En aquellos tiempos no existía servicio de bomberos en las ciudades romanas
Que Craso tenía olfato para los negocios nadie lo duda; recordemos que fue el máximo valedor de un Julio César emergente, y que sofocó la conocida rebelión de los esclavos, liderada por Espartaco.
SI bien es cierto que las calles en las ciudades romanas estaban bien pavimentadas y disponían de sumideros, los edificios dejaban mucho que desear, siendo bastante frágiles ante el calor y las llamas.
La mecánica que utilizó Craso es propia de los emprendedores actuales
Ya tenía fama el hombre de avaricioso, y de un gusto desmedido por lucrarse a toda costa. Prueba de ello es la oportunidad que se le ocurrió explotar cuando se dio cuenta de la cantidad de incendios que ocurrían en los palacios de los nobles, los cuales perdían todas sus pertenencias al no poder extinguirlos.
Para sacar partido, Craso formó a 500 esclavos en tareas de extinción de incendios, lo que vendría a ser un cuerpo de bomberos, probablemente el único que existía en aquel entonces en Roma.
Lejos de ofrecerlo como servicio a la comunidad romana, Craso optó por una opción mucho más beneficiosa; aprovecharse de la necesidad ajena.
Los esclavos se presentaban en frente al palacio en llamas del noble, ofreciéndole sus servicios y que pudiese salvar sus pertenencias, a cambio de que les vendiese dicho edificio por un precio irrisorio.
El dueño, dándose cuenta de que cada segundo que pasaba sus pertenencias se calcinaban, decidía vendérselo por una miserable suma. Una vez extinguido el incendio, el edifico pasaba a ser propiedad de Craso, el cual lo revendía muy por encima del precio que había pagado, sacando un suculento beneficio.
En caso de negarse, los esclavos simplemente dejarían que el edificio ardiese, por tanto no es que hubiese mucho espacio para “negociaciones”.
La elevada temperatura de la península itálica acrecentaba todavía más el riesgo de incendios
Debido a su inclinación, Italia es proclive al clima seco y árido en el verano. Bien cierto es que en otras zonas cambia drásticamente y se encuentran localidades que presentan climas húmedos típicos del mediterráneo, aunque lo más probable es que Craso actuase en las zonas de secano. En esa época además, coincidió con una gran sequía que afectó a Roma, y que causó que casi 2/3 de la ciudad fuesen calcinados por las llamas.
Lo anterior desmiente lo que muchas malas lenguas decían de los esclavos de Craso, de los cuales se especulaba que ellos mismos incendiaban los edificios para luego cobrar por su servicio. La realidad sin embargo, es que no necesitaba tal engaño; la naturaleza hacia el trabajo por ellos.
Gracias a esta iniciativa Nerón formo la primera brigada profesional de bomberos
Años más tarde, el conocido emperador Nerón utilizó el concepto de Craso pero esta vez con una idea más como servicio comunitario, disponiendo además de poleas, ballestas, ganchos y bombas de agua para intentar extinguir el fuego y que no avanzase hacia otros edificios.