Hay algunas cosas que han ocurrido a lo largo de la historia que son realmente una vergüenza para la especia humana. De la misma manera que podemos hacer grandes cosas y usar nuestra inteligencia para cosas maravillosas, también podemos cometer las peores atrocidades imaginables. Una de ellas fue sin duda el holocausto durante la segunda guerra mundial. Dentro del holocausto, puede que uno de los episodios que existieron fue lo ocurrido en Auschwitz. Siendo más específicos, hablaremos de una persona en particular que se hizo tristemente célebre por lo que hizo en este campo de concentración. Hablamos del doctor Josef Mengele.
A mediados de los años ochenta en Sao Paulo la policía desenterró el cadáver de un hombre llamado Wolfgang Gerhard. Se hicieron algunas pruebas y se concluyó que los restos humanos pertenecían al Mengele, el cual había muerto en un accidente mientras nadaba. ¿Por qué se tiene al doctor Josef Mengele como un demonio en forma humana y se le considera un monstruo? Lo cierto es que de lo que se conoce de su vida, no hay algo que explique las horrendas cosas que hizo. De hecho, creció en el seno de una familia opulenta con un negocio de gran éxito.
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La infancia de Mengele
De pequeño Mengele era muy buen estudiante y se llevaba bien con sus compañeros de clase. Tenía una gran inteligencia y cuando llego el momento de ir a la universidad, estaba claro que podría sacar la carrera que quisiera. Se sacó el doctorado en antropología en la universidad de Munich y estuvo trabajando bajo las órdenes del doctor Dr. Otmar Freiherr von Verschuer, el cual estaba de lleno en el partido nazi. El trabajo consistía principalmente en las causas hereditarias en los defectos congénitos. Mengele se vio fascinado por este campo y en poco tiempo adquirió grandes conocimientos en la temática. De hecho, consiguió un segundo doctorado y una muy buen recomendación por el trabajo realizado.
En 1937 se unió al partido nazi y al año siguiente se unió a las SS en una unidad de reserva de la Wehrmacht. Al poco tiempo su unidad fue llamada para entrar en servicio y se puso a trabajar en el servicio médico de esa sección de las SS. Entre la caída de Francia y la invasión de la unión Soviética, Mengele estuvo haciendo estudios de genética en Polonia buscando al “germanización” de otras nacionalidades. Sin embargo en 1941 su unidad fue enviada a Ucrania para en primera línea de combate, donde Mengele destacó por su valentía. Fue condecorado varias veces por salvar a varios soldados al sacarlos de un tanque ardiendo y por su dedicación a la unidad. Al año siguiente fue herido de gravedad en Rostov y se le excluyó para seguir luchando.
La vuelta a casa
Después de casi perder la vida, fue enviado de vuelta a Alemania donde retomó el contacto con su antiguo mentor von Verschuer. Debido a su heroico comportamiento en el campo de batalla, le fue concedido el grado de Capitán y la oportunidad de su vida: ser el oficial médico en el campo de concentración de Auschwitz. Hasta entonces, Auschwitz había sido un centro de trabajos forzados, pero en 1943 se había convertido en un centro de ejecuciones. Con el cierre de otros campos de concentración, Auschwitz se iba a convertir en un núcleo importante de exterminación. Mengele iba a estar en medio de todo esto.
El nuevo destino de Mengele en Auschwitz
Según testimonios tanto de guardias como de supervivientes de Auschwitz, el doctor Mengele era un adicto al trabajo. Se presentaba voluntario para cualquier tarea, incluso si no estaba relacionado con su departamento médico. Muchos decían que parecía que estaba en todos lados al mismo tiempo. Estaba claro que Mengele estaba realmente cómodo en Auschwitz, ya que siempre estaba sonriendo y parecía muy feliz.
Los médicos que estaban a su mando eran obligados a hacer turnos a la hora de seleccionar los prisioneros que iban a trabajar y los que iban a ser enviados a la cámara de gas. Muchos de los doctores tuvieron problemas con esto y sufrieron depresiones y bajas. Sin embargo, Mengele estaba entusiasmado con este trabajo, y de hecho pidió coger los turnos de los que no querían realizar esta tarea.
Se marcó una planificación haciendo la selección de los que tenían que morir y los que podían trabajar. Los enfermos iban directamente a la cámara de gas, los más sanos podrían ayudar en las tareas del campo y personalmente seleccionó a un número de personas para sus propios experimentos personales.
El comienzo de los experimentos en Auschwitz
Los experimentos de Mengele tenían unas metas muy definidas, aunque fuera de toda lógica. La falta de respeto por la vida humana y le hecho de que tantas vidas estuvieran condenadas, le animó a aprovechar la situación para seguir sus estudios genéticos, aunque esta vez con especímenes humanos. Se interesó especialmente por los gemelos al tener los genes casi iguales. Pensó que cualquier variación que encontrara entre ellos sería debido a factores externos. Se puso manos a la obra y recogió entre los prisioneros del campo a todos los gemelos y así poder hacer comparaciones entre ellos tanto físicamente como en su comportamiento.
