Aunque comúnmente se les conoce como osos de agua, su verdadero nombre es tardígrado y se trata de un animal de muy pequeño tamaño pero con la capacidad de sobrevivir a las condiciones más extremas. Este invertebrado de tan solo 0,5 milímetros de tamaño pertenece a la familia de los Ecdysozoa y aunque fue descubierto en el año 1773, en los últimos años ha despertado el interés de los científicos por su indiscutible capacidad de adaptación.
Pero ¿qué hace tan especial a este pequeño animal para merecer la atención de los científicos? Pues a continuación te daremos algunos datos sobre los osos de agua que también despertarán tu interés en este minúsculo ejemplar del reino animal.
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Un hábitat inmenso
Debido a su enorme capacidad de adaptación, a estos pequeños animales se les ha encontrado en todo el mundo, desde los lugares más calientes hasta los más fríos. Sobreviven gracias al agua, la cual ocupan para extraer de ella los nutrientes que su cuerpo necesita y aunque su hábitat natural son las pequeñas capas de agua que se forman por encima del musgo, también pueden estar presentes en cualquier lugar del mundo donde exista agua e incluso, como veremos más adelante, en aquellos lugares donde tampoco tengan acceso frecuente al vital líquido.
Sus características físicas
Como hemos detallado, miden solamente 0,5 milímetros en su edad adulta, mientras que un oso de agua joven puede medir solamente 0,05 milímetros. Tienen un cuerpo ovalado y alargado que se encuentra dividido en cinco secciones, una de ellas perteneciente a la cabeza, en su boca poseen una especie de ventosa que les ayuda a succionar el agua de la cual se alimentan.
Debido a que son muy pequeños y livianos, sus patas también poseen ventosas con las cuales se adhieren a hojas o cualquier otra superficie para evitar ser llevados por el viento. Poseen también una especie de caparazón el cual los protege y que mudan de forma periódica.
Su capacidad de resistencia
Ahora hablaremos de la característica que hace a los osos de agua tan especiales: su capacidad de resistencia. Los osos de agua han sido expuestos y han logrado sobrevivir a condiciones extremas como las siguientes:
Frío
Se ha demostrado que en condiciones ambientales naturales los tardígrados han podido sobrevivir a temperaturas de -20 grados centígrados, aunque en situaciones de laboratorio controladas, fueron capaces de soportar temperaturas de hasta -273 grados centígrados, lo que es casi la temperatura conocida como cero absoluto.
Calor
Ante la exposición al calor también demostraron gran capacidad de supervivencia. En condiciones naturales pueden sobrevivir hasta 100 grados centígrados, mientras que en el laboratorio pudieron sobrevivir incluso los 151 grados centígrados.
Otras condiciones extremas
En las pruebas de laboratorio los osos de agua también fueron sumergidos en alcohol, éter y expuestos a radiación ionizante sobreviviendo a estos experimentos. En un estudio reciente fueron colocados algunos de estos en la parte externa de un transbordador espacial y enviados al espacio. Los científicos se llevaron una gran sorpresa cuando descubrieron que los osos de agua regresaron vivos de su odisea espacial expuestos a la gravedad cero.
¿Por qué pueden sobrevivir a estas condiciones?
No, no es ningún súper poder lo que hace al oso de agua capaz de sobrevivir a estas condiciones. En realidad es una característica diseñada por la naturaleza llamada “criptobiosis”. En condiciones naturales, cuando el oso de agua está en contacto con el agua de la cual se alimenta, su cuerpo puede llegar a estar constituido hasta por un 85% de este vital líquido, el cual permite que su metabolismo funcione de manera regular.
Cuando se encuentra en condiciones extremas, el oso de agua activa la criptobiosis que es una especie de estado de hibernación o animación suspendida; el oso de agua no se encuentra muerto, pero es casi como si lo estuviera, ya que las actividades de reproducción, el metabolismo y el crecimiento se detienen. En este estado se produce una deshidratación casi absoluta del cuerpo, llegando a tener solamente un 3% de agua corporal, cantidad suficiente para mantenerse vivo en estado de reposo.
Esta criptobiosis le permite al oso de agua adaptarse a cualquier ecosistema, incluso aquellos en los que no tenga acceso frecuente al agua. Al tener un leve contacto con el líquido el tardígrado recuperará su cantidad normal de agua y pondrá a funcionar nuevamente su sistema. Este pequeño animal puede sobrevivir hasta cuatro años y medio en estado de criptobiosis.