Sin querer hacer propaganda a las grandes corporaciones de bebidas refrescantes, tenemos que admitir que Coca Cola y Pepsi son dos de las más grandes que existen. La competencia entre ellas ha sido algo brutal durante décadas. No es de extrañar que ambas hayan hecho verdaderas locuras para estar en lo más alto del consumo de la gente del planeta.
Sin embargo, Puede que Pepsi se lleve la palma con una historia que ocurrió en los años ochenta. ¿Sabías que la flota militar de Pepsi fue la sexta más grande del mundo?
No estamos de broma. Antes de que la Unión Soviética desapareciera la compañía Pepsi llegó a un curioso acuerdo con Mikhail Gorbachev. Pepsi compró toda una flota de la armada soviética convirtiéndose por un tiempo en la sexta flota militar más grande del mundo.
Eventos culturales para aliviar tensiones
En los años cincuenta la guerra fría estaba en un momento muy tenso entre Estados Unidos y la USSR. Para quitar algo de tensión se hicieron varios eventos culturales entre ambas potencias y una de ellas fue en el verano de 1959. Fue una especie de intercambio cultural, donde la USSR haría una muestra cultural en Nueva York y los americanos harían otra en Moscú.
Algunas de las compañías americanas que hicieron de promotores en Moscú fueron Disney, IBM y Pepsi. Se desarrolló en el parque moscovita de Sokolniki, y se pusieron grandes instalaciones para una exhibición de la cultura americana. Richard Nixon era vicepresidente de los Estados Unidos y estuvo representando esta alianza cultural en medio de la guerra fría.
Uno de los grandes ejecutivos de Pepsi en aquel momento era Donald M. Kendall, el cual era muy buen amigo de Nixon. Era el cabeza de marketing de la compañía y uno de sus planes era llevar la Pepsi-Cola a todo el mundo. Nixon ayudó a que Kendall a que introdujera la famosa bebida de Pepsi en el Kremlin. De hecho, una foto de Krushchev bebiendo la bebida “capitalista” Pepsi dio la vuelta al mundo.
El poder de Pepsi en Rusia
Con los años Richard Nixon se convirtió en presidente de los Estados Unidos y Donald M. Kendall en CEO de la compañía Pepsi. La compañía se hizo muy importante en la USSR. De hecho, la primera planta embotellador fue inaugurada en 1974, lo cual hizo que Pepsi fuera el primer producto de consumo capitalista fabricado y vendido en la Unión Soviética.
Esto fue de una gran importancia para la compañía, ya que había conseguido ganar a Coca-Cola en todos los países que componían la USSR. Gracias a sus acuerdos en esta gran potencia, Coca-Cola simplemente fue descartada para poder hacer negocios en esta parte del mundo.
Pepsi se hizo tan fuerte que incluso llegó a acuerdos con compañías como el fabricante de vodka Stolichnaya. Gracias a Pepsi, Stolichnaya se convirtió en la segunda marca de vodka más vendida en Estados Unidos.
Sin embargo, el acuerdo entre Pepsi y el gobierno soviético expiraba en 1989. En este año las cosas habían cambiado mucho. Había entrado la Perestroika y el fin de la Unión Soviética estaba en camino. Pepsi seguía con su plan de expansión en muchos de los países de la USSR, pero por su lado el rublo soviético estaba en un momento muy malo. Para poder seguir haciendo negocios fuera de Rusia y otros países, necesitaba dinero y recursos.
Pepsi se ofreció a ayudar a la USSR en estos momentos tan delicados, y el entonces presidentes Mikhail Gorbachev tuvo una idea. El alto presupuesto militar soviético había dejado grandes cantidades de equipamiento obsoleto y sin uso. Gorbachev llego a un acuerdo con Pepsi para realizar pagos mediante barcos de guerra obsoletos de la Unión Soviética.
La “nueva” flota militar de Pepsi
En 1989 Pepsi aceptó un pago en material militar, que consistía en 17 barcos de la armada soviética. Tenían un poco de todo, donde se incluían destructores, fragatas, cruceros y submarinos de guerra que funcionaba con diesel (ningún submarino nuclear). No era ninguna broma, porque por primera vez en la historia una compañía comercial se convertía en una potencia marítima de guerra. Pepsi se había convertido en la sexta flota militar más potente del mundo.
Aparte de los barcos y submarinos, también tenía un buen número de tanques de combustible. Fue algo nunca visto hasta el momento, y de hecho muchos no se lo tomaron en serio. Un ejemplo fue el propio CEO de Pepsi Donald Kendall, el cual dijo en su momento que había desarmado a la Unión Soviética antes que el departamento de defensa americano.
Sin embargo, ¿Qué iba a hacer Pepsi con una flota de barcos y submarinos de guerra? Lo que pasó es que vendió los tanques de combustible a Noruega, y el resto de la flota lo vendió a Suecia para que fuera convertido en chatarra.
En 1991 la Unión Soviética desapareció y las cosas cambiaron mucho. De pronto Pepsi ya no tenía la exclusiva comercial en muchos países y Coca-Cola entró con fuerza en el mercado. ¿Lo hubiera hecho si Pepsi hubiera seguido teniendo una fuerza armada? Quién sabe… después de todo Pepsi se había convertido en una poderosa fuerza militar.