A pesar de todas las películas que has visto sobre arenas movedizas tragándose a gente, lo cierto es que no todo es cierto. De hecho, la mayoría de las veces que alguien quede atrapado en unas arenas movedizas solo se hundirá hasta cierto punto pero no por entero. Los lugares más comunes donde encontrar estas arenas suelen ser pantanos, cañones y zonas cercanas a ríos. Sin embargo, se pueden producir casi en cualquier lugar si la situación es la correcta.
Lo cierto es que es muy difícil morir tragado por unas arenas movedizas. Muy poca gente se ahoga en esta mezcla de agua, arena y tierra. El peligro más grande que puede haber en una situación como esta, es quedar atrapado en una zona donde sube la marea. No mueres por las arenas movedizas sino por el agua que cubre el área. La parte buena es que se puede escapar fácilmente de estas arenas, y te damos unos consejos de cómo hacer por si te pasa alguna vez.
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1 – Mantener la calma al estar atrapado en arenas movedizas
Esto lo habrás oído más de una vez y es lo típico que se suele contar. Lo cierto es que es una verdad como una casa. Como se ha dicho, es muy poco probable que unas arenas movedizas causen algún problema a alguien. Suelen ser tan densas que no tragan todo lo que cae dentro de ellas. Aparte de eso, no suelen ser muy profundas, por lo que como mucho se suelen quedar los pies atrapados. Como mucho puede llegar al pecho. Si ocurre este último caso, hay que evitar el pánico. Hay que respirar despacio y de forma pausada. Se debe recordar que nuestro cuerpo tiende a flotar, y esto también es verdad en estas arenas. Este es el primer paso para salir.
2 – Hay que intentar desandar el camino
Si te has metido en unas arenas movedizas sin darte cuenta, antes de empezar a hundirte más hay que andar hacia atrás. La idea es desandar lo que has caminado y llegar de nuevo a tierra firme. No hay que dar pasos grandes sino darlos pequeños y muy lentamente. El motivo es que queremos tener controlados todos los movimientos y no perder el equilibrio. También se debe intentar pisar en los lugares que se ha hecho con anterioridad. No queremos caer en otra parte de este suelo inestable.
3 – Quitar todo el peso que tengamos encima
Es de lógica pensar que cuanto más pesemos, más nos hundiremos. En unas arenas movedizas hay que estar lo más ligero posible, por lo que tendremos que librarnos de algunas cosas que estemos cargando. Ya sean las botas que lleves puestas o la mochila con tus pertenencias, sería el momento de prescindir de ellos. En el caso de las botas, tienen un efecto de succión y son los que te dejan atrapados. Por tanto, hay que librarse de esta calzado lo primero. No pienses en lo que te han costado, sino en salir cuanto antes de esa trampa de barro.
4 – Algunas posiciones que ayudan
Si tenemos la mala suerte de caer en unas arenas movedizas profundas, hay más cosas que podemos hacer para no seguir hundiéndonos. Lo primero que tenemos que pensar es que unas arenas movedizas son parecidas a una piscina. Si estamos de pie nos hundiremos más, pero si nos tumbamos o tenemos una posición de estar sentados flotaremos. Se trata de redistribuir el peso para seguir a flote. Si las arenas son poco profundas lo mejor es sentarse en el suelo del fondo. Nos mantendremos así sin hundirnos más. Si la profundidad es mayor, hay que tumbarse de espaldas.
Lo siguiente es empezar a mover lentamente las piernas para liberarlas del barro. La intención es lentamente ir desenclavando los pies de la arena con movimientos estratégicos y sobre todo lentos. Si lo hacemos de forma incontrolada por el pánico, quedaremos más atrapados aun. La mejor manera es mover una pierna primero y luego la otra, haciendo círculos pequeños y tirando hacía afuera. Esto hace que el agua que hay llene las aberturas de arena y la ablanden.
5 – Arrastrarse hacía la orilla
Una vez que ambas piernas estén libres, es el momento de salir. La mejor manera es arrastrarse sobre el estómago y moverse lentamente hasta la orilla. Hay que recordar que se debe mantener el peso distribuido por toda la superficie, por lo que debemos estar lo más estirados posibles. En poco tiempo ya estaremos en terreno seguro, y lo único que tendremos que hacer es no volver a caer en unas arenas movedizas.