En Japón existe una cabina de teléfonos que permite a la gente dejar mensajes de despedida para los que murieron en el terremoto del 2011. Este terremoto fue uno de los más grandes que se han visto y provocó que se creara un devastador maremoto que destruyó todo a su paso. El terremoto junto al tsunami que provocó causo la muerte de más de 15 mil personas en la costa noreste de Japón. Algunos supervivientes del pueblo costero no pudieron ni despedirse de sus seres queridos. Fue tal el horror sufrido que tuvieron que encontrar un método para aliviar su dolor. Se puso una cabina telefónica en una colina mirando hacía el océano pacífico. Esta cabina sirve para “llamar” a los familiares y amigos muertos y despedirles.
A la cabina se le llama “teléfono del viento” y es de madera y cristal. No tiene conexión con ninguna centralita por lo que no se puede usar para llamadas normales. La idea es que lo que se habla dentro de la cabina es llevado por el viento para transmitirlo a sus seres queridos. Uno de los residentes del pueblo de Otsuchi es el responsable de esta peculiar idea. Se trata de Itaru Sasaki y diseñó la cabina para estar en contacto con su primo que murió en el terremoto. Dijo en una entrevista que lo que no le pudo decir por teléfono en su momento, ahora lo dice en esta cabina para que se lo lleve el viento.
Esta cabina telefónica tan especial ha sido visitada por miles de visitantes desde que fue instalada. Se ha convertido en un sitio muy popular tanto para residentes como turistas que pasan por la zona. Se ha hecho incluso un documental sobre la cabina donde se puede ver más sobre la gente que llama a sus familiares desde la cabina. Todo coincide que es una buena forma de consolarse frente a tantas muertes, aunque el método sea algo fuera de lo común. En el documental se puede ver todo tipo de historias sobre las visitas a la cabina. Incluso familias enteras vienen a dejar su mensaje a los que ya no están.
En algunos casos hay gente que ha cogido la costumbre de ir todos los días por si hay contestación del más allá. Aunque esto puede parecer algo siniestro, unos estudios en la revista Ciencia de la Psicología han podido comprobar que la cabina está siendo muy positiva para los que han perdido a alguien. Es una forma de enfrentarse al trágico suceso que realmente funciona. Aunque ya no van a poder hablar con la persona desaparecida, es una forma de tener un canal para seguir en comunicación.