Casi todas las culturas que han existido en la historia tienen una descripción de cómo es el infierno. Da igual la religión o creencias que tenga la gente… si alguien comete pecados y se sale de lo estipulado por esa religión, podría acabar en el submundo, el cual puede ser de muchas maneras. ¿Son todos los infiernos iguales según las diferentes culturas? Lo cierto es que no ya que el infierno puede ser de muchas maneras.
Indice de Contenidos
1 – El infierno en el antiguo Egipto
En el antiguo Egipto le daban mucha importancia al más allá. Para el viaje después de la muerte tenían todo un procedimiento, y el camino no era fácil. En el camino a la vida eterna había que pasar por el llamado Duat, que era el reino del dios de los muertos Osiris.
Los egipcios tenían un libro donde se describía el viaje por el reino de Duat. Este texto se llamaba “Libro de los dos caminos” y daba todos los pasos para llegar a la tierra prometida, aunque nada estaba garantizado. Pasar por Duat era como pasar por el infierno y no todo el mundo lo conseguía.
Según el libro, Duat era parecido a la Tierra pero con elementos místicos y sobrenaturales como lagos de fuego y grandes muros de hierro. Las almas de los que habían muerto tenían que pasar por un enorme portal guardado por criaturas mitad humanas y mitad animales. Estas criaturas eran lo más parecido a lo que conocemos como demonios. Todos estaban bajo las órdenes de un demonio más poderoso llamado Ammut.
Al pasar por el portal, el corazón de los muertos era pesado en una peculiar báscula. El contrapeso era una simple pluma. Si el corazón pesaba más que la pluma era comido por Ammut. El alma del condenado sin corazón era enviado de nuevo a Duat donde recibiría castigos eternos.
2 – El infierno de los antiguos finlandeses
En la época anterior a la llegada de los cristianos, los finlandeses tenían unas creencias muy diferentes. Pensaban que las almas de los muertos eran llevadas en barcos por el río Tuoni hasta el territorio de Tuonela. La organizadora del viaje era la Tytti, la dama de la muerte.
El mundo de Tuonela era donde la vida continuaba para los muertos. Según las creencias, era un lugar inhóspito y duro donde tenían que vagar para siempre. Al ser un sitio tan hostil, la familiares de los que morían enterraban a sus muertos con toda clase de objetos. De esta manera iban más preparados para sobrevivir en Tuonela.
El mayor peligro no estaba en Tuonela sino en el río Tuoni. El viaje para llegar a la tierra de los muertos estaba lleno de peligros. Por ejemplo, el río estaba infestado de serpientes venenosas. Esto significaba que muchas almas no llegaban a su destino y simplemente morían de forma definitiva si eran picados por las serpientes. Los que llegaban a Tuonela simplemente pasaban la eternidad vagando por sus desoladas tierras. Esto en si mismo podría considerarse un infierno.
3 – El infierno en las culturas germánicas
En muchas culturas germánicas la palabra Niflheim imponía mucho respeto, y no era para menos. Niflheim era su infierno particular y lo representaban como un territorio helado sin nada más que hielo y nieve. En estas tierras heladas había un río donde residía Nidhogg, una gigantesca serpiente que se alimentaba de cadáveres.
Curiosamente Niflheim no era el único submundo que existía en las creencias germánicas. De hecho había nueve de estos mundos mitológicos, aunque Niflheim era el más oscuro y misterioso de todos. No solo era uno de los infiernos más profundos que había, sino que era un punto de unión de la Tierra con el resto del universo.
¿Quién era el que reinaba en el oscuro mundo de Niflheim? Según las creencias germánicas, era la Hel, la reina de los muertos. Esta deidad era la hija de Loki, el cual era a su vez el hijo de Odín y hermano de Thor. Hel fue expulsada de Asgard y se hizo dueña del infierno de Niflheim.
4 – La casa de las mentiras
Algunos se pueden estar preguntando que como el infierno puede llamarse la casa de las mentiras. Pues según la antigua religión del zoroastrismo es como se conocía la profundidad del averno. Según esta religión, lo primero que se encuentra la gente que muerte es un puente, el cual separa el mundo de los vivos y los muertos.
El puente es tan delgado como el hilo de un cabello humano, y también muy afilado. Es guardado por cuatro perros, los cuales tienen cuatro ojos cada uno. Las almas son juzgadas en este puente por sus pecados. Si los pecados han sido muchos, el puente se inclina hacia un lado y arroja las almas a un pozo lleno de sanguinarios demonios. El pozo es llamado la casa de las mentiras y es considerado el infierno.
¿Qué ocurre dentro de la casa de las mentiras? Según las creencias del zoroastrismo, este lugar es muy sucio y donde los que caen solo comen alimentos en avanzado estado de putrefacción. Los demonios torturan continuamente a las almas pecadoras dependiendo de sus pecados. De hecho, hay diferentes demonios que castigan según lo que haya hecho cada persona. Se puede decir que las torturas en este infierno son personalizadas para cada alma, lo cual no es un consuelo.
5 – El infierno maya llamado Xibalba
Los mayas también tenían su infierno particular, que en su caso era Xibalba. En este caso era un sitio muy real que existía en el mundo físico. Lo tenían localizado en una profunda cueva cerca de Belize. Se decía que era un sitio donde dioses de ultratumba se divertían torturando a las almas que les llegaba.
Las formas de tortura eran varias y dependía de los demonios que aplicaban los castigos. Algunas provocaban la descomposición de los cuerpos y otros infectaban las almas con fístulas y pus. Se creía que estos demonios también ocasionaban las desgracias en el mundo de los vivos.
Muchas de las enfermedades que sufría las población maya era por los demonios de Xibalba. Los desastres naturales también eran culpa suya, como también los accidentes de trabajo y otras cosas negativas que ocurrían. Por su fuera poco, el camino de las almas a Xibalba era también horrible. Tenían que pasar por un camino infestado de escorpiones y cadáveres podridos que hacía del viaje otro infierno por si mismo.
6 – El infierno de Dante
Una de las descripciones más populares de cómo es el infierno es el que nos presentó Dante. Era una descripción cristiana de este poeta del renacimiento que se puede ver en la Divina Comedia. De hecho, en este documento habla del cielo, el purgatorio y el infierno.
En el infierno hay varios subniveles donde la gente está por los diferentes pecados que han cometido. Por ejemplo, los que no han hecho nada en la vida son condenados a perseguir una meta para toda la eternidad. Lo hacen mientras son seguidos por un ejército de insectos y gusanos. Este es uno de los castigos más menos severos en este infierno.
En pecados más terribles el infierno de Dante según lo explica se va haciendo más rudo y violento. Los subniveles son descritos como “círculos” donde en cada uno de ellos se encuentran las almas de los diferentes pecadores. En cada uno de ellos hay diferentes castigos, pero para resumirlo hay un poco de todo.
Los castigos son realizados por demonios y hay latigazos, quemaduras, ahogamientos en heces, hervir a las almas en grandes ollas, descuartizamientos y muchas otras formas de castigo. En el centro de todos los círculos está la figura de Satanás, el cual vigila la aplicación de todas estas penas.