Las películas del Zorro han sido populares durante décadas y de hecho se le considera un héroe legendario como muchos otros de Hollywood. Sin embargo, como pasa en muchas películas muchos de los personajes que se hacen populares están basados en personas reales. En el caso del Zorro, ¿hubo alguien que realmente dio vida a este famoso personaje justiciero? Pues lo cierto es que si, y se llamaba Joaquín Murrieta. Te contamos la verdadera historia del Zorro y el que realmente empezó esta leyenda que llegó al cine.
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¿Quién fue Joaquín Murrieta?
Para contar la verdadera historia del Zorro hay que empezar hablando de los orígenes de Joaquín Murrieta. Se dice que nación en Sonora en 1849, que está al noroeste de México. Esta información no es precisa aunque puede ser una fecha aproximada. Durante la fiebre del oro que se produjo en California, Joaquín Murrieta y su joven esposa decidieron probar suerte y buscar oro en esta zona de los Estados Unidos. Se establecieron en un pequeño pueblo de California y Murrieta pronto empezó a buscar oro en los ríos del área.
Lo cierto es que no le fue nada mal y en solo un año ya había generado una pequeña fortuna. Sin embargo no todo era como se esperaba. California había sido mexicano hasta 1848 pero fue cedido a los Estados Unidos después de le guerra con México. Esto permitía que cualquier buscador de oro americano fuera a California para buscar el precioso metal. En poco tiempo la zona se llenó de gente y la competencia si hizo muy fuerte. El problema es que los americanos que llegaban veían con malos ojos que los mexicanos les hicieran la competencia.
Empezaron los enfrentamientos entre mexicanos y americanos que buscaban el oro por los mismos lugares. Los americanos empezaron a organizarse y presionar a los mexicanos para que abandonaran California.
El enfrentamiento que empezó la leyenda
Las cosas se habían puesto bastante tensas entre los buscadores de oro mexicanos y americanos. Un día estos enfrentamientos llegaron a Joaquín Murrieta y su familia. Un grupo de buscadores de oro americanos reclamaron trabajar en la zona que tenía Murrieta. Sin embargo, el mexicano la había comprado hace tiempo y eran sus propiedades por ley. Aun así hubo represalias y estos buscadores de oro decidieron dar a Murrieta una lección.
Fueron a su casa y lo ataron a una silla. Para convencerle de que renunciara a sus tierras le obligaron a mirar como violaban a su mujer. La violación fue tan bestial que la mujer no pudo sobrevivir a las heridas. Murrieta vio morir a su esposa frente a el después de que el grupo hubiera abusado de ella. Esto le dejó totalmente impactado y finalmente renunció a sus tierras y dejó que se quedaran con lo que tenía.
Joaquín Murrieta cambió de vida totalmente y no se recuperaba de la terrible muerte de su esposa. Cambió su hasta entonces beneficiosa carrera de buscador de oro por el de crupier en un casino. Aun así su mala suerte no acabó. Pidió un caballo prestado a su medio hermano y por algún motivo un grupo de personas le acusó de robarlo. Fue atado y a golpe de latigazo le obligaron a decir donde había conseguido el caballo. Dijo que era de su hermanastro y esto le sentenció a muerte. Su hermanastro fue capturado y linchado frente a su propia casa. No queda claro si el hermanastro había robado el caballo previamente pero lo pagó con su vida.
La decisión de convertirse en el Zorro
El linchamiento de su hermanastro junto a la muerte de su esposa le hizo volverse loco. Quería justicia y decidió que tenía que hacer algo. Pensó que usaría cualquier manera de encontrar esa justicia aunque significara romper la ley. En las siguientes semanas de la muerte de su hermanastro, la turba que lo había linchado empezó a aparecer muerta y mutilada. Mientras Murrieta iba vengándose, decidió volver a buscar oro para financiar su lucha y su venganza.
Al mismo tiempo que seguía encontrando oro fue organizando una banda para continuar con su guerra contra los mineros americanos. Uno de ellos fue un veterano del ejército mexicano llamado “tres-dedos Jack”. Le llamaban así porque había perdido tres dedos por un disparo en una batalla. La idea de la banda era aterrorizar a los mineros americanos, los cuales ataban con sus lazos a los caballos y los arrastraban hasta la muerte. Luego les robaban el oro que habían conseguido. Por supuesto, esto no pasó inadvertido y pronto la banda era conocida por todo el territorio. También tuvo repercusiones.
El régimen de terror de la banda de Murrieta
Lo mineros de la zona empezaron a vivir aterrorizados debido a las incursiones de esta banda de forajidos. No solamente eran los mineros ya que los rancheros tampoco se sentían seguros. Por supuesto, este miedo era peor entre los estadounidenses ya que eran el objetivo principal. La banda de Joaquín Murrieta no se conformaba con robar caballos y oro sino que normalmente no dejaban a nadie con vida. Sin embargo, la banda no se quedaba con todo el oro. Se empezaron a recibir testimonios de que Murrieta entregaba parte del oro robado a los mexicanos pobres o que habían sido acosados por los mineros americanos.
Esto le hizo ganarse el respeto de la comunidad mexicana en California ya que lo veían como una especie de Robin Hood. Sin embargo, sus robos y asesinatos llegaron al punto en que tuvo que intervenir el ejército de los Estados Unidos. Tenían que cazar a Murrieta en las montañas, lo cual no era nada fácil. Para ello contrataron a un experto en la lucha de guerrillas llamado Harry Love. Había camobatido en la guerra contra México y tenía mucha experiencia en la lucha en terrenos complicados.
La caída de Murrieta
Harry Love junto a un grupo de hombres se adentraron en las montañas siguiendo el rastro de la banda de Murrieta. Los encontraron en un rancho robando caballos y les tendieron una trampa en un desfiladero cercano. La banda cayó en la trampa y los hombres de Love los acribilló a tiros. Todos los que habían estado robando caballos ese día murieron en el desfiladero. Se hizo una identificación de los cuerpos y pudieron ver que uno de ellos era “tres-dedos Jack”. Nadie sabía cómo era Murrieta pero estaban seguros que uno de los cadáveres era el forajido tan buscado.
Lo siguiente que hicieron fue cortar las cabezas de los miembros de la banda para llevarlos a San Francisco como prueba del final de la banda. El problema es que con el calor y la distancia muchas de las cabezas se descompusieron y quedaron irreconocibles. Sin embargo, la cabeza que pensaba que era de Murrieta fue puesta en un jarro con alcohol. De hecho, en su camino a San Francisco la exhibieron cobrando un dólar a la gente por verla.
¿Era realmente la cabeza de Murrieta? Oficialmente así fue aunque nadie sabía exactamente como era su aspecto. Si es cierto que los asaltos y asesinatos acabaron después de haber matado a la banda. Esto hace pensar que Murrieta estaba entre los cuerpos también. Otros piensan que puede que Murrieta decidiera volver a México aprovechando que le daban por muerto. Lo cierto es que no hay nada claro, aunque el gobierno americano aseguró que habían acabado con el forajido.