Ya hemos hablado de una moda que empezó en Rusia y ya se hace en otras partes del mundo. Se trata del “roofing” y básicamente es subir a grandes alturas y hacerse selfies al borde del abismo. Algunos eligen el camino de Youtube para poner sus proezas y otros usan plataformas como Instagram. Es esta última Web de imágenes y fotos tenemos sin duda a la más conocida haciendo “roofing” y es Angela Nikolau. Esta joven de solo 23 años se ha convertido en toda una estrella en los medios sociales. Está graduada en artes y es profesora de dibujo para niños pequeños. Sin embargo, en los fines de semana se convierte en un miembro de la élite de jóvenes que tienen el riesgo como su afición principal. Para ello se sube a los edificios más altos del mundo para compartir las imágenes con todo el mundo en la red.
Los aficionados al “roofing” tienen varias maneras de hacer sus acrobacias. Se suelen colgar de altas grúas sin ningún tipo de sujeción o sostenerse con una sola pierna en el borde de un rascacielos. Aunque esto pueda parecer una locura, se ha hecho muy popular entre muchas personas, donde incluso consiguen patrocinadores para que lleven su ropa o equipamiento. También hay que contar el dinero que reciben en publicidad en sus canales de Youtube o en otras plataformas.
En el caso de Angela Nikolau, añade a las fotografías su gran belleza y un toque artístico que no deja indiferente. Tienen en su canal de Instagram casi medio millón de seguidores y va aumentando. Se sube a las alturas sin un tipo de ropa en concreto. Pueden ser unos vaqueros o un vestido. No le gustan mucho los pantalones por lo que suele llevar falda e incluso algunas veces se pone tacones altos para hacerse estas fotos. Según una entrevista, empezó a realizar estas fotos artísticas en edificios a los 14 años, cuando esta en el centro de exposiciones y se aburría. En el lugar había un monumento en forma de arco y decidió escalarlo. Después de esto ya no paró, y estaba metida en grupos que se dedicaban al “roofing”. Los retos empezaron a ser mayores hasta que finalmente su hizo famosa.
Según cuenta Angela, algunas veces para llegar al tejado tiene que pasar por un restaurante o bar de lujo. Por este motivo se tiene que arreglar adecuadamente para alcanzar la parte superior del edificio. En una reciente ascensión ella y sus amigos tuvieron que abrirse paso por un excluso bar de cócteles en la academia rusa de ciencias. Mientras los adinerados comensales comían y tomaban sus caros cócteles, consiguieron llegar a la cima y hacer unas fotografías con Angela en tacones y una falda muy corta.
Ha sido detenida y multada unas cuantas veces, aunque reconoce que la policía siempre se ha portado muy bien con ella. De hecho, siempre la han detenido con una sonrisa en la boca. Suele decir que se ha portado mal y no lo volverá a hacer, por lo cual la dejan irse sin más problemas. Una vez incluso la llevaron a casa y le dieron unos bombones antes de irse. Aun así, sabe que hay riesgos y se ha llevado algún que otro susto. En una ocasión subió a una construcción en Tianjin, China, y una tubería a la que se agarró se dobló y casi la hace perder el equilibrio. Aun así, las emociones que le produce subir tan alto y verlo todo desde esa perspectiva merece la pena. Dice que lo mejor es cuando ya está abajo y piensa que lo ha conseguido superar el reto.