8 Cosas que Seguro que no Sabías de las Geishas

0
geishas

Todo el mundo sabe lo que son las geishas. Están directamente relacionadas con la cultura japonesa y es algo que lleva siglos existiendo. Su aspecto las identifica y se las pueda reconocer en todo el mundo. Se pintan la cara de blanco, visten un kimono y se recogen el pelo de una manera determinada. Por supuesto, también hay otros detalles que ayudan a reconocerlas. Sin embargo, occidente y muchas otras partes del mundo no saben mucho de ellas. Se tiene  asumido que eran prostitutas que estaban al servicio de los acaudalados japoneses de la época. Sin embargo, hay muchas cosas de las Geishas que seguro que no sabías.

1 – Realmente no eran prostitutas

Empezamos desmintiendo algo que muchos tienen asumido pero que no es verdad. Las geishas no eran mujeres que vendían sus cuerpos a cambio de dinero. De hecho, tenían totalmente prohibido dormir con sus clientes. Su misión era realmente entretener a los clientes mientras estos esperaban a las verdaderas prostitutas. Su misión eras bailar, tocar instrumentos de música y dar conversación a las personas que esperaban para las meretrices contratadas.

Realmente lo que hacían era que los hombres se sintieran especiales para el momento en que aparecieran las verdaderas prostitutas. No hay que confundir geishas con las llamadas Oiran. Estas últimas eran las que realmente se acostaban con los clientes. Las geishas hacían que los hombres creyeran de verdad que estaban seduciendo a las chicas. Esto es algo que está malinterpretado en la historia, porque las geishas habitualmente no se dedicaban al sexo. Había excepciones pero no era lo habitual.

2 – Las primeras Geishas fueron hombres

Esto puede ser impactante para muchos pero es una cosa cierta y que no sabe mucha gente. La primera mujer geisha no fue una mujer sino que fue un hombre. Hay que irse al año 1751 donde las cosas eran diferentes y ni siquiera se llamaban geishas en esa época. En el siglo 13 la idea de las geishas comenzó con hombres vistiéndose de mujeres y entreteniendo a personas importante. Les daban té, cantaban canciones, contaban chistes y hacían que se lo pasaran bien hasta que llegaban las mujeres.

No fue hasta comienzos del año 1800 cuando el género femenino tomo el papel de geisha. Fue toda una novedad y al principio se veía como una rareza. Sin embargo, con el tiempo fue aceptado como algo normal. Aun así hoy en día mucha gente japonesa hace referencia a las geishas femeninas con el nombre de geiko. De otra manera puede haber confusión de que se piense que son hombres.

3 – Realmente eran artistas más que otra cosa

Hemos comentado que a las geishas femeninas se las llama geiko, y esta palabra significa “artista. Realmente es lo que eran estas mujeres, aunque muchos sigan pensando que ofrecían su cuerpo a sus clientes. Lo cierto es que trabajan muy duro para tener un alto nivel artístico. Dedicaban años a estudiar y practicar música y danza. De hecho, todos los días tenían que practicar con un instrumento musical durante varias horas. No importaba la edad que tuvieran ya que tenían que seguir practicando durante toda su vida.

Solían tocar instrumentos de cuerda y hubo geishas que llegaron a ser muy buenas compositoras. El estilo normalmente era de tipo melancólico y siempre pensando en que la música pudiera ser bailada. No era fácil alcanzar un buen nivel para poder actuar delante de los clientes. Por esto se necesitaban muchos años de dedicación, empezando normalmente siendo niñas. Para ello había escuelas de geishas para conseguir todas las habilidades necesarias. Cómo mínimo se necesitaban cinco años para tener un nivel aceptable.

4 – Las prostitutas se aprovecharon del nombre

Quizá uno de los motivos por los que se cree que las geishas eran prostitutas era porque estas últimas se hacían pasar por geishas. Al finalizar la segunda guerra mundial esto se hizo muy evidente. Al ser derrotada Japón el ejército americano se posicionó en varias partes del país. Las prostitutas japonesas se hacían llamar geishas para atraer la atención de los soldados americanos. Sabían que esto era algo muy exótico para los extranjeros y conseguían muchos más clientes.

