miércoles, enero 15, 2025
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6 Curiosidades de los Inquietantes Devoradores de Pecados

En la historia de la humanidad han existido trabajos extraños que ahora serían impensables. Algunas de estas profesiones eran bastante siniestras, y en la época victoriana había una gran cantidad de estas curiosas profesiones. Uno de estos trabajos era el de devorador de pecados, y existieron hasta tiempos relativamente recientes. ¿Qué hacían esos devoradores de pecados?

El objetivo de los devoradores de pecados era asumir la carga de los pecados de otras personas. Algunos lo hacían por el bien de la comunidad y otros por bienes materiales. Se puede decir que otra forma alternativa a la confesión, donde alguien que había cometido actos inmorales a los ojos de Dios, le pasaba sus pecados a un voluntario.

Los devoradores de pecados eran contratados, por lo que ya existía un beneficio económico. Aunque dijeran que lo hacían principalmente por ayudar a los pecadores, realmente cobraban dinero por su inquietante trabajo.

La mayor parte de sus clientes eran personas que estaban en sus lechos de muerte. Normalmente eran las familias las que llamaban al comedor de pecados. Era llevado junto a la persona que estaba a punto de morir para que se quedara con sus pecados terrenales. De esta manera el alma del moribundo podría entrar al cielo sin problemas.

La profesión de devorador de almas no era agradable por muchos motivos. Ya no solo era por el hecho de asumir los pecados de gente a punto de morir o ya muerta. Te contamos algunas cosas curiosas de los devoradores de pecados que dejarán con la boca abierta.

1 – Era una profesión donde no faltaba el trabajo

Si piensas que ser devorador de pecados era cosa de unos pocos “locos” dispuestos a asumir los pecados de otros, estás equivocado. De hecho, aunque este trabajo ya existía desde el año 1600, durante la era victoriana se convirtió en una profesión muy extendida. La demanda era grande y por tanto mucha gente vio la oportunidad de ganarse la vida de esta forma tan curiosa.

El motivo por el que se hicieron tan populares y demandados fue por la creencia de que los pecadores no podían entrar en el cielo. Las reglas eran muy claras en la religión cristiana, las cuales decían que los que tuvieran pecados al morir se quedarían a las puertas del cielo. Dependiendo de los pecados, irían al purgatorio o al infierno.

Por eso era tan importante confesarse para que los pecados fueran perdonados antes de morir. Algunas veces el estado de los moribundos o los que ya habían muerto no permitían esta última confesión frente a un sacerdote. Esto era un “grave problema” que podía impedir la entrada en el cielo del moribundo.

En el siglo XVII aparecieron los primeros devoradores de pecados. Lo increíble es que esta profesión estuvo constante hasta los primeros años del siglo XX. El éxito de este trabajo era que los familiares no querían que sus muertos se quedaran en el “limbo” y no pudieran entrar en el cielo. Se podían ver comedores de pecados tanto en ciudades como pueblos pequeños en el Reino Unido.

2 – ¿Cómo lo hacían los devoradores de pecados?

 ¿Por qué se llamaban devoradores de pecados? El hecho de que se haga referencia a que “comían” algo era por un motivo. El procedimiento era bastante sencillo, donde se necesitaba una loncha de pan y un cuenco de sal. La familia tenía que poner ambas cosas en el pecho del moribundo o fallecido.

El pan y la sal absorbían los pecados de la persona a punto de morir (o ya fallecida). Una vez acabado el ritual, el devorador de pecados comía ambas cosas en el mismo lugar. Una vez que se lo había comido, los familiares retiraban el cuenco y lo quemaban. El comedor de pecados ya podía abandonar la casa y dejar que los familiares se hicieran cargo de su ser querido.

Ahora los pecados estaban vinculados a la persona que se había comido el pan y la sal. Era tarea suya enfrentarse con todas las consecuencias de este trámite económico. El pago normalmente era una moneda de la época que podía valer unos cinco peniques. Hoy en día serían unos pocos euros al cambio, pero en esa época se podían hacer muchas cosas con cinco peniques.

Mientras el devorador de pecados hacía su trabajo comiendo el pan y la sal, la familia estaba sentada alrededor de la habitación. Lo normal es que estuvieran rezando o recitando cánticos funerarios. También era habitual que se sirviera cerveza durante el ritual.

3 – ¿Cuál fue el origen de los comedores de pecados?

¿A quién se le pudo ocurrir que una persona se “comiera” los pecados de otra? No se sabe exactamente de donde surgió, pero hay varias teorías sobre su origen.

Se piensa que esta práctica viene de una antigua costumbre que tenían los nobles. Les daban pan a los pobres a cambio de que rezaran por ellos. Esto era una práctica muy común y mucha gente necesitada lo hacía para poder comer o conseguir algún dinero. Otros piensan que su origen está en Jesucristo al asumir y morir por los pecados de la humanidad.

