8 Prácticas de la Medicina en la Edad Media muy Útiles

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medicina en la edad media

Ya hemos hablado anteriormente de la medicina a lo largo de la historia. Por ejemplo, tenemos un artículo sobre la medicina en la edad de piedra, donde estaban más adelantados de lo que mucha gente cree. En esta ocasión hablaremos de la medicina en la edad media, donde también tenían prácticas que funcionaban bastante bien.

La edad media fue una época curiosa, donde en la medicina había mucha influencia de los antiguos médicos griegos. También la religión tenía una gran influencia en las personas de esta época. Sin embargo, también fue una época donde se empezó a innovar en la medicina. Muchos médicos empezaron a diseñar herramientas y procedimientos que fueron muy efectivos en su momento.

En este artículo hablaremos de algunas prácticas de la medicina en la edad media que funcionaban bastante bien. De hecho, algunas variantes de estas prácticas se siguen utilizando hoy en día.

1 – Los análisis de orina en la edad media

Seguro que todo el mundo se ha hecho alguna vez un análisis de orina. Pues estas pruebas llevan existiendo hace mucho tiempo. Ya en la antigua Grecia se pensaba que muchas enfermedades venían de los fluidos internos como la sangre, la bilis y la orina. En la edad media estas creencias se mantuvieron, por lo que una de las pruebas era la inspección de la orina.

Por supuesto, esta prueba de orina era muy diferente a las de ahora. Lo que se buscaba eran restos de sangre y se analizaba el color. Al igual que hoy en día, el color de la orina puede dar señal de que los riñones tienen algún problema. Basándose en esta prueba se procedía a poner un tratamiento. Alguna veces no era el más adecuado, pero esta inspección de orina era muy fiable para saber el problema.

2 – La peste negra y el ajo

La peste bubónica o peste negra fue una de las más terrible epidemias que han ocurrido en Europa. Los médicos no tenían ni idea de cómo pagar esta plaga que estaba matando tantas personas. No sabían nada de bacterias y como actuaban en aquellos tiempos. Por esto utilizaron todo lo caía en sus manos para ver lo que podía detener la enfermedad.

Se utilizaron sobre todo medios tradicionales más antiguos que habían funcionado con otras enfermedades. De todo lo que probaron, se dieron cuenta que una de las cosas más efectivas era el ajo. Muchas hierbas y remedios hechos con ajo parecían detener la infección al ser aplicada en las llagas.

Normalmente el ajo era mezclado con vinagre o algunos tipos de aceite. Se pudo comprobar que aunque el ajo no curaba la peste negra, conseguía ralentizar la enfermedad. En muchos casos conseguía dar tiempo al enfermo para que se recuperara y su cuerpo luchara contra la bacteria. Hoy en día los investigadores piensan que el ajo salvó muchas más vidas de las que se creen durante la peste bubónica. Al ser un antibiótico natural, ayudó a mucha gente a sobrevivir.

3 – Las heridas en la cabeza durante la edad media

Los golpes fuertes en la cabeza siempre son peligrosos y el riesgo de morir es alto. Esto en la edad media era particularmente usual debido a los combates, disputas personales y accidentes del día a día. La probabilidad de sobrevivir era muy baja y los cirujanos tenían muchos problemas para salvar a los afectados.

Las fracturas de cráneo eran sobre todo comunes en las muchas guerras que había. Curiosamente los cirujanos de campo se hicieron expertos en volver a poner los trozos de cráneo de nuevo en su sitio. Llegaron a perfeccionar tanto estas cirugías, que muchos heridos con terribles en la cabeza conseguían recuperarse.

La idea es que el trozo de cráneo se soldara de una forma natural y así dar tiempo al herido a recuperarse. En muchas ocasiones había que colocar el cerebro de nuevo en la cavidad craneal, y también perfeccionaron el método para hacerlo. Aunque no había neurocirujanos en la edad media, se las apañaban muy bien en este tipo de heridas.

4 – Las trepanaciones en la era medieval

Otra de las cosas que se perfeccionaron en la medicina en la edad media fueron las trepanaciones. Esta práctica ya llevaba haciéndose desde mucho antes en otras muchas culturas. Se sabía que el mejor modo de liberar presión en la cabeza era hacer un pequeño agujero. Sin embargo, este método de trepanación se mejoró en la edad media.

