Los animales son los que se llevan la peor parte cuando se trata de explotación, mascares y malos tratos. El ser humano es la especie dominante en el planeta y para muchos esto significa que podemos hacer lo que nos plazca con las demás especies. Millones de animales mueren todos los días en el mundo para el consumo humano. De hecho, las cifras son de más de 50.000 millones de animales muertos al año.
Ni siquiera los animales salvajes están a salvo. El negocio y tráfico de animales exóticos es un hecho. El problema de los cazadores furtivos es otra de las cosas que es una lacra en muchas partes del mundo.
Sin embargo, algunas veces los cazadores furtivos se acaban convirtiendo en las presas. No siempre ocurre así, pero los animales no son tontos y saben defenderse cuando ven la oportunidad. Estos son algunos de los casos más conocidos donde los cazadores furtivos terminaron bastante mal cuando intentaban abatir a sus presas.
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1 – El caso del tigre siberiano
En Siberia están los tigres más grandes que existen, aunque por desgracia su número ha bajado a números muy preocupantes. La caza de estos grandes felinos ha reducido la especie en esta zona del planeta. Aun así, hubo una ocasión en que un tigre siberiano decidió responder cambiar los papeles de cazador y cazado.
Vladimir Markov era un cazador furtivo que estaba buscando una pieza a la que abatir. Pudo ver a distancia como un tigre había cazado un ciervo y se lo estaba comiendo. El ciervo estaba todavía entero, por lo acababa de cazar.
Markov pensó que sería una doble victoria. Por un lado podría matar el tigre y por otro quedarse con la carne de ciervo. Apuntó al tigre con su rifle y disparó. El tigre recibió el disparo en una pata, el cual se giró enfurecido. Viendo la actitud enfurecida del animal, Markov salió corriendo asustado.
La cosa podría haber acabado ahí, pero no fue así. El tigre rastreo el olor del cazador y los siguió hasta la cabaña donde vivía Markov. Al ver que no se encontraba ahí, esperó a un lado de la cabaña. Según las investigaciones el tigre estuvo varias horas esperando en la cabaña hasta que el cazador llegó.
De Vladimir Markov solo se encontraron unos pocos restos. Lo más grande que se pudo salvar fue un brazo y un trozo de la cabeza. El tigre había respondido al ataque del cazador “planeando” de alguna forma su muerte. El tigre no fue encontrado nunca, por lo que no se sabe si sobrevivió a la herida de bala.
2 – Los leones del parque nacional de Kruger
En Sudáfrica está el parque nacional de Kruger y hace no demasiado se encontró algo terrible. Los guardas encargados del parque encontraron la cabeza de un hombre, la cual estaba junto a su rifle y una caja de munición. Cerca de la cabeza había unos cuantos restos de huesos que pertenecían al hombre. Estaba claro que había sido la obra de leones, los cuales se habían dado un banquete con el cazador furtivo.
Aunque no había testigos de lo que había pasado, la cosa estaba bastante clara. Este parque nacional tiene un gran problema con los cazadores furtivos y el fallecido claramente era uno de ellos. Luego se supo que este hombre solía cazar leones para vender los huesos para la fabricación de medicinas tradicionales.
Se sabía que era muy activo en la zona, y de hecho en los últimos meses se había descubierto los cadáveres de tres leones en el parque. Les habían cortado la cabeza y las patas. No se sabe seguro si fue este hombre el culpable, pero muchos hablan de una especie de venganza por parte de los leones. Sea como sea, el cazador no terminó su jornada de la manera que esperaba.
3 – El rinoceronte del parque nacional de Etosha
El parque nacional de Etosha está en Namibia y como otros parques, todos los animales están protegidos. Como en otros sitios, los cazadores furtivos son un grave problema, sobre todo para los elefantes y rinocerontes, de los cuales buscan los cuernos para vender como marfil.
Luteni Muharukua era parte de un grupo de cazadores furtivos que buscaban a un rinoceronte en particular. Lo fueron a cazar de noche para burlar a los guardas del parque. Lo habían visto un rato antes pero en la oscuridad lo habían perdido.
Según dijeron los miembros del grupo, de repente escucharon el distintivo trote del rinoceronte que se acercaba a ellos rápidamente. No podían ver nada en la oscuridad por lo que no sabían de donde venía. Asustados empezaron a correr porque sabían que en unos segundos tendrían al enfurecido animal encima de ellos. Muharukua en su huida desesperada tropezó y cayó al suelo.
El rinoceronte lo atacó pisándolo y golpeándolo con su cuerno. El resultado fue que le destrozó una pierna dejando huesos y tendones al aire.
El rinoceronte no acabó con su vida y se alejó del lugar. Los compañeros de Muharukua consiguieron llegar a donde estaba el herido y se lo llevaron a una zona más segura. Subieron a una colina rocosa donde el rinoceronte tenía difícil el acceso. Estuvieron ahí hasta que amaneció.
Pidieron ayuda por medio de teléfono móvil que llevaban y la policía los encontró al día siguiente. Según dijeron estos cazadores furtivos, nunca habían pasado tanto miedo en su vida.
4 – La muerte de Theunis Botha
Sudáfrica es un lugar donde mucha gente adinerada va a cazar animales salvajes en su hábitat. La caza mayor da mucho dinero y esto da a lugar a que los cazadores furtivos también quieran sacar tajada esta afición tan poco ética.
