Aunque la idea que tiene la gente de que ver alucinaciones es sinónimo de tener un problema mental, lo cierto es que no es así. Muchas personas se sorprenden al descubrir que las alucinaciones son algo muy común y cualquier de nosotros las puede experimentar sin estar enfermas. Lo que más asusta de tener alucinaciones es que muchas veces no se puede explicar del todo porque se producen.
Cuando las personas que suelen ver alucinaciones buscan ayuda médica, es habitual que los doctores no sepan muy buen el motivo. Al final acaban achacándolo a otras cosas que “podría” tener algo que ver, como cansancio, estrés, ansiedad, etc. Lo cierto es que el mundo de las alucinaciones está más cerca de lo que nos pensamos. Te contamos algunas inquietantes cosas de estas visiones que parecen muy reales.
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1 – ¿Cómo de comunes son las alucinaciones?

Se han hecho varios estudios sobre como de habituales son las alucinaciones en la población, y los resultados son sorprendentes. Uno de estos estudios fue hecho por la OMS (Organización Mundial de la Salud), y lo hicieron sobre 30 mil personas completamente normales. Descubrieron que una persona de cada veinte había tenido al menos una alucinación en su vida.
Lo curioso es que se escogió a personas que no tomaban drogas ni bebían, por lo que las alucinaciones no venían por ahí. Eran personas consideradas totalmente sanas física y mentalmente. Algunos expertos dijeron que cabía la posibilidad de que alguna de esas personas tuviera alguna enfermedad mental y no estuviera diagnosticada. Sin embargo, eran personas corrientes y que llevaban unas vidas muy normales.
Se pudo comprobar que las alucinaciones eran más comunes en mujeres y en personas solteras. El estudio no podía explicar con certeza que había provocado esas alucinaciones, aunque si les dio una idea de cosas que pueden tener algo que ver. No hablamos de personas con esquizofrenia o con una fiebre alta, sino gente como común que vemos todos los días. Curiosamente una de las cosas que era común en las alucinaciones del experimento era el café.
2 – ¿Puede el café provocar alucinaciones?

El café es algo que forma parte de nuestra vida y la bebida preferida cuando nos levantamos por la mañana. Antes de que te pongas nervioso, el café no provoca alucinaciones así por las buenas, pero hay que tener cuidado con una cosa que contiene, y es la cafeína. Tomar demasiada cafeína nos puede dar un susto si no tenemos cuidado.
Lo cierto es que hay muchas bebidas que contienen cafeína por lo que no es justo culpar solo al café. Si nos pasamos mucho con bebidas refrescantes con cafeína, té u otros productos parecidos, podemos alterar nuestra conducta y percepción sensorial. Se pudo ver en varios estudios que si se sobrepasa la cantidad de cafeína aconsejada, que son algo más de 300 miligramos, se incrementa el riesgo de tener alucinaciones. Esto es lo que provoca muchas de esas “cosas” que se ven y oyen cuando se ha sobrepasado el límite de cafeína. Esto no significa que si te tomas 14 cafés vas a empezar a ver elefantes verdes, pero el riesgo de que se altere tu percepción de las cosas es más alto. Lo gracioso es que muchas personas que se pasan con la cafeína suelen culpar al cansancio y la falta de sueño esas “cosas” raras que escuchan o creen haber visto.
3 – ¿Quieres provocarte una alucinación?

Hay una prueba rápida que se puede hacer para ver si eres susceptible de tener alucinaciones. La prueba dura solo diez minutos y se trata de mirar durante ese tiempo a los ojos de otra persona fijamente. Por supuesto, se debe hacer con alguien de confianza porque hacerlo con un desconocido puede resultar extraño e incómodo. El responsable de esta prueba es un psicólogo italiano llamado Giovanni Caputo, y creó esta prueba después de hacer varios experimentos.
Giovanni Caputo hizo la prueba de los 10 minutos mirando a los ojos a veinte personas. Los resultados fueron curiosos ya que algunos participantes empezaron a tener alucinaciones. Las cosas que veían eran diferentes en cada persona, aunque se coincidía en que la cara que miraban empezaba a cambiar. Algunas de las personas incluso empezaron a ver familiares muertos en la cara de la gente que miraban fijamente.
Cambiar la percepción de realidad es más fácil de lo que parece. Estamos hablando de una prueba de diez minutos sin ningún tipo de drogas o influencia externa. Como se puede ver, nuestra mente puede ser “trucada” de muchas maneras.
4 – ¿Qué hay de las voces que se oyen dentro de la cabeza?

