Hemos hablado muchas veces de cómo era el pasado en diferentes épocas. Había cosas que hoy en día serían impensables. De hecho, algunas incluso eran muy peligrosas para la gente, y esto costó muchas vidas. No hablamos de cosas que claramente suponen riesgos para las personas, sino cosas muy normales que incluso seguimos usando hoy en día.
Muchos de los adelantos domésticos que tenemos tuvieron unos inicios. Muchas veces no estaban del todo bien construidos o tenían defectos que luego se solucionaron. Algunas veces simplemente la gente no usaba las cosas adecuadamente, lo cual podía acabar en desastre. Te contamos algunos casos donde cosas muy normales mataron a gente.
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1 – Ir al cuarto de baño antes no era tan seguro como ahora
Cuando se trata de hacer nuestras necesidades estamos bastante cubiertos. Tenemos cuartos de baño en casa, en bares, el oficinas y prácticamente en cualquier sitio. No debe suponer un peligro en absoluto, pero antes si podía ser un riesgo. Por ejemplo, en la era victoriana el agua caliente funcionaba con gas, lo cual provocaba explosiones debido al uso de velas y lámparas de gas.
Incluso antes de los baños convencionales que hubo en la era victoriana, hubo problemas con las deposiciones de la gente. Los cuartos de baño en el Londres de 1858 no tenían un sistema de alcantarillado. Todo caía en unos canales donde se iba almacenando todo.
Era un alcantarillado muy precario donde se juntaba de todo. No solo los restos orgánicos de la gente, sino también restos humanos que se filtraban de los cementerios. El olor era terrible pero eso no era lo peor. Debido a los residuos el metano y el dióxido de carbono se almacenaban en todas partes, y las explosiones eran frecuentes hasta que se hizo el alcantarillado. Esto causó un número de muertos hasta que se encontró una solución.
2 – Comerse un bocadillo podía ser un riesgo
Comer un bocadillo es la cosa más normal del mundo. ¿Quién se muerte por hacer eso? Sin embargo, en la Inglaterra victoriana si podía suponer un problema. Los ingredientes que se usaban muchas veces estaban contaminados. Los que más riesgo tenían eran la mantequilla, el queso, el pan y bebidas como la ginebra o la cerveza.
El pan era uno de los alimentos más problemáticos. Había mucha gente pobre que tenía dificultades para comprar el pan a diario, por lo que lo conseguían de vendedores callejeros. El pan era más barato pero los ingredientes eran de dudosa procedencia. Uno de los mayores problemas era que se usaba alumbre, un sulfato usado en la industria.
Uno de los problemas del alumbre es que impedía que los nutrientes de la comida fueran absorbidos por el cuerpo. Sin embargo, el alumbre daba mucho volumen al pan, por lo que era más atractivo a la gente que lo compraba. Lo que pasó es que mucha gente enfermó y hubo muertos por consumir este pan contaminado. Algo que se tardó mucho en descubrir y que fue un grave problema de salud pública en la época.
3 – Las muertes por bajar escaleras
Bajar unas escaleras es algo que hay que hacer con cuidado. Siempre hay un riesgo de tener un accidente, aunque no tiene porque pasar nada. En otras épocas esto no era tan sencillo. En la época victoriana las regulaciones para hacer escaleras eran inexistentes, sobre todo en las casas más modestas.
Las medidas que tenían muchas escaleras solían ser de diferente altura y anchura, y esto ocasionaba muchos accidentes. En muchos casos ni siquiera colocaban una baranda para poder apoyares.
Para hacer las cosas peores, los vestidos de las mujeres eran de falta larga, lo cual empeoraba el número de accidentes en escaleras. Las muertes bajando escaleras eran bastante frecuentes por estos motivos.
4 – El maquillaje a principios del siglo XX
¿Qué mujer no se ha maquillado alguna vez? Se lleva haciendo hace siglos y es un modo de resaltar la belleza natural. Sin embargo, hubo una época donde también significaba poner la salud en peligro. A principios del siglo 20 un componente químico llamado radio era muy popular en el mundo de la cosmética.
El radio tenía varias propiedades y una de ellas era que brillabas, lo cual resaltaba el maquillaje. Fue tal su popularidad que los fabricantes de cosméticos incluso resaltaban los beneficios del radio en sus productos. Se usaban en cremas, jabones y otros productos para la piel. Incluso se empezó a usar en alimentos como el chocolate.
Dada la capacidad de poder brillar en la oscuridad, el radio también se usaba en pinturas o para objetos de decoración. Hasta 1920 las mujeres usaron grandes cantidades de maquillaje que contenían radio. Esto daba un inusual brillo a su piel, lo cual era muy atractivo. Sin embargo, el número de muertes por envenenamiento por radio fue algo habitual.
No hay cifras exactas de cuantas persona murieron por exposición a radio, pero la estimación es que hubo muchos. Solamente en el mundo de la cosmética muchas mujeres sufrieron las terribles consecuencias de ponerse productos de radio en la cara y el cuerpo. Hoy en día sería impensable pero en el pasado las cosas eran muy diferentes.
5 – Los primeros frigoríficos no eran muy fiables
Cuando pensamos en neveras y frigoríficos no vemos ninguna amenaza a primera vista. Lo cierto es que antes de que existieran estos aparatos el mantener la comida fresca era más complicado. Había otros métodos para que los alimentos no se estropearan, pero con la llegada de los frigoríficos las cosas fueron mucho más fáciles.
En la era victoriana se pudieron ver los primeros frigoríficos, los cuales fueron inventados por un americano llamado Jacob Perkins. Al ser unos aparatos muy nuevos, ¿Qué mejor manera de probarlos en la comunidad victoriana tan abierta a nuevas modas y tecnologías?
Este primero frigorífico de Jacob Perkins podía producir hielo y enfría cosas. Las primeras unidades no eran muy fiables y fallaban bastante. Sin embargo, mejoraron mucho con el uso del gas de Clorometano. Sin embargo, el problema es que el Clorometano es muy tóxico. Al principio hubo muchos casos de fuga de este gas, el cual provocó un buen número de muertes.
Por supuesto, los frigoríficos innovaron en todos los sentidos con el paso de los años. Funcionaban mucho mejor y la seguridad también dio un gran paso hacía delante. Se pudo ver por fin que era un gran invento que debía estar en todos los hogares.
6 – El peligroso juego del billar
¿Quién podía imaginar que el juego del billar podía ser peligroso? Hubo una época en que el billar era considerado un juego de caballeros. Solo la élite social más alta jugaba al billar y lo hacían por todo lo alto. Las bolas estaban hechas de marfil, lo cual hacía este juego solo para los más ricos. Sin embargo, eso no significaba que los demás no quisieran jugar al billar también.
Con la llegada del celuloide se abrieron muchas posibilidades en muchas cosas. En el tema del billar, se pudieron sustituir las bolas de marfil por bolas de celuloide, las cuales eran mucho más baratas. Esto permitió que la gente pudiera empezar a jugar al billar sin necesitar una gran inversión.
El problema de las bolas de celuloide era que eran muy inflamables, y prendían de forma muy rápida. Algunas veces el simple rebote de una bola con otra podía provocar una chispa y causar una pequeña explosión. Hay documentos que dicen que muchos jugadores describían estas explosiones como disparos. El peligro de estas bolas residía en que se podía formar un incendio en cualquier momento de la partida, lo cual era un riesgo.
7 – El invento del mantel iluminado
Hay inventores que hacen cosas que muchos otros pueden considerar verdaderas tonterías. Uno de los más divertidos fue el de Henry Cooper, el cual inventó un mantel muy especial en 1902. Era un mantel para la mesa del salón que incluía la iluminación eléctrica, y así no depender de velas.
Básicamente era un mantel con unas lámparas encima donde los cables eléctricos iban por debajo del mantel. Lo cierto es que este mantel iluminado daba un ambiente íntimo al salón de casa, pero había un problema. No había contado en que la gente podía derramar vino o agua mientras comía o cenaba. Esto ocasionó más de un susto con chispazos por todos lados. En este caso no murió nadie que se sepa, pero seguro que un buen montón de reuniones terminaron muy mal gracias a este invento.