Si te decimos el nombre de Charles Bronson puede que te venga a la mente el actor americano que protagonizaba películas de justicieros. Sin embargo, si vives en Inglaterra lo asociarás con otra persona a la que no te gustaría conocer en la vida. Es un delincuente que después de cometer algunos crímenes se hizo famoso por sus periodos en la cárcel. Aunque nunca llegó a matar a nadie, ha pasado más tiempo en la cárcel que muchos asesinos. Lo cierto es que su vida no tiene desperdicio y hay algunas cosas que seguro te resultan interesantes. ¿Es realmente el prisionero más colgado de Inglaterra?
Para empezar, se pasó cuarenta años en la cárcel debido a su violento comportamiento y la popularidad que fue ganándose. Todo empezó en los años setenta al ser arrestado por un robo unas 25 libras. Por esta pequeña cantidad fue condenado a siete años de prisión, aunque con buen comportamiento hubiera salido en cuatro. Sin embargo finalmente fueron 40 los que cumplió debido su violenta forma de ser.
Desde que fue encarcelado, ha estado en más de cien prisiones por todo el Reino Unido, ha atacado a más de veinte guardianes, innumerables compañeros de prisión, ha tomado rehenes, y muchas cosas más. Si hubiera que describir a Charles Bronson, sería como él dijo en sus propias palabras: “No le temo a nadie. La violencia solo me vuelve más loco y más fuerte”. De todos modos, vayamos por algunas de sus locuras que le convirtieron finalmente en una leyenda.
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Primeras protestas
A finales de los setenta Bronson fue declarado no cuerdo y se le mandó a un hospital mental penitenciario. Era uno de los más seguros del país y se mandaba a los criminales más peligrosos y violentos. Aunque era muy agresivo, él no se veía como alguien que estaba loco, y el periodo en el hospital fue bastante problemático. Dijo que le trataban mal, le medicaban contra su voluntad y le golpeaban frecuentemente. Lo que decidió fue subirse a la azotea para protestar por su cautiverio. Estuvo casi una semana antes de que su hermano lo convenciera para que lo bajara. Una vez que abandonó la azotea, fue golpeado duramente por el personal del centro.
No fue la única vez que se escabulló al tejado. Los hizo dos veces más, y causó miles de libras en daños en las instalaciones que había antes de que lo declararan cuerdo. Eso no impidió que esta forma de protesta la hiciera en otras cinco prisiones. De hecho, solía decir en broma que había estado en más tejados que Santa Claus.
Libros publicados por el mismo
No solo se dedicaba a destrozar las cárceles donde iba. También le dio tiempo a publicar algunos libros. En el 2007 publicó uno sobre las rutinas de ejercicios que hacía durante su encierro. Daba detalles de cómo mantenerse en forma sin la necesidad de máquinas de gimnasio, ropa deportiva, suplementos o ciertos tipos de comida. Básicamente explicaba como estar ciclado mientras se estaba confinado y aislado. Según el, sus ejercicios le daban una tremenda fuerza. Algunos de ellos consistían en coger fuerza al dar puñetazos. Aseguraba que con su técnica podía tumbar a una vaca de un solo golpe. También decía que podía romper cristales antibalas con sus puños.
Aunque muchas de las cosas que aparecían en su libro pueden parecer fanfarronadas, había cosas que eran reales. Lo cierto es que todo el mundo hablaba de la increíble fuerza que Bronson tenía estando prisionero. Por ejemplo, se sabía que podía doblar los barrotes de las celdas con sus propias manos. En otra ocasión consiguió el record mundial de flexiones, y es que hacía muchas a diario.
Amistades peligrosas
Mientras estuvo encarcelado conoció a dos hermanos muy peligrosos conocidos por ser mafiosos sin escrúpulos – los hermanos Kray. Charles Bronson dijo de ellos que eran los dos mejores tíos que había conocido en su vida. En los ochenta fue liberado y por medio de los dos hermanos se metió en peleas ilegales a puño descubierto. Es precisamente en esta época donde se empezó a llamar Charles Bronson. Lo cierto es que su carrera de luchador duró poco más de dos meses, ya que fue arrestado de nuevo por robo.
Rehenes dentro de la cárcel
Como se ha comentado, tuvo varios rehenes en sus trifulcas carcelarias – hasta once de ellos. En los noventa capturó a un guardia y pidió un helicóptero y una muñeca hinchable. Después de esto, ninguna otra prisión quería tenerle en sus celdas debido a su reputación. El propio alcalde fue a hablar con él para intentar que cambiara y lo que hizo fue capturarlo como rehén.
Lo cierto es que algunas ocasiones en las que cogía rehenes eran algo bizarras. En una ocasión capturó a otro preso porque se tropezó con él y no le pidió perdón. Durante el cautiverio de los rehenes, les hacía llamarle “general” y que le hicieran cosquillas en los pies. La verdad es que no parecía estar demasiado bien de la cabeza. En una ocasión, quiso obligar a un rehén para que le golpeara la cabeza con una bandeja metálica. Cuando este se negó, cogió una cuchilla y le hizo varios cortes. En algunas ocasiones pedía cosas tan dispares como ametralladoras, hachas, helicópteros a diferentes países o simplemente un bocadillo de queso.
Bronson como artista
Con todos los años que pasó en prisión, Bronson pudo incluso escribir poesía y hacer varias obras de arte. Incluso tuvo un mentor dentro de la cárcel con el que se llevaba muy bien, hasta que le hizo una mala crítica de una de sus pinturas y esto le hizo enfurecer. Precisamente por medio de sus pinturas consiguió casarse con una de sus fans fuera de prisión.
También se hizo una película sobre el donde el papel principal lo hacía un joven Tom Hardy. El actor visitó a Bronson a la cárcel para meterse más en el papel, y lo hizo varias veces durante el rodaje. Hardy lo describió como una persona divertida, amable y bastante inteligente. Aunque condenaba los actos violentos de Bronson, el actor tenía que meterse en la piel de Bronson y no juzgarle por ello.
Lo cierto es que a Bronson le cayó estupendamente Tom Hardy, y el actor hacía todo lo posible por no enfadar a Bronson. Por lo tanto, la relación fue bastante bien y pasaron mucho tiempo juntos hablando y preparando el papel para la película. Como curiosidad, Bronson se afeitó su conocido mostacho y se lo envió a Hardy para que se lo pusiera en la película. Un tipo realmente peculiar.