Fueron cientos las parejas de gemelos que se usaron en los experimentos. Estudiaba las diferentes partes del sus cuerpos y tomaba notas de todo lo que veía. También procedió a inyectar ciertas sustancias a uno de los gemelos y observaba como enfermaba el paciente para luego hacer pruebas con el otro. También provocó gangrenas o inyectaba tintes en los ojos de sus “pacientes” (la mayoría de las veces niños). Luego eran llevados a un laboratorio en otra parte de Alemania para hacer más pruebas.
Cuando el paciente finalmente moría, su gemelo era inmediatamente ejecutado con una inyección de cloroformo. Luego se hacía una disección para comparar ambos hermanos. En una ocasión Mengele mató a catorce parejas de gemelos en un solo día y dedicó toda la noche a realizar las autopsias. Era muy metódico en sus acciones, aunque también podía ser muy impulsivo.
Durante la selección de grupos para ver quien trabajaba y quién era gaseado, una mujer de mediana edad que había sido seleccionada para trabajar se negó a separase de su hija pequeña (que había sido asignada para morir). Un guardia que las intentó separar se llevó un buen arañazo en la cara y se separó de ambas. Mengele lo solucionó disparando a la madre y a la hija, y luego mandó al resto a la cámara de gas.
En otra ocasión sus ayudantes médicos estaban discutiendo si uno de los niños que estaban en la enfermería tenía tuberculosis o no. Mengele salió de la habitación y en un par de horas volvió pidiendo disculpas a sus colaboradores. En su ausencia había disparado al chico y le había diseccionado para ver si tenía la enfermedad, donde no encontró indicios de tuberculosis.
La promoción de Mengele en el campo
El trabajo y entusiasmo de Mengele le valió ser ascendido para gestionar el campo de concentración a todos los niveles. Aparte de eso, siguió con sus propios experimentos con total disponibilidad de recursos. Su carácter impulsivo volvió a notarse al tener que decidir el destino de tantos prisioneros que iban llegando. Por ejemplo, hubo un brote de tifus en los barracones por lo que Mengele decidió que un bloque completo de 600 personas fueran gaseados y los barracones fumigados. Luego trasladó a otro bloque a los barracones fumigados y siguió fumigando los otros barracones. Desde este modo siempre sobraba un barracón y se podían ir fumigando hasta completarlos todos.
Mientras tanto, los experimentos continuaban y Mengele quería probar por todos los medios la supremacía de la raza aria. Sus métodos seguían siendo siniestros, como coser a las parejas de gemelos juntos para ver si había rechazo. Llegó a realizar también vivisecciones con niños para buscar respuestas a sus teorías. Por ejemplo, en un tipo de gangrena llamado Noma apareció entre un bloque de prisioneros gitanos, pensó que era por causa de la raza. Para estudiarlo cortó la cabeza a los infectados y las mandó a un laboratorio en Alemania para su análisis.
El cierre del Auschwitz
En 1944 la llegada de prisioneros comenzó a disminuir hasta finalmente parar. Muchas de las tareas que se hacían habitualmente también se ralentizaron o anularon. En 1945 Auschwitz estaba prácticamente desmantelado y los prisioneros que quedaron fueron enviados a otros sitios. Los rusos estaban cerca y era el momento de huir. Mengele cogió toda la documentación que pudo de sus experimentos y huyó para no ser capturado. Estuvo huido varios meses hasta que una patrulla de los aliados le capturó. Por aquel entonces seguía usando su nombre verdadero, pero la lista de criminales buscados que usaban los aliados no era muy eficiente. Finalmente le soltaron.
Fue entonces cuando Mengele decidió usar varios nombres para evitar ser capturado de nuevo. De momento nadie le estaba buscando y eso la ayudó mucho para poder huir. Brasil y Argentina eran los países que más simpatizaban con la causa nazi y donde huían muchos miembros del partido. Después de trabajar en una granja durante un tiempo, Mengele decidió huir a Argentina.
El exilio de Mengele
Estando en el exilio Josef Mengele puso en marcha una clínica abortista en Buenos Aires en los años cincuenta. Muchos de los abortos eran ilegales, pero no fue hasta que uno de sus pacientes murió cuando Mengele fue detenido. No queda muy claro cómo se libró de la cárcel, pero se dice que el juez fue sobornado. Una vez libre Mengele se dirigió a Paraguay donde obtuvo los papeles para quedarse en el país. Los intentos de los servicios secretos israelíes por capturarle fueron infructuosos. Los otros problemas que tenía Israel en la zona hicieron que finalmente desistieran en capturarle.
La muerte de Mengele
Estando en Brasil, en 1979 Josef Mengele tuvo un ataque cerebral mientras nadaba en el océano Atlántico y se ahogó. Después de su muerte familiares y amigos reconocieron que sabían quién era realmente Mengele, y le habían ocultado de la justicia toda su vida. Hoy en día los restos de Mengele se encuentran en la universidad de Sao Paulo.