Hubo un tiempo en que la gente pensaba que las peleas de lucha libre profesional eran muy reales. Todos esos golpes, acrobacias, saltos y gritos eran parte de una brutal lucha para acabar con el adversario. Aun hoy en día más de uno te dirá que pelean de verdad. Sin embargo, la mayoría sabe perfectamente que es un espectáculo donde todo está orquestado.
La lucha libre profesional es una especie de ballet con la mayoría de los movimientos previamente ensayados. Sentimos ser así de sinceros pero es que esto siempre ha sido así desde sus comienzos. Los luchadores de lucha libre profesional siguen un guión y los resultados de las luchas ya están determinados.
Lo que si es cierto es que algunas veces los luchadores no siguen el guión. Aunque todo siga unas pautas ya escritas, algunas veces las cosas no salen como se esperaba. Las peleas de lucha libre profesional se vuelven muy reales en ocasiones. Cuando ocurre, las consecuencias son imprevisibles. Te contamos algunos de los casos donde la lucha libre profesional se convirtió en algo muy real.
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1 – La muerte en directo de Owen Hart

Aunque los luchadores de lucha libre profesional son atletas que han ensayado los movimientos muchas veces, ocurren accidentes. Lo cierto es que es increíble que no haya más heridos o incluso muertos con todo lo que hacen. Las muertes en la lucha libre llevan ocurriendo desde siempre, tanto dentro como fuera del cuadrilátero.
Cuando hablamos de lo que ocurre fuera del ring, nos referimos sobre todo al abuso de esteroides y otras drogas para mantener un aspecto musculado. Sin embargo, hoy estamos hablando de lo que ocurre dentro del cuadrilátero. Uno de los casos más recordados fue el de Owen Hart en 1999.
Owen Hart tenía un personaje durante sus luchas que era básicamente un súper héroe llamado “Blue Blazer”. Era una forma de entretener al público y hacer que se lo pasara bien. Como buen súper héroe tenía que volar, y por eso Owen Hart se ponía un arnés con un cable que lo elevaba por encima del público. Luego aterrizaba en el cuadrilátero para pelear con sus adversarios.
Sin embargo, en 1999 en un programa de televisión algo salió mal. Estando en las alturas su arnés de seguridad se soltó y cayó desde unos 24 metros de altura. Con un fuerte golpe se estrelló contra el suelo frente a miles de espectadores. Se lo llevaron rápidamente al hospital pero nada pudieron hacer para salvar su vida.
2 – La pelea del torneo de Stardom
En Japón lucha libre profesional también es muy popular, y algunas veces suelen llevar las cosas hasta el extremo. Las mujeres también participan en este tipo de eventos y pueden ser incluso más brutales que los hombres. Puede que sea por intentar superar las peleas de sus compañeros masculinos, pero en ocasiones se les va de las manos.
Una de las peleas más recordadas donde las cosas no salieron como lo esperado, fue la de Act Yasukawa contra Yoshiko. Lo que pasó es que fue primera noticia en toda la prensa del país y le costó la carrera a una de las luchadoras.
Lo que pasó es que Act Yasukawa parece que le dio un puñetazo muy real a Yoshiko, y esta no se lo tomó nada bien. Yoshiko devolvió la agresión de una manera bastante violenta golpeando a su adversaria repetidas veces en el rostro. Los golpes fueron terribles y muy reales, acabando con Act Yasukawa teniendo varias roturas en el rostro.
Act Yasukawa quedó con una rotura del hueso de la mejilla, rotura del hueso orbital del ojo y también una nariz rota. Fue llevada de inmediato al hospital donde fue operada de urgencia. Hicieron todo lo que pudieron pero Yasukawa se tuvo que retirar de la lucha libre profesional.
Por su lado, Yoshiko fue penalizada con no volver a luchar en Stardom. Aun así, siguió luchando en otras competiciones del país y también algunos internacionales. No le faltó el trabajo, y de hecho hasta tuvo más. La paliza que le dio a su rival la hizo ganar popularidad y prestigio como luchadora.
3 – Los sillazos de Mick Foley en la cabeza

En los combates de lucha libre profesional se permitía golpear a los luchadores con sillas hasta el año 2010. Fue prohibido para evitar accidentes y daños cerebrales que pusieran en riesgo a los participantes. Todo vino tras varios incidentes donde algunos luchadores acabaron mal heridos.
Un caso fue el de Mick Foley, el cual se enfrentaba a un todavía desconocido Dwayne “The Rock” Johnson. Se había previamente hablado de que Foley recibiría 5 golpes en la cabeza con una silla. Mientras tanto, los otros luchadores seguirían peleando por el cuadrilátero, hasta que uno le vendría a “salvar”.
El problema es que cuando empezaron los golpes, el miembro de su equipo que le tenía que salvar se retrasó. Mientras llegaba, el luchador que golpeaba a Foley tuvo que improvisar y le acabó dando once sillazos en la cabeza. Al final le hizo una enorme brecha en la cabeza que empezó a sangra abundantemente. La audiencia incluyendo su mujer e hijos vieron la escena con horror.
Le tuvieron que dar varios puntos y estuvo sin luchar bastante tiempo. Aparte de esto, notó que tenía agudas pérdidas de memoria a causa de los golpes que recibió.
4 – Como ponerse de nuevo un ojo en la cuenca
En esta ocasión lo que pasó hizo que todo el mundo gritara en desagrado. Big Van Vader era un luchador enorme que tenía la costumbre de salirse del guión con frecuencia y golpear de verdad. Stan Hansen era otro luchador también muy grande que hacía exactamente lo mismo. Cuando ambos se enfrentaron en 1990, la lucha se convirtió en algo muy serio.
La cosa se puso tan brutal y seria, que al final ocurrió algo que heló la sangre a los espectadores. Como se puede ver en el video, en un momento dado del combate Big Van Vader se levanta para quitarse la máscara revelando como se la ha salido un ojo.
La pelea no acabó ahí como se podía esperar. Vader volvió a ponerse el ojo en su sitio y siguió peleando contra Hansen, aunque pendiente de que no se le volviera a salir el ojo. El combate continuó durante veinte minutos hasta que terminó la pelea. Vader fue llevado al hospital donde le operaron de urgencia. Hay que reconocer que aguantó más de lo que cualquier podía esperar.