¿Te has preguntado alguna vez como es ir al servicio en la Estación Espacial Internacional? Debes saber que no hay gravedad por lo que la cosas puede parecer bastante complicada. Lo cierto es que si hace las cosas algo diferente. El retrete es más peculiar al que podemos ver en casa o en un local cualquiera, aunque la funcionalidad es la misma. Para hacerte una idea aquí tienes una foto de un retrete espacial.
Lo primero que tiene que hacer un astronauta es asegurarse de sentarse bien. No es simplemente sentarse y apoyarse porque en el espacio no es tan sencilla. La gravedad nos lo puede poner muy difícil, por lo que hay unas correas que les sujetan los pies para no salir volando. Lo siguiente es estar bien alineados. Para ello hay puesta una cámara está dentro del retrete para que el astronauta sepa que está orientado correctamente. En el momento de hacer sus necesidades también hay que tener en cuenta que la orina y las heces saldrán flotando.
En la Tierra la gravedad ayuda que todo caiga dentro del retrete, pero en el espacio hay que reemplazar esta gravedad de alguna manera. Para ello se usan una aspiradora que lo succiona todo. La orina es llevada a una dispositivo que lo purifica y lo convierte en agua potable. Las heces son almacenadas en un compartimento con productos químicos que la eliminan. Si por algún motivo el retrete no funciona, el astronauta tiene que llevar una bolsa que lleva unas ampollas químicas. Una vez las heces están en la bolsa, las ampollas se rompen y producen una reacción química que destruye a las bacterias e impiden que se expandan.
Aun así, también hay que recordar que los astronautas en la Estación Internacional Espacial cambian totalmente de dieta. Esto hace que no tengan que ir tanto al servicio como cuando están en la Tierra.