Seguro que en algún momento has montado en teleférico y te has quedado impresionado con las vistas y esta forma de transporte. Como es mi caso, en el que más he montado es en el de Madrid que está en la Casa de Campo, y lo cierto es que está muy bien. Sin embargo, si lo comparamos con otros teleféricos que hay en el mundo, se queda en poca cosa. Estas formas de ir de un punto a otro están por todo el mundo, y en algunos sitios son realmente impresionantes. No todo el mundo se atreve a viajar en ellos, pero solamente viendo las fotos, realmente merece la pena darse un paseo en estas cabinas suspendidas por cables.
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La montaña de Sugarloaf
Empezaremos por la montaña de Sugarloaf en Brasil, la cual puede ser una de las más espectaculares. Ubicada en Río de Janeiro, este teleférico lleva a la gente hasta la cima de la montaña dando una amplia visión de toda la ciudad. El paseo suele ser más popular al atardecer para poder apreciar la magnífica puesta de sol. No es exagerado decir que es el más visitado del mundo, con casi 40 millones de visitantes desde que se abrió a principios del siglo pasado.
El paseo se divide en dos fases de tres minutos cada una. El primer periodo va desde la llamada Playa Roja hasta la colina de Urca, a una altura de unos 220 metros. La segunda fase va desde Morro da Urca hasta la montaña de Sugarloaf, que tiene una altura de unos 530 metros. La velocidad de la cabina varia dependiendo del tramo, que puede ser entre 20 y 30 kilómetros por hora. Cada cabina puede llevar a 65 pasajeros.
Aunque fue construido en 1921, fue totalmente reformado en los años setenta. Se han hecho varios cambios desde entonces, y los más recientes fueron para cambiar los cables y el sistema electrónico. Se añadió también aire acondicionado a las cabinas y cristales tintados. Lo cierto es que el teleférico de Sugarloaf es considerado como uno de los más seguros del mundo, y no es de extrañar dada la afluencia de personas que lo cogen todo el año.
Ngong Ping
Está localizado en Hong Kong, en la isla de Lantau. No se trata solo de visitar la isla, ya que este teleférico es por si solo una atracción. De lo que más se habla de este paseo, es que tiene unas vistas increíbles de la isla y la parte sur del mar de la China. Lo cierto es que es un viaje corto, de unos 20 minutos de duración.
Uno de los cambios que se hicieron para hacerlo más emocionantes es la posibilidad de elegir una cabina normal o una de cristal. La idea es mejorar la experiencia de los visitantes viendo el escenario de una forma transparente. No hace falta decir que no es aconsejable para los que tengan vértigo, ya que el suelo también es de cristal. El cristal de suele es de unos cinco centímetros de espesor y de gran dureza por lo que no debería romperse, o por lo menos no pensarlo si ya estás montado.
CabriO in Stanserhorn
En este caso nos tenemos que ir a Suiza, y realmente se le considera más un funicular. Tiene varias características que lo hacen bastante único comparado con otras transportes del mismo estilo. Para empezar, es el primero que usó cabinas de doble planta con la de arriba al aire libre. Esto permite a los visitantes sentir el aire en la cara durante todo el viaje. El viaje dura aproximadamente 6 minutos hasta llegar a la cima del monte Stanserhorn, y hay restaurantes y miradores para pasar el día.
Otra cosa que diferencia este teleférico o funicular, es que es el más rápido del mundo con dos plantas. Cada cabina puede llevar a sesenta personas en la planta baja (la que está cubierta) y unas 30 en la parte superior. Cabe destacar que cuando fue inaugurado en 1893, batió el record del mundo como el funicular más largo que existía.
El teleférico de Masada
Se encuentra en Israel, y tiene la particularidad de que pasa por encima del mar muerto, dando un panorama bastante único. Masada por si solo es un punto turístico que mucha gente visita todos los años. Hay un parque nacional, donde se puede coger este funicular y toda clase de servicios pensados para los visitantes. Otro de los incentivos de coger este transporte es poder ver la antigua fortaleza de Masada, la cual tiene una larga historia, donde se usó incluso para frenar el avance romano en la región.
La góndola de la montaña de sulfurosa en Canadá
En este caso es algo diferente a lo que hemos visto hasta ahora. Son cabinas más pequeñas a las que se les han puesto los nombres de góndolas. Tienen espacio para cuatro personas y en toda su trayectoria ofrecen vistas de seis montañas diferentes. Una vez que se coge este transporte, en solo ocho minutos alcanza una altitud de 2200 metros por encima del nivel del mar. En la cima hay dos restaurantes, una tienda de regalos, baños públicos y por supuesto un mirador.
Una cosa de la que se avisa es que las cabinas tienen un panel de cristal en el suelo, por lo que quizá no sea para todo el mundo si se tienen miedo de las alturas. Aparte de esto, sube bastante rápido y se puede balancear bastante con el viento según se sube. Es conveniente ir abrigado porque incluso en verano puede hacer bastante frío.
La montaña de Grouse
Este funicular está en Vancouver y es una de sus mayores atracciones. Hace el viaje siete días a la semana a esta montaña cada quince minutos. El viaje comienza en la base y se eleva a más de mil metros, donde se puede ver toda la ciudad de Vancouver y los alrededores.