Si te preguntan que animal marítimo te da más miedo, seguramente dirás que los tiburones. Sin embargo, hay criaturas en el océano que nos deberían dar más miedo. Si decimos medusa nadie le dará mucha importancia. En todo caso nos puede producir una irritación que se quitará con una pomada. Dependiendo del lugar del mundo en el que vivas las medusas pueden ser muy diferentes. Las picaduras se producen por el contacto y no tienen ningún control sobre como pican. Sus tentáculos producen este envenenamiento y pueden hacerlo incluso cuando la medusa ha muerto. La medusa Irukandji también llamada Carukia barnesi es una de las especies más pequeñas y mortales del planeta.
Esta medusa tiene el tamaño de la uña de la mano y son casi transparentes. Se encuentra en las costas del norte de Australia. Si una persona entre en contacto con este animal marino, a los cinco o diez minutos empezará a sentir un dolor tremendo en la zona afectada que ni la morfina puede calmar. Más tarde experimentará vómitos, fuertes calambres y finalmente hemorragias cerebrales y pulmonares. Finalmente la víctima acaba muriendo de un fallo cardíaco. Durante años nadie sabía lo que causaban estos síntomas y muertes. Sospechando que podía ser una medusa venenosa, se llegaron a poner redes en diferentes playas donde habían ocurrido estos casos. Sin embargo, la pequeña Carukia barnesi podía pasar por los agujeros de la redes y finalmente muchas playas se cerraron. En los años sesenta se descubrió que estas muertes fueron producidas por esta mortífera medusa.