Si alguien te dice que escucha voces dentro de su cabeza, seguro que sales corriendo. El motivo es porque se asocian las voces internas a la esquizofrenia. Voces que no existen son algo que asusta a todo el mundo, y no solo porque está asociado a enfermedades mentales. Los más supersticiosos lo pueden ver como una manifestación sobrenatural. Sea como sea, no es una experiencia que quiera tener la gente.
Se ha podido descubrir que en el caso de la esquizofrenia son cambios químicos en el cerebro lo que provocan las voces. Sin embargo, hay que tener una cosa en cuenta, y es que todo el mundo “escucha” a su cerebro hasta un cierto punto. La mayoría lo interpreta como la voz interna o “de la razón”, y todos la tenemos. De hecho, muchas de las decisiones que tomamos es gracias a esta “voz que nos aconseja”. Somos seres conscientes de nosotros mismos, y por tanto tenemos nuestras propias conversaciones internas. ¿Has hablando alguna vez solo o has visto a alguien hacerlo? Es bastante normal.
El problema con la esquizofrenia o enfermedades parecidas, es que ese equilibrio de voces se desborda. El balance de sustancias químicas en nuestro cerebro no es el normal, y el resultado pueden ser alucinaciones con voces o visiones. Por ese motivo existen medicamentos tan efectivos para tratar las alucinaciones, y es que controlan la química del cerebro.
5 – Las alucinaciones visuales en ancianos

Otra cosa que se ha podido comprobar es que las personas más mayores son más propensas a tener alucinaciones. Es más cierto en personas que han perdido a su pareja o un ser querido. Mucha gente que ha perdido a alguien muy cercano percibe cosas que no puede explicar en las siguientes semanas o meses. Muchas no lo dicen o reconocen para que no se piense que están locas.
Las alucinaciones visuales en ancianos son más comunes por temas de edad y desgaste mental. Muchas veces se asocia a enfermedades típicas de envejecer, y no tiene nada que ver con estar incapacitado o estar senil. Muchas personas a partir de cierta edad ven y oyen cosas que no necesariamente son reales, aunque en la mayoría de los casos pasa desapercibido.
Cuando se trata de la pérdida de un ser querido, los expertos creen las que las alucinaciones pueden ser debido al trauma posterior. Cada persona se enfrenta a la muerte de seres queridos a su manera, y al final son cosas que se llevan por dentro. Precisamente al llevarlo de forma interna puede ocasionar cambios en la química de nuestro cerebro, normalmente asociado a las depresiones.
6 – El terrorífico síndrome de Charles Bonnet

Como se ha dicho, cualquier de nosotros puede tener alucinaciones de algún tipo, aunque suele ser algo casi imperceptible. Sin embargo, hay ciertas enfermedades extrañas que puede convertir nuestra vida en un infierno. Es el caso de el síndrome de Charles Bonnet, el cual puede ser una de las enfermedades de la menta más terribles que existen.
Por suerte el síndrome de Charles Bonnet es una enfermedad muy poco común. Si en la esquizofrenia las personas escuchan voces y ven cosas extrañas, en este síndrome las alucinaciones se multiplican por diez. Las visiones son de todo tipo y cada cual más terrorífica que la anterior. Pueden ser personajes con la cara desfigurada, monstruos, arañas gigantes y cosas transformándose. Muchas veces esta enfermedad se asocia con demencia y se generalizan los síntomas.
El grado de las alucinaciones del síndrome de Charles Bonnet puede variar, y algunas veces es tan ligero que la persona no dice nada. Precisamente lo hace para no ser considerada un esquizofrénico o por miedo a terminar medicada. Sin embargo, cuando las alucinaciones son muy fuertes, no les queda más remedio que buscar ayuda profesional.