En Internet hay miles de videos de gatitos que parece que a la gente le vuelve loca. La verdad es que no es nada extraño porque son divertidos y muy graciosos. Sin embargo, a lo largo de la historia diferentes civilizaciones han creado muchos mitos alrededor de los gatos. Hay todo tipo de supersticiones que van desde la suerte que pueden traer o que directamente son criaturas del infierno. Algunas de las historias más curiosas las podrás leer en un momento, y seguro que te sorprendes de cómo la gente podía pensar así de estas peludas mascotas.
Indice de Contenidos
- Robaban el aliento a los bebés
- El gato que te come humanos como cena de Navidad
- Los gatos provocaron la peste negra
- Los gatos dan suerte
- Los gatos son demonios que toman esta forma para comerse a los recién nacidos
- Son urnas que albergan almas humanas
- Los celtas también tenían sus creencias sobre los gatos
- Pueden predecir el tiempo
- Se creía en un gato marino que provocaba tormentas
- Los gatos trabajan para Satanás
- Los gatos como seres místicos
Robaban el aliento a los bebés
Durante siglos, el folclore en Gran Bretaña habla de que los gatos trepan por la cuna y “absorben” la respiración del bebé hasta que se asfixia y muere. Hay varias versiones de esta leyenda, como por ejemplo que el gato se pone celoso al prestar más atención al bebé que a el. Parece ser que esta historia viene de un juicio celebrado en 1791 donde se culpó a un gato de infanticidio al dormir encima de su cara y asfixiarle. Este mito persistió hasta el siglo XX. En 1930 un doctor aseguró que vio como un gato estaba posado en el pecho de un bebé y tenía puesto una pata en la boca del niño para ahogarlo.
Por supuesto, es un mito totalmente absurdo y no hay evidencias de ninguno de los hechos que se comentan. Los gatos se preocupan de otras cosas y no van intentando asfixiar a ningún bebé. Aun así, es una leyenda que ha perdurado siglos.
Islandia tiene leyendas de todo tipo y algunas de las más terroríficas se refiere a la Navidad. En estas fechas hay un gato llamado Yule