La trepanación no era solo para liberar presión, sino que se empezó a realizar para encontrar otros posibles problemas. Los médicos en la era medieval lo empezaron a usar para quitar coágulos por ejemplo. Los fuertes golpes sin herida abierta eran peligrosos por las hemorragias internas. Las trepanaciones salvaron muchas vidas durante esta época sacando la sangre almacenada bajo el cráneo.

5 – La cauterización de las heridas

Seguro que has visto muchas películas donde para parar una hemorragia se aplica un hierro al rojo vivo. Es un método de cauterización de heridas que vino de la edad media. Se puede decir que era una cirugía algo rústica, pero efectiva. Fue usada extensivamente en la edad media, sobre todo el campo de batalla.

Durante las batallas en la edad media, era muy normal que hubiera un gran número de amputados. La forma más rápida y sencilla de salvarlos era cauterizar la herida con fuego. No era agradable ya que no había anestesia, pero se podían salvar vidas de este modo. Lo cierto es que este tipo de cauterización también era usado en heridas más  pequeñas y en infecciones.

También es cierto que aunque era efectiva en muchas ocasiones, también era peligrosa. Aunque podía parar las hemorragias y sellar una herida, la carne quemada liberaba una proteína que podía provocar una fuerte infección. Cuando esto pasaba, la infección era imparable y el herido moría en poco tiempo.

6 – El catéter que todos conocemos

Otra cosa que debemos agradecer a la medicina en la edad media es el catéter. En aquellos tiempos se usaba principalmente para las infecciones de vejiga. La idea era permitir que la orina de la vejiga saliera eliminando la obstrucción. En la edad media el catéter era una varilla metálica larga que se metía por la uretra. Nos imaginamos que no era agradable.

Se sabe que el paciente tenía que ser agarrada por varias personas mientras el médico le metía el catéter. Lo cierto es que funcionaban, aunque hay diferencias entre los que existen ahora. Los catéteres de hoy en día son mucho más finos y son de plástico. Tampoco buscan quitar la obstrucción a lo bestia, sino permitir que la orina salga.

7 – El doloroso tratamiento de las hemorroides

Si eres de los que se quejan de sus hemorroides, agradece no haberlas tenido en la edad media. Al igual que las heridas que hemos comentado antes, las hemorroides se curaban mediante la cauterización. Dicho de otra manera, las hemorroides se quemaban con un hierro que se había puesto previamente en un fuego.

Luego estaba el tema de si las hemorroides eran internas o externas. Si eran externas se aplicaba el hierro candente en la superficie de las hemorroides. El problema era cuando eran internas. El procedimiento era mucho más arriesgado ya que el hierro tenía que ser introducido en el recto con mucho cuidado. No imaginamos lo que eso podía doler o como lo podían aguantar.

Hoy en día tenemos la suerte de que haya cremas y tratamientos que funcionan muy bien. En los casos más extremos se hace algo parecido que en la edad media, usando un láser. Es cauterizar las hemorroides quemándolas. Sin embargo, se utiliza anestesia y eso es una gran diferencia. Una cosa que se echaba de menos en la medicina en la edad media.

8 – La medicina en la edad media para las cataratas

Las cataratas son fácilmente tratables hoy en día, y la operación es bastante sencilla. En la edad media también las trataban de una forma efectiva. Las cataratas son un exceso de proteínas que se forman en los ojos. Esto hace que las personas tengan una visión borrosa o vean manchas.

En la edad medieval los cirujanos para operaciones menores eran usualmente los barberos. Podían afeitar, cortar el pelo, sacar muelas y también hacer otras cosas como operar de cataratas. Lo hacían usando una afilada cuchilla parecida a un bisturí.

Por tanto, si tenías cataratas en la edad media, tenías que acercarte al barbero más próximo a tu casa. Había que confiar en que el barbero que te tocara tuviera experiencia y fuera bueno. Hay que recordar que realmente no eran médicos con estudios. La idea de que alguien así te toque los ojos con una cuchilla da mucho miedo. Sin embargo, en aquellos tiempos era lo que había.

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