¿Hasta que punto un ser humano tiene empatía por otras cosas? Está claro que las personas suelen tener más empatía por otros seres, ya sean humanos o animales, pero… ¿qué pasa con la empatía hacia los robots? Pleo el Dinosaurio es un adorable juguete robótico que fue creado para probar la empatía humana con los robots.
El juguete robot fue fabricado para provocar toda clase de sentimientos afectivos a una persona. Su aspecto es el de un peluche y se mueve y emite sonidos como si fuera un cachorrillo. Puede moverse y solo con la mirada puede robarle el corazón a cualquiera. Sin embargo, el experimento que se hizo con este bonito robot tenía un fondo más oscuro y sádico.
El experimento con Pleo el Dinosaurio

Pleo el Dinosaurio fue puesto en una caja y entregado a varios voluntarios sin saber lo que se iban a encontrar dentro. Cuando abrían la caja se encontraban el adorable juguete, el cual ponían sobre la mesa. Pleo el Dinosaurio empezaba a moverse como si estuviera aprendiendo a andar, mientras emitía sonidos de bebé dinosaurio. No hace falta decir que los voluntarios se quedaban rápidamente enamorados de este pequeño juguete.
Los que dirigían el experimento animaban a los voluntarios que ayudaran a que Pleo el Dinosaurio diera sus primeros pasos. Podían abrazarlo y acariciarlo como su fuera una pequeña mascota.
Después de una hora de estar con el dinosaurio, se le ordenó a los voluntarios que torturaran y mataran a Pleo el Dinosaurio. Ante la mirada atónita de los presentes, se pusieran encima de la mesa cuchillos, hachas de mano y martillos. Debían acabar de una manera horrible con el pequeño dinosaurio con el que habían estado jugando toda una hora.
Hasta el momento, lo que le habían dicho a los voluntarios es que el experimento iba a ser divertido y nada más. Nadie les habló realmente de lo que tenían que hacer. Nadie del equipo de investigación sabía lo que iba a pasar y como serían las reacciones de los voluntarios. Lo que pasó le sorprendió bastante.
Los resultados inesperados del experimento

Todo el mundo sabía que el juguete no dejaba de ser una simple máquina. ¿Qué problema podía haber en “torturarlo” y luego hacerlo pedazos? Sin embargo, no era lo mismo que destruir una fotocopiadora. Era un robot con el que se habían encariñado y que estaba creado para provocar empatía.
Los voluntarios tuvieron problemas desde el primer momento para hacer daño a Pleo el Dinosaurio. Aunque su cerebro les estaba diciendo que no era más que una estúpida máquina, había una barrera psicológica para “matar” al pequeño robot. En una de las ocasiones uno de los voluntarios levantó el martillo para destrozar a Pleo, pero finalmente acabó acariciándolo como pidiéndole perdón por el intento.
El ultimátum de los investigadores

Viendo que ningún voluntario se animaba a matar al dinosaurio que le habían asignado, llevaron la prueba a un plano diferente. Les dijeron que podían salvar a su dinosaurio si “mataban” al dinosaurio de otro de los voluntarios. Ante esta posibilidad todos los asistentes se quedaron sin moverse y sin saber que hacer.
Como esto tampoco funcionaba para hacerlos reaccionar, les dijeron que uno de los dinosaurios tenía que ser sacrificado. Si no lo hacían, todos los dinosaurios del experimento serían destruidos sin compasión. Fue entonces cuando uno de los voluntarios cogió un hacha de mano y despedazó a uno de los robots.
Todos se quedaron en silencio cuando esto ocurrió. Los que estaban en la sala se habían quedado muy impresionados por lo que había pasado. Un simple juguete robot había provocado un cúmulo de emociones indescriptible y para nada esperado. Todo quedó grabado en video, aunque las grabaciones se las quedaron los investigadores. Aun así, algunos de los preparativos previos al experimento si se publicaron. Este es el video que se tiene del experimento de Pleo el Dinosaurio…