En la mayoría de iglesias que conocemos, el sótano está reservado para actividades sociales, reuniones o incluso como comedor. De la misma manera, parte de la parte exterior de la iglesia puede estar reservada como campo santo para que los muertos descansen. Hay una iglesia en la ciudad de New Haven, Connecticut que reserva el sótano justamente para esto último. Se usa como cementerio y tiene sus lápidas de piedra que lo dejan claro. Lo cierto es que esto tiene su historia. A principios del siglo XVIII la población de New Haven decidió que necesitaba una nueva iglesia como lugar de reunión. Eligieron una tierra que estaba llena cientos de tumbas que llevaban ahí más de 200 años. Era el mejor sitio para construir este edificio, pero no querían hacer un sacrilegio con este cementerio.
Lo que hicieron fue crear una cámara cerrada alrededor de la tierra donde estaban las tumbas y construyeron el edificio encima. No todas las tumbas que había quedaron metidas en el edificio ya que muchas quedaron en el exterior. Unos años más tarde la ciudad decidió que esa parte del cementerio externo debía usarse como zona verdad. Se retiraron las tumbas pero no los muertos que estaban enterrados. Por lo tanto, miles de cadáveres seguían estando enterrados bajo el césped que rodeaba la iglesia.
Las tumbas que consiguieron quedarse dentro del tempo están todavía en la iglesia de New Haven, y se conoce como la cripta. Al no estar expuestas a los elementos, la mayoría están en unas condiciones inmejorables, como se puede ver en las fotografías. Este peculiar cementerio está abierto para visitas y hay incluso tours guiados, aunque no deja de ser algo macabro.