Ubicada en el East River entre Queens y el Bronx, Rikers Island es una de las instalaciones penitenciarias más grandes del mundo, compuesta por diez cárceles que pueden albergar hasta 20,000 personas. Sin embargo, el número promedio de reclusos suele rondar los 6,000, la mayoría de los cuales pasan menos de un año en el complejo.
Aunque Rikers Island ha sido un emblema del sistema penitenciario de Nueva York, su cierre está programado para 2026, como parte de un plan para reformar las cárceles y reducir el encarcelamiento masivo, reemplazándola con cuatro cárceles más pequeñas en los distintos distritos de la ciudad.
A continuación, exploramos diez datos curiosos que destacan la compleja historia y las realidades de esta famosa prisión neoyorquina.
Indice de Contenidos
- 1. Un Salón Secreto en Medio de la Cárcel
- 2. Una Base Militar Durante la Guerra Civil
- 3. La Panadería Propia de Rikers Island
- 4. Los Murales de Rikers: Arte Tras Las Rejas
- 5. Jardines Comunitarios para la Rehabilitación
- 6. Problemas de Inundación
- 7. Construida Sobre un Vertedero con Fugas de Metano
- 8. Apodada “El Horno” en Verano
- 9. Famosos Reclusos de Rikers Island
- 10. Los Reclusos de Rikers Ayudaron en un Accidente Aéreo
1. Un Salón Secreto en Medio de la Cárcel
En 2020, los investigadores descubrieron un salón oculto dentro del Centro James A. Thomas, una de las instalaciones de Rikers. Este salón, decorado con sofás de cuero, un televisor de gran tamaño y equipos del Departamento de Corrección valorados en cientos de miles de dólares, parecía más una sala de estar que una prisión.
Para crear este espacio secreto, se utilizó una pared de madera contrachapada, y hasta contaba con una instalación de agua y electricidad para un baño clandestino. La sospecha recae en los mismos oficiales de corrección, aunque los responsables exactos siguen siendo un misterio.
2. Una Base Militar Durante la Guerra Civil
Antes de convertirse en una cárcel, Rikers Island fue utilizada por el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil como campo de entrenamiento militar. En 1861, el 9º Regimiento de Infantería de Nueva York fue el primero en entrenarse en la isla, seguido de otros regimientos. Además, la isla también albergó prisioneros de guerra confederados hacia el final de la guerra.
En 1884, Nueva York compró la isla a la familia Riker, sus habitantes originales desde 1638.
3. La Panadería Propia de Rikers Island
Cada mañana, alrededor de 20 reclusos trabajan en la panadería de Rikers, produciendo aproximadamente 11,500 barras de pan integral al día para alimentar a toda la población de la cárcel. Sin embargo, el producto estrella de la panadería es el pastel de zanahoria, del cual se preparan alrededor de 2,500 barras cada año.
Cada pastel, que pesa casi 10 libras, es lo suficientemente grande para alimentar a 20 personas y es una de las pocas indulgencias que los internos suelen pedir en segunda ración.
4. Los Murales de Rikers: Arte Tras Las Rejas
Los murales han decorado Rikers Island durante años y son una parte fundamental del entorno. Algunos fueron realizados por los propios reclusos y otros por artistas encargados, como Dindga McCannon, cuyo mural de 2023, titulado “¡Hacia un Mañana Más Brillante!”, retrata un grupo de personas dejando la prisión y reingresando a la comunidad. Este mural simboliza la esperanza y la resiliencia, y añade un toque de color y optimismo a la sombría realidad de la prisión.
5. Jardines Comunitarios para la Rehabilitación
Gracias al programa «Greenhouse» de la Sociedad de Horticultura de Nueva York, algunos internos en Rikers tienen la oportunidad de trabajar en un jardín, un invernadero y en actividades educativas relacionadas con la jardinería.
Esta iniciativa no solo les ofrece una formación útil para su reinserción laboral en el sector verde, sino también un respiro y un momento de conexión con la naturaleza en medio de la dureza del confinamiento.
6. Problemas de Inundación
Rikers Island ha enfrentado problemas constantes de inundación, incluso con lluvias moderadas. Las instalaciones, envejecidas y en mal estado, permiten que el agua entre fácilmente a través de puertas y ventanas dañadas, e incluso por grietas en las paredes. Estas condiciones han sido fuente de múltiples quejas y han afectado el acceso de los internos a espacios como la biblioteca del Centro Robert N. Davoren.
7. Construida Sobre un Vertedero con Fugas de Metano
La ciudad de Nueva York expandió Rikers Island utilizando toneladas de desechos y basura como relleno, lo que ha generado fugas de gas metano a lo largo de los años.
Especialmente en verano, la descomposición de estos residuos emite un olor insoportable y potencialmente peligroso, afectando a reclusos y personal por igual. Las quejas han sido numerosas, y muchos creen que estos gases tóxicos son dañinos para la salud a largo plazo.
8. Apodada “El Horno” en Verano
Rikers Island es conocida como “El Horno” en los meses de calor, ya que muchas de sus instalaciones no cuentan con aire acondicionado. Durante el verano, los muros de cemento y las puertas de acero intensifican las altas temperaturas, haciendo que las celdas se tornen casi inhabitables.
Aunque se han hecho mejoras en algunas áreas, el sistema de ventilación y refrigeración sigue siendo insuficiente en la mayoría de los edificios.
9. Famosos Reclusos de Rikers Island
Numerosas personalidades han cumplido sentencias en Rikers Island, entre ellos raperos como Tupac Shakur y Lil Wayne, así como figuras históricas como la activista Emma Goldman y el infame David Berkowitz, conocido como el «Hijo de Sam«. A pesar de las breves estadías de muchos de estos prisioneros, la prisión sigue siendo un lugar de notoriedad para figuras públicas y criminales notables.
10. Los Reclusos de Rikers Ayudaron en un Accidente Aéreo
El 1 de febrero de 1957, el vuelo 823 de Northeast Airlines se estrelló cerca de Rikers Island, y en un acto de heroísmo, 57 internos ayudaron en el rescate de los sobrevivientes. Como recompensa, 30 de ellos recibieron libertad anticipada, y varios más vieron reducidas sus sentencias.
Este gesto heroico quedó en la memoria colectiva como un testimonio de la humanidad que puede surgir en los momentos más oscuros.
La historia de Rikers Island está llena de matices, con episodios tanto de controversia como de esperanza. A medida que se acerca su cierre, queda la incógnita de qué pasará con este emblemático lugar y los desafíos que representa.
Sin duda, Rikers Island ha sido más que una prisión; ha sido un reflejo de las luchas y reformas dentro del sistema carcelario estadounidense.
