Poco se esperaba Sean Smyrichinsky lo que si iba a encontrar mientras buceaba en la costa de Canadá. Se topó con una verdadera bomba atómica totalmente operativa y preparada para estallar. Te preguntarás ¿Cómo se puede perder una bomba de estas características? Lo cierto es que durante la guerra fría pasaron muchas cosas algunas veces inexplicables.
Esta bomba se había dado por perdida en los años cincuenta cuando era transportada de Tejas al Estado de Florida. Parece ser que un bombardero B-36 se estrelló en la zona, y aunque pudieron recoger los restos del avión, la bomba no se encontró.
Al principio Smyrichinsky no sabía lo que era, y de hecho pensó que era algún tipo de nave espacial. Una vez reportado a la fuerza naval canadiense, se envió un buque para analizar la bomba y ver lo que hacer con ella. Parece ser que si es la bomba desaparecida, ya que el gobierno americano tuvo que reconocer que perdió en esa zona una bomba catalogada como MARK VI. Dieron el caso como un código “Flecha Rota”, lo cual significa que se ha perdido un arma nuclear. De momento no se ha hecho nada por recuperarla, y se está valorando el riesgo que puede haber. Algunos creen que incluso puede que ni funcione por el tiempo que lleva bajo el agua. Por si acaso, no arriesgarse.
No es la primera arma nuclear que se pierde
Durante la guerra fría solo Estados Unidos perdió hasta ocho armas atómicas de forma permanente. Se perdieron en las décadas de los cincuenta y sesenta. La mayoría ocurrieron en zonas marítimas, sobre todo en el océano pacífico. Uno de los casos más sonados fue cuando un buque de guerra americano estaba en aguas de Japón. El U.S.S. Ticonderoga estaba manipulando una bomba termonuclear (bomba de hidrógeno) cuando se soltó de sus amarres. Rodó por la cubierta y cayó al agua. Nunca se pudo encontrar. En el momento no dijeron nada, pero unos años más tarde revelaron esta información públicamente. Esto hizo que Japón prohibiera a Estados Unidos llevar bombas nucleares cerca de su territorio.
En ninguno de los casos se ha producido una explosión. Hay que recordar que las bombas de este tipo no son transportadas con los detonadores instalados. Las medidas de seguridad son extremas y casi imposible que estalle. Sin embargo, ese no es el verdadero problema. Si una de estas bombas de destrucción masiva llega a las manos equivocadas, podría ser un riesgo para todos.