Sin embargo, algunas veces no son los animales los que acaban muertos sino los que llevan las armas. Theunis Botha se ganaba la vida con turistas americanos con mucho dinero que querían llevarse un trofeo de vuelta a casa.
La práctica habitual de Botha era usar un grupo de perros adiestrados para asustar a las manadas de elefantes africanos, para así separarlos y luego poder dispararles. Era un sistema que le había funcionado bastante bien, ya que matando a los elefantes que quedaban separados de los otros reducía el peligro. Sin embargo, en su última caza las cosas no salieron como pensaba.
Theunis Botha y un grupo turistas habían avistado a una manada de elefantes, por lo que se prepararon para abatir a algunos. Como había hecho en otras ocasiones hizo les echó a los perros para provocar una desbandada. Lo que pasó no fue como lo habían planeado.
Tres de los elefantes se dirigieron donde estaba Botha y sus acompañantes. Hubo un momento de caos y nervios donde empezaron a disparar a los animales. Lo que no vieron es que otros cuatro elefantes les atacaron por uno de los flancos.
Uno de los elefantes agarró a Botha y lo empezó a agitar de un lado a otro con su trompa. Los amigos del cazador empezaron a disparar al elefante que lo tenía cogido. Consiguieron abatir al animal pero con la mala suerte que Botha cayó al suelo primero y luego el elefante encima de el. Con casi cinco toneladas de paso, Botha murió al instante.
5 – Comido por los cocodrilos que cazaba
Los cazadores se dedican a cazar animales diferentes dependiendo de la zona. En el caso de Scott Van Zyl se dedicaba a cazar cocodrilos. También organizaba salidas para gente con dinero para cazar estos animales. Estas actividades las hacía principalmente en Sudáfrica y Zimbabwe.
Cuando salía a cazar en zonas que no conocía muy bien, solía contratar a un guía. Esto fue lo que hizo en una de sus salidas de caza, pero por algún motivo se despistó y se alejó del guía y el resto de personas. El problema es que se metió en una zona infestada de cocodrilos.
El grupo se empezó a preocupar a las pocas horas, aunque sabían que Van Zyl tenía experiencia en ese tipo de terrenos. Sin embargo, a los pocos días mandaron a un equipo de rescate al ver que no volvía.
Los rastreadores pudieron seguir las huellas del cazador hasta un río conocido por albergar grandes cocodrilos. Vieron algunas cosas que pertenecían a Van Zyl junto a dos de estos reptiles, por lo que les dispararon y abrieron en canal. Sus sospechas fueron confirmadas y encontraron partes del cuerpo del cazador en el estómago de uno de los animales.
No se sabe muy bien que pudo pasar, pero se sospecha que Van Zyl pasó cerca de la orilla donde había un cocodrilo bajo el agua. En un ataque rápido le pudo agarrar y arrastrar dentro del agua.
6 – ¿Se ayudan los animales entre ellos de los cazadores furtivos?
Como se ha dicho, los cazadores furtivos que se centran en rinocerontes y elefantes lo hacen para arrebatarles los cuernos. Llevan con ellos hachas y cuchillos para extirpárselos dejando el resto del cuerpo tirado en el suelo. No les interesa el cuerpo del animal, solo sus cuernos.
En la reserva de Sibuya este tipo de criminales suele actuar para conseguir su tan precisado marfil. Sin embargo un grupo de estos furtivos tuvieron un encuentro diferente al esperado.
Mientras estaban buscando un rinoceronte o algún elefante, se dieron de bruces con una manada de leones. Tuvieron la mala suerte de que la manada fuera inusualmente numerosa, por lo que no tuvieron ninguna oportunidad. Nadie sabe cuantas personas había en el grupo ya que murieron todos despedazados por los leones.
El daño fue tan grande que no se podía calcular el número exacto en el grupo de cazadores furtivos. Lo que si se sabe es que no hubo ningún superviviente y los leones se dieron un gran banquete. ¿Fue una ayuda de los leones a los rinocerontes y elefantes? Lo cierto es que seguro que salvaron la vida de algunos de estos animales que hubieran muerto por los furtivos.
7 – Cuando los animales se ayudan
Un caso muy curioso ocurrió en el parque nacional de Kruger, el cual ya hemos mencionado antes. En este caso se formó una asociación muy extraña entre leones y rinocerontes. Tres cazadores furtivos habían ido al parque por la noche para comprobar unas trampas que habían puesto.
En su camino se encontraron con un grupo de hipopótamos, los cuales son muy peligrosos. Estos animales atacaron a los cazadores, los cuales aterrorizados huyeron del lugar.
Dos de los hombres consiguieron despistar a los hipopótamos pero el tercero fue agarrado por el animal. Fue machacado por las fuertes mandíbulas y lanzado al aire. Dándole por muerto, el hipopótamo que le había alcanzado se fue. No se sabe si estaba muerto en ese momento, pero si no lo estaba tuvo que ser terrible.
Había caído al lado de una manada de leones, los cuales se lo empezaron a comer. Cuando llegaron los guardas no quedaba nada del cazador furtivo.
Gracias a los hipopótamos, los leones tuvieron una comida gratis sin tener que hacer nada. Para que luego digan que los animales no se ayudan de vez en cuando.