Ya hemos hablado del famoso Al Capone, el cual es quizá el gangster más conocido de la historia, y eso que hay unos cuantos. Sin embargo, muchas veces estos peligrosos gangster tenían detrás a otros incluso más peligrosos que ellos. En el caso de Al Capone había una persona cercana que además era su hermano, y era Frank Capone.
Frank Capone nació en 1895 y por si mismo fue uno de esos gangster con los que había que tener mucho cuidado. En los años veinte y durante la ley seca formó su propia banda y se hizo un nombre en el crimen organizado antes de que su hermano se hiciera famoso.
Había una diferencia entre Al Capone y su hermano Frank Capone. En el caso de Al, tenía una norma y era intentar negociar antes de tener que disparar y matar. En el caso de Frank era todo lo contrario, y de hecho una de sus frases era “un cadáver nunca protestará o te llevará la contraria”. Frank era el hermano mayor de los dos, por lo que Al le tenía un gran respeto. De hecho, Frank siempre fue muy protector con su hermano pequeño.
Los Capone y la política

Empezaremos diciendo que se estima que Frank Capone ordenó la muerte de al menos quinientas personas en su carrera delictiva. Una de las etapas más sangrientas por las que se conoce a esta gangster fueron en las elecciones de Cicero, el cual es un municipio cerca de Chicago donde operaban los Capone.
Al Capone había trasladado su cuartel general a Cicero desde Chicago. Era una localidad donde el y su banda eran fuertes. Habían tenido problemas en su cartel general de Chicago por lo que era más fácil llevar sus negocios desde un Cicero, el cual era un lugar más seguro. Cuando llegaron las elecciones en esa parte de Estados Unidos, hubo un intento de los demócratas de echar al republicano Joseph Z. Klenha.
Joseph Z. Klenha tenía contactos con la mafia y de alguna manera protegía los intereses de los Capone en Cicero. El cabecilla de los demócratas que querían acabar con Klenha era William Pflaum. Frank Capone decidió tomar medidas en el asunto y atacar como solía hacer con sus enemigos, y era usar el miedo y la intimidación. Para ello el y unos cuantos de su banda fueron a la oficina de Pflaum y se la destrozaron.
Aparte de esto, empezó una campaña para asegurarse de que Joseph Z. Klenha volviera a salir elegido en Cicero. Muchos de los puntos de votación fueron visitados por miembros de la banda de Frank Capone. Iban armados y la policía de Cicero hacía la vista gorda ya que muchos estaban sobornados por Al Capone. Uno de los episodios más violentos fue cuando tres votantes fueron asesinados a tiros y otro fue encontrado degollado.
El sangriento tiroteo que acabó con Frank Capone

Todos estos incidentes no eran más que el principio de unos trágicos sucesos. En Cicero comenzaron a haber revueltas por estas presiones para manipular las votaciones. Edmund K. Jarecki que era el juez del condado por aquel entonces, pidió ayuda a la policía de Chicago. Fueron enviados un buen número de policías para controlar las revueltas.
Los policías enviados desde Chicago llegaron en coches de incógnito, por lo que no se podía saber si eran agentes de la ley. Esto provocó una confusión que provocó muertes. Una de estas confusiones afectó al propio Frank Capone, el cual vio varios de estos coches sin ninguna señal de que fueran policías y creyó que eran de una banda rival.
Lo que pasó es que Frank Capone y algunos miembros de su banda comenzaron a disparar a los oficiales que salieron de los coches. Junto a Frank estaba su joven hermano Al Capone, el cual consiguió escapar al tiroteo. Los testigos que estuvieron en esta confrontación dijeron que Frank protegió a Al en todo momento para que pudiera salir de la refriega. Sin embargo, el mismo no pudo evitar ser mortalmente herido de bala por los policías de Chicago.
Un funeral masivo en Cicero

Con la muerte de Frank Capone el 1 de abril de 1924 se pudo comprobar todo el apoyo que realmente tenía esta banda en la Cicero. Hubo un funeral multitudinario y se presentaron miles de personas para despedir al hermano de Al Capone. Se cerraron todos los establecimientos durante las dos horas que duró el funeral.
Al Capone compró un carísimo ataúd de madera y plata, el cual se rodeo de flores por valor de 20 mil dólares de la época. Se enviaron tal cantidad de flores que hicieron falta quince coches para llevarlas todas al cementerio. Incluso el policía que realizó el disparo mortal a Frank Capone apareció en el funeral para expresar sus condolencias. Después de todo había sido un malentendido.
Esta muerte hizo que Al Capone fuera definitivamente el jefe del crimen organizado en el área de Chicago. Curiosamente el prescindir de los métodos más violentos de Frank hizo que los negocios de Al fueran mucho mejor. A diferencia de los que muchos creen, Al Capone intentaba evitar las peleas de bandas y las muertes dentro de lo posible.