Al finalizar la guerra la situación en Japón era muy mala. Por eso muchas mujeres estaba dispuestas a dormir con el que había sido su enemigo si así conseguían dinero y comida. Hay estudios mostrando que a finales de los años cuarenta un alto porcentaje de soldados americanos en Japón tenían relaciones con estas “geishas”.

5 – No tienen realmente el aspecto que pensamos

La primera imagen que nos viene de una geisha es una mujer en kimono, con la cara pintada de blanco y el pelo recogido. También pensamos en decoraciones puestas en el pelo para resaltar su imagen. Lo cierto es que la cosa no era exactamente así. Las geishas se pintaban la cara de blanco solo en ocasiones muy especiales. Normalmente iban maquilladas como cualquier otra mujer. Las chicas que iban normalmente con la cara pintada eran las estudiantes para geisha. Eran muchachas adolescentes que estaban aprendiendo, y la cara pintada de blanco mostraba su inexperiencia.

Cuando alcanzaba un buen nivel y experiencia entonces ya no tenían que pintarse la cara. Lo hacían solo en las ocasiones especiales que hemos comentado. Aun así, la imagen que nos ha quedado es la típica que vemos en las películas y documentales. Nada que ver con la realidad.

6 – La mayoría tenían una calva en la coronilla

Esto es algo que no nos cuentan y es que la mayoría de geishas eran calvas en la parte superior de la cabeza. Normalmente no se veía esto porque lo tapaban con una peluca o con el propio pelo hacían el moño que ya conocemos. La calvicie en la coronilla ocurría durante sus años de entrenamiento para ser geisha. Siendo jóvenes se tenían que poner el pelo de un modo muy específico, que era hacerse un pequeño moño en la parte superior de la cabeza. Lo tenían tan prieto que con los años afectaba a la raíz de esa parte del cuerpo cabelludo. Un gran número de mujeres se quedaban calvas en esa zona al pasar los años. Nunca más les crecía el pelo en la parte superior.

Estas calvas no era ningún problema ya que se consideraba una especie de medalla. Demostraba que habían hecho las cosas con determinación y tenacidad. Era un honor tener esta calva en la cabeza. Por supuesto, esto solo era valorado en Japón. En el resto del mundo se veía como algo horrible y antiestético. Muchas geishas que habían estado en Europa volvían consternadas sin entender la reacción de la gente a esta “marca de honor”.

7 – Cuanta más edad mejor

Se puede pensar que las geishas más mayores se iban quedando atrás con respecto a las más jóvenes. No era así ya que cuanto más mayores se hacían más respeto obtenían. La idea general es que la belleza se iba acentuando según pasaban los años. Era uno de los motivos por los que las mujeres jóvenes se pintaban la cara de blanco, mientras que las mayores ya no tenían que hacerlo. Muchas de las geishas más populares tenían más de cincuenta años, o incluso sesenta. Por este motivo, las geishas podían seguir siéndolo durante toda su vida. Normalmente solo se retiraban las que se casaban. Aun así, podían seguir siéndolo si así lo deseaban.

8 – ¿Hay geishas hoy en día?

La respuesta es sí, pero las cosas han cambiado con respecto a como era antes. Tradicionalmente las familias más pobres llevaban a sus hijas a las escuelas de geishas para garantizarles un futuro. Este entrenamiento podía empezar a los seis años de edad o incluso antes. Hoy en día está prohibido que empiecen tan jóvenes, y la edad mínima son quince años. El modo de educarlas tampoco es tan estricto como lo era en la antigüedad. De hecho, es como una formación profesional cualquiera y las chicas vuelven a su casa acabada la jornada.

Hay familias más tradicionales que han querido usar los métodos clásicos de entrenamiento, pero va contra la ley. Se considera abuso infantil el usar los sistemas de antes y está penado con cárcel.

Leave a reply

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.