Muchos estudios llegaron a la conclusión de que la primera teoría es seguramente la más fiable. Cuando alguien de la nobleza moría, sus familiares organizaban reuniones para hacer la despedida. Había comida, bebida y se juntaba mucha gente importante en el funeral. Una parte de la comida era entregada a los pobres de la zona, los cuales rezaban por el alma del noble fallecido.

Aun así, no se sabe exactamente como se “creo” un oficio tan extraño e inquietante. Las creencias religiosas de la gente de la época ayudaron mucho a que tuviera éxito. El arraigo cristiano era muy profundo, y nadie quería morir sin asegurarse su entrada por las puertas del cielo.

4 – No eran muy apreciados por la comunidad

El hecho de que estuvieran haciendo un “bien” por la comunidad no significa que fueran admirados. Hay que recordar que eran personas que aceptaban los pecados de otros por dinero. Esto les convertía en un receptáculo de toda clase de maldades. En muchos ámbitos se les consideraba seres malignos por todos los pecados que habían “devorado”.

También había que considerar que la persona que aceptaba ser un devorador de pecados, normalmente salía de un entorno marginal y de baja clase social. ¿Quién querría aceptar las maldades de otras personas y hacerlas suyas a cambio de dinero?

Un devorador de pecados tenía asumido que estaba condenado y nunca entraría en el cielo. Esto también lo sabía todo el mundo en aquella época, lo cual la convertían en una persona maldita.

Algo muy común era que los devoradores de pecados acabaran teniendo problemas psicológicos y de alcoholismo. Tampoco podía conseguir trabajo en otras cosas ya que eran rechazados por ser lo que eran. Esto les llevaba a tener que mendigar cuando el trabajo flojeaba. Aunque en la época victoriana hubo mucha demanda, en otras épocas había escasez de trabajo.

El trabajo de comedor de pecados era desagradable en todos los sentidos. En algunas ocasiones los propios familiares del moribundo lo echaban de mala manera después del ritual. Era una forma de echar de la casa  todo lo “malo” que el moribundo o fallecido tenía antes del ritual.

Por si fuera poco, mucha gente les tenía miedo ya que estaban “llenos” actos impuros motivados por el diablo. De alguna manera se les asociaba con rituales mágicos y herejes, y en el peor de los casos con la brujería. Esto hacia que la mayoría de devoradores de pecados tuvieran que vivir en zonas rurales y aisladas, lejos de las ciudades.

5 – La iglesia católica odiaba a los devoradores de pecados

Aparte del desprecio y miedo de la gente en general, la iglesia católica tampoco les tenía en buena consideración. Uno de los motivos era que en muchos casos el ritual del comedor de pecados reemplazaba la extremaunción de un sacerdote. Era una especie de competencia a la hora de realizar el funeral, y esto no sentaba muy bien.

La iglesia era muy crítica con los que practicaban el oficio de comer pecados. Dependiendo de la época las consecuencias podían variar. En la mayoría de los casos eran excomulgados y se les echaba de muchas localidades. Sin embargo, en otras ocasiones podían ser arrestados por herejes y después torturados y ejecutados.

Muchas familias contrataban los servicios de los devoradores de pecados porque era barato. La iglesia era bastante más cara en muchos aspectos, sobre todo para conceder el perdón por los pecados cometidos. Se piensa que esta fue la principal razón de la alta demanda por los comedores de pecados. Obviamente, la iglesia no quería perder unos ingresos en este sentido, y se convirtió en un tema económico más que religioso.

6 – Los comepecados en la era moderna

Otro nombre que se les daba era comepecados, y fue una profesión que se mantuvo durante siglos. De hecho, en la primera década del siglo XX todavía se hacían estos rituales para trasladar los pecados de una persona a otra. Uno de los últimos devoradores de pecados que existió fue Richard Munslow, el cual estuvo activo hasta su muerte en 1906.

Munslow no tenía el típico perfil de comepecados que hemos descrito en este artículo. Era un granjero muy respetado por sus vecinos, y cuando no hacía los rituales trabajaba en su granja. Se metió a este extraño oficio por hacer un bien a su comunidad, lo cual le agradecían.

Curiosamente los devoradores de pecados no han sido demasiado mencionados en la literatura. En las últimas décadas se han hecho películas hablando del tema, pero no hay demasiada información al respecto. Aunque estuvieron siglos en funcionamiento, no era un tema del que la gente quisiera hablar demasiado. Solo eran recordados y contratados en caso de necesidad, pero luego rápidamente olvidados.

Los devoradores de pecados son un claro ejemplo de cómo algunos oficios han sido marginales en la historia. Todos los niveles sociales recurrían a ellos en algún momento, pero seguían siendo vistos como algo despreciable y de lo que había que alejarse. Fue un oficio rodeado de hipocresía que estuvo vigente casi cuatro siglos.

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