Ser veterinario es uno de los trabajos que muchos niños tienen en su lista para cuando sean mayores. Es el sueño de muchos, aparte de ser astronauta o actor. Sin embargo, ser veterinario no es algo tan sencillo como parece. Hay algunas cosas que no sabemos de esta profesión y solo lo saben los que lo viven desde dentro. Mucha gente lleva a sus perros y gatos al veterinario cuando están malos o para hacer los chequeos pertinentes. En algunos casos esto puede suponer un riesgo, ya que cualquier perro puede morder si está asustado. Incluso los perros más cariñosos pueden atacar, por lo que hay que tener siempre mucho cuidado.
Los gatos también pueden ser peligrosos, y el motivo principal es que es difícil preveer como van a reaccionar. Muchas veces un ataque de estos felinos puede ser inesperado. Un mordisco de gato puede hacer mucho daño, aparte de los arañazos que puede infligir. Por supuesto, no son los únicos animales que los veterinarios atienden. En su lista hay toda clase de animales, donde los caballos también pueden pegar algún que otro susto. Si incluimos a los animales exóticos, los riesgos aumentan mucho, ya que pueden portar enfermedades graves para el ser humano. Por ejemplo, con los monos hay que tener mucho cuidado, sobre todo si son de origen desconocido.
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Ser veterinario es un trabajo impredecible
Esta carrera suponer tener unos conocimientos muy variados para afrontar el día a día y los diferentes animales que existen. Aunque la mayoría de los pacientes suelen ser perros y gatos, cada vez más tienen que dar cita a roedores, pájaros y reptiles. Muchas veces esto supone tener mucha creatividad y solucionar problemas en el momento. Algunas veces la improvisación juega un papel importante dependiendo de lo que le pase al animal.
Otro de los problemas con los animales es que no pueden decir lo que les pasa. Los veterinarios pasan mucho tiempo hablando con los dueños de los animales, y así sacar más conclusiones para un diagnóstico. Muchas de estas personas tienen un fuerte vínculo con sus mascotas, y hay que tener mucho tacto. Algunas veces es duro convencer a los dueños para hacer lo que es mejor para sus mascotas, sobre todo si no se puede hacer nada por el animal. Algunas veces el problema es el dinero al ser el tratamiento muy caro. Si los dueños no se lo pueden permitir, es frustrante y doloroso. Como se puede ver, muchas veces un veterinario tiene que hacer también de sicólogo.
La eutanasia en los animales
Una de las partes menos gratificantes de los veterinarios es tener que aplicar la eutanasia a muchas mascotas. Cuando los animales son muy viejos, están enfermos o los dueños no pueden seguir pagando un tratamiento caro, algunas veces la solución es hacerlos morir con sin sufrimiento. Esto es algo que normalmente no ocurre en la medicina tradicional con humanos, y puede ser muy duro. La compasión y el agotamiento muchas veces pasan factura a los veterinarios.
También tienen sus animales favoritos
Aunque puedas creer que un veterinario no tiene predilección por un animal en concreto, lo cierto es que suelen tener sus animales favoritos. Independientemente de que puedan atender a varias clases de animales, muchas veces se centran en algunos específicos por varios motivos. Los hay que principalmente atienden a caballos y vacas, y otros que se especializan en animales marinos. Muchas veces depende del sitio en el que desarrollan su trabajo y el tipo de fauna que hay donde viven. Como es natural, tiene que haber diferencias entre un veterinario en España a uno que está en Tailandia.
Muchas veces la palabra “exótico” puede ser relativo. En muchas granjas no solo nos podemos encontrar caballos, vacas, cabras, cerdos y otros animales comunes. Hoy en día los veterinarios se pueden encontrar con llamas, avestruces y otros animales que no son autóctonos. Sin embargo, no se pueden considerar exóticos ya siguen siendo animales de granja. Los canguros por ejemplo, nos pueden parecer extraños si no vivimos en Australia, pero siguen siendo unos mamíferos de lo más común sin mucha diferencia con otros que conocemos.
¿Ganan lo mismo que un médico tradicional?
Esto puede variar dependiendo de muchos factores, como la especialización y el lugar donde trabajan. Sin embargo, por desgracia suelen cobrar mucho menos que un médico que trata personas. De hecho, en España por regla general los sueldos suelen ser bajos. En el 2015, la Confederación Empresarial Veterinaria de España (CEVE) denunció que los veterinarios están en uno de los sectores peor pagados. Es realmente una injusticia teniendo en cuenta la gran labor que hacen y el esfuerzo necesario para conseguir el conocimiento y la experiencia. Por este motivo, la mayoría de estos profesionales no lo hacen por el dinero, sino porque es su gran pasión.
Dependen mucho de sus colaboradores
La mayoría de los veterinarios no podrían desarrollar su trabajo sin la ayuda de asistentes y colaboradores. El trabajo en equipos es muy importante para hacer las cosas bien y con seguridad. Esto va desde la persona que está en recepción atendiendo a las personas con sus mascotas, hasta el equipo médico que ayuda en los procedimientos y cirugías