Los arco iris son uno de los espectáculos más increíbles y bellos que la naturaleza nos puede ofrecer. De hecho, han inspirado una gran cantidad de artistas, que van desde canciones a películas de cine. No es de extrañar que muchos artistas estuvieran totalmente absortos con este tipo de fenómeno, y le dedicaran tantas horas en sus obras. Sin embargo, la ciencia que hay detrás de los arco iris es bastante simple. Solo se trata de efectos ópticos básicos.
El proceso fundamental que ocurre en un arco iris es la refracción, que es simplemente cuando la luz se “dobla”. Este pliegue de la luz – o para ser más exactos, el cambio de dirección – cuando la luz viaja de un medio a otro. Es porque la luz viaja a diferente velocidad en diferentes medios. Para que se forme un arco iris, el sol debe estar cerca del horizonte y debe haber niebla o lluvia opuesta al sol.
Una persona que esté entre el sol y el arco iris puede ver un arco de colores que está en el espectro de luz visible que va desde el rojo al violeta. En algunos casos y si las condiciones son las correctas, se pueden forman hasta dos arco iris. Uno de ellos suele ser tener los colores más pálidos y el otro unos fuertes colores más intensos.
Aunque los arco iris han sido observados desde hace siglos, las causas no fueron entendidas hasta que los físicos comenzaron a explorar las propiedades de la luz. Como se ha dicho, básicamente se forman por la refracción de la luz que ocurre cuando la luz pasa por gotas de agua o niebla con humedad. La luz entra en el agua y se refleja en dirección opuesta de la gota de agua, y rebotando de vuelta al punto de entrada.
Proceso para que se forme un arco iris
El ángulo o refracción de la luz cambia cuando se produce este rebote hacia atrás, y la luz es filtrada en diferentes colores. El rojo suele estar en la parte superior y el violeta al fondo, porque uno tiene la longitud de onda más larga y la otra la más corta. Cuando se forman los arco iris dobles, la luz se dobla dos veces causando que se forme el segundo arco iris sobre el primero. Se puede formar un tercero, pero es algo muy poco frecuente.
Tan pronto como el agua se disipe o el sol se mueva, el arco iris desaparecerá. Esto es porque las condiciones que se tiene que dar para que el fenómeno ocurra han cambiado y ya no son las válidas. Curiosamente, también se pueden formar con la luz reflejada de la luna, pero los humanos tenemos dificultades de distinguir colores en la oscuridad, y solo podremos ver grises de varios tonos mezclados con blancos.
La gente que busca arco iris debería salir cuando ha llovido fuertemente y el sol está en el horizonte. También puede valer cuando hay una tormenta en marcha. El arco iris debería aparecer en la parte opuesta al sol. En algunos casos, las condiciones de luz pueden ser las ideales para los arco iris cerca de las personas observándolos. De todos modos, el arco iris parecerá que se aleja hasta que desaparece, porque el arco iris ha pasado realmente a través de el.