.A. Andree había conseguido organizarse gracias a gente muy influyente, incluido el rey de Suecia. Ninguno de los tres hombres quería decepcionar a los promotores, y mucho menos retrasar el viaje indefinidamente. Por ello continuaron a pesar del mal comienzo de la expedición.
También tenían que haber pensado en la posibilidad de que el globo tuviera un problema y lo tuvieran que abandonar. Está claro que la preparación era insuficiente, y tenían que haber previsto muchas cosas. La expedición de S.A. Andree, Nils Strindberg y Knut Fraenkel fue otra de tantas que dejaron sus vidas por llegar al polo norte. Lo único diferente es su forma de hacerlo, que fue volando en un globo de hidrógeno.