Para muchos, las ratas son unas criaturas que asustan tanto como las arañas o las serpientes. Cuando las vemos en una obra o un edificio en ruinas a una o varias ratas, normalmente nos ponemos en alerta. La idea es que pueden portar enfermedades o parásitos que las propaguen. Puede que este miedo que tenemos a las ratas venga de la terrible epidemia de peste negra que asoló Europa en el siglo XIV. En esta caso las ratas transportaban a las pulgas que eran las verdaderas culpables de la terrible enfermedad.
Lo cierto es que las ratas son dignas de admiración por muchos motivos. Son listas, bastante limpias y su sistema para reproducirse es a prueba de bombas. Hay muchos tipos de rata, pero las que suelen vivir entre humanos es la rata marrón y la negra. Veremos algunas cosas de ellas que seguro que te sorprenden. ¿Sabías que los científicos creen que pueden reír? Parece que lo hacen con sonidos de alta frecuencia que los humanos no podemos oír.
Indice de Contenidos
- Se puede meter por cualquier sitio
- Tienen un mordisco muy potente
- Sus habilidades gimnásticas parecen de superhéroe
- Son grandes nadadoras
- Un sólido sistema de reproducción
- Tienen un paladar muy fino
- Una vez que las ratas muerden a alguien, posiblemente muerdan a más gente
- Las ratas pueden sobrevivir un holocausto nuclear
Se puede meter por cualquier sitio
En lo que se refiere a su habilidad como escapistas, las ratas podrían hacer la competencia hasta a un pulpo. El motivo es que sus costillas se pueden doblar como un paraguas y estrechar el abdomen hasta límites insospechados. Por tanto, se pueden meter por agujeros muy pequeños siempre que les quepa la cabeza. Por otro lado, las ratas pueden abrirse paso usando sus dientes por casi cualquier sitio. Pueden roer a través de madera, tubos de metal, paredes de ladrillo e incluso cemento.
Los dientes de las ratas crecen a una velocidad asombrosa, llegando a 12 centímetros al año o más. Son muy afilados gracias a que están sus dientes superiores e inferiores siempre están rozándose, lo cual funciona como una piedra de afilar. Con sus dientes pueden atravesar casi cualquier cosa.
Tienen un mordisco muy potente
Las ratas no muerden a la ligera, y solo lo suelen hacer cuando se ven arrinconadas y en peligro. Sin embargo, cuando muerden lo hacen de verdad. Sus mandíbulas son parecidas a las del caimán y pueden ejercer una presión tremenda. Si tenemos la mala suerte de que nos muerda una rata, podemos asegurar que morderá hasta el hueso. Aparte de esto, hace un efecto de sierra que empeora aún más la herida. La moraleja es que no hay que meterse con las ratas.
Sus habilidades gimnásticas parecen de superhéroe
En las patas tienen largas uñas que les permiten escalar muchos tipos de superficie como si de arañas se trataran. En lo que se refiere a caer de grandes alturas, son parecidas a los gatos. Pueden caer de más de 15 metros y caer de pie sin hacerse daño. También pueden saltar muy bien. Desde una posición fina pueden saltar hasta un metro en el aire. El equivalente a una personas sería si pudiera saltar por encima de un primer piso.
Son grandes nadadoras
Las ratas pueden nadar durante tres días seguidos sin problemas. También pueden aguantar la respiración durante tres minutos. Aparte de esto, como comentábamos antes, pueden aprovechar su especial estructura ósea para meterse por tuberías y cañerías. Esto les permite alcanzar casi cualquier sitio, incluidas las casas particulares a través del retrete.
Un sólido sistema de reproducción
Cuando se trata de procrear, las ratas dejan a los conejos como aficionados. Cuando no están comiendo, la mayor parte del tiempo las ratas se lo pasan apareando. No es de extrañar que una pareja de ratas pueda tener camadas de 15 mil individuos al año. Esto es crucial para su supervivencia en cualquier situación que se pueda presentar. Su fuerza está en su número.
Tienen un paladar muy fino
No es fácil envenenar a una rata ya que pueden detectarlo fácilmente aunque sea en mínimas cantidades. Por otro lado, las ratas no comen cualquier cosa que se les ponga por delante. Son muy cautas a la hora de comer cosas que no les resulta familiares. Suelen comer primero pequeñas cantidades para asegurarse de que no les sienta mal.
Una vez que las ratas muerden a alguien, posiblemente muerdan a más gente
En ocasiones donde ha habido una plaga de ratas grande, se han dado casos de mordeduras en personas mientras estas dormían. Suelen ser mordeduras en la cara y en las manos. El motivo es que detectan residuos de comida en estas zonas y se ven atraídos por ellas. En estos casos es mejor buscar un nuevo sitio donde vivir. El motivo es que cuando una rata muerde a un humano, las posibilidades de que lo vuelva a hacer suben bastante.
En 1945 un biólogo llamado Johns Hopkins hizo un experimento con ratas, dándolas de comer sangre humana. Parece ser que las ratas se entusiasmaron con este alimento y no querían otra cosa. Esto podría explicar el motivo por el que cuando muerden a alguien, encuentren aceptable hacerlo más veces.
Las ratas pueden sobrevivir un holocausto nuclear
La resistencia que tienen las ratas a la radioactividad se pudo comprobar en los años cincuenta. En una zona de Estados Unidos del pacífico sur para pruebas nucleares, los científicos se sorprendieron al comprobar que las ratas de la zona habían sobrevivido a las pruebas. Aunque muchas habían muerto, las nuevas generaciones se pudieron adaptar rápidamente a la situación y así soportar los altos niveles de radiación.