Descubre la evolución que ha llevado a este elemento a convertirse en indispensable en nuestras vidas
1 millón de años Antes De Nuestra Era, la noche oscura asola un paraje desconocido. En la lejanía se vislumbran figuras moverse. De pronto, un rayo desciende de los cielos iluminando un tronco, del que surgen rápidamente llamas.
Las figuras desconocidas se acercan temerosas; en cuanto se acercan, ven con asombro que ese trozo de madera desprende calor y permite ver a estos homínidos, nuestros antepasados, aun estando afuera totalmente oscuro. Había nacido el fuego y con él, comenzaría la revolución de nuestra especie.
Los primeros fuegos controlados se registraron en África, utilizando madera
Cuando estos homínidos se fueron de África en el año 60,000 A.D.E, extendieron el uso del fuego por todo el mundo, sin embargo, no sería hasta el año 10,000 A.D.E que los humanos comenzaríamos a utilizarlo dentro de las cuevas, principalmente para contrarrestar las bajas temperaturas del exterior.
Nuestra especie iba evolucionando y creciendo en número, y con ello, comenzaron a surgir los primeros asentamientos con casas y edificios. Esto trajo un nuevo problema; el humo desprendido de las hogueras ya no era cómodo dentro de un espacio cerrado. Por ello, en el año 6,000 A.D.E, en los últimos años de la Edad de Piedra, comenzaron a aparecer rudimentarios hornos y con ellos la cerámica.
El carbón vegetal fue un hito importante en nuestra historia
En el año 4,000 A.D.E se produjo un cambio significativo, y es que se comenzó a utilizar no madera, sino carbón vegetal, producido mediante la lenta quema de madera sin llegar a carbonizarse de todo. De este modo se conseguía un producto que ardía mucho más tiempo y proporcionaba más calor que la madera.
Llegó el año 3,000 A.D.E y con él la aparición de los minerales y metales, los cuales eran fundidos gracias al carbón vegetal que ya habían descubierto.
Desde entonces hasta hoy, el carbón ha estado presente en la industria de muchas civilizaciones, llegando a utilizarse como combustible para los primeros trenes, para calentar casas durante el Imperio Romano (alrededor del año 200 A.D.E).
¿Podríamos vivir hoy en día sin el fuego?
Lo cierto es que está tan presente en nuestra sociedad que ni siquiera nos damos cuenta de que coexistimos con él todos los días; el chispazo que calienta el agua con la que te duchas, la explosión que produce la luz de tu lámpara (la cual genera de hecho calor), en las cocinas de gas ya ni hablemos de la chispa necesaria para encender el fuego, etc.
Por tanto el fuego se ha convertido en algo imprescindible, aún en una sociedad tan avanzada como la nuestra. Por desgracia, mucha gente lo ha utilizado (y utiliza) con motivos oscuros y egoístas. En nuestras manos queda el utilizarlo del modo correcto y, siguiendo la mitología griega, honrar a Prometeo por robar el fuego de los dioses, y no hacerle pensar que su sacrificio fue en vano (en algunas versiones fue encadenado por Zeus mientras un águila se comía eternamente su riñón, aunque por suerte sería más tarde liberado).