¿Te suena la maldición del Rey Tut? Durante los años 20 fue descubierta la tumba del faraón Tutankamón en el llamado Valle de los Reyes. La tumba databa del siglo 16 antes de Cristo y fue un arqueólogo británico llamado Howard Carter quién la abrió. Junto a el también estaba un miembro de la nobleza llamado George Herbert. Era uno de los mayores descubrimientos arqueológicos que se habían hecho hasta la fecha.
Aparte de los descubrimientos que se encontraron en la tumba, la prensa de la época comenzó a hablar de la maldición del Rey Tut. Algunas personas asociadas con el descubrimiento de la tumba murieron de forma misteriosa. Incluso George Herbert murió poco tiempo después en El Cairo. ¿Qué hay de verdad en la maldición del Rey Tut?
La muerte de George Herbert
De todas las muertes que hubo después de descubrir la tumba de Tutankamón, fue la de George Herbert la que tuvo más impacto. Ostentaba el título de lord Carnarvon y era un distinguido miembro de la nobleza británica. Fue una de las personas que financió la búsqueda de la famosa tumba.
Murió un año después de haberse abierto la tumba, en la cual estuvo presente. La prensa lo tachó como una acción directa de la maldición del Rey Tut. Esto hizo que se formara una siniestra leyenda alrededor de este descubrimiento en Egipto. Por si fuera poco, el escritor Arthur Conan Doyle (creador de Sherlock Holmes) infló más leyenda diciendo que en la tumba se había liberado un espíritu maligno.
Sobre la muerte de George Herbert, mucha gente ya había notado que su salud no era muy buena antes de descubrir la tumba de Tutankamón. En El Cairo fue picado por un mosquito, el cual le transmitió una infección que lo mató. Su débil estado de salud no le ayudó a superar la infección. Sin embargo, esto fue suficiente para que todo el mundo creyera que el Rey Tut estaba detrás de esta súbita muerte.
¿Qué más muertes se achacaron a la maldición del Rey Tut?
Es cierto que hubo una gran cadena de muertes en los años siguientes de abrir la tumba. Un miembro de la excavación llamado Arthur Mace fue asesinado con arsénico. El secretario del arqueólogo Howard Carter también murió un tiempo después mientras dormía. Sir Archibald Douglas Reid fue el responsable de hacerle unas radiografías a la momia del faraón. Murió de manera misteriosa poco después.
Lo cierto es que el descubrimiento de la tumba del faraón fue un evento histórico. Por este motivo hubo muchas personas trabajando en las excavaciones y en los posteriores trabajos. Entre tanta gente se puede esperar que haya un número aleatorio de muertes por simples probabilidades.
De hecho, en investigaciones que se hicieron años después se comprobó que la gran mayoría de los que estuvieron trabajando en la tumba, murieron a edades avanzadas. El propio Howard Carter murió casi con 70 años. Parece que la maldición del Rey Tut no llegó a todos los miembros del equipo.
¿Qué hay de cierto en la maldición?
La pregunta que hay que hacerse es ¿De donde vino la maldición del Rey Tut? Muchos expertos dijeron que cuando se abrió la tumba en 1922 se quería mantener a la prensa y curiosos alejados. Se dice que fue el propio Howard Carter el que se inventó la historia de la maldición. La usó para mantener lejos a cualquier intruso que se acercara a su gran descubrimiento.
Curiosamente la estrategia de una “maldición” no fue solo usada en la tumba de Tutankamón. Se usó en otras excavaciones de tumbas en Egipto con buenos resultados. Era una buena manera de mantener alejados a los ladrones de tumbas.
Hay que recordar que en Egipto los robos de tumbas era algo muy común en los años veinte. Las excavaciones arqueológicas de tumbas faraónicas revelaban tesoros que valían una fortuna en el mercado. No es de extrañar que algunas personas quisieran hacerse con ellas para su beneficio propio. Por eso las “maldiciones” eran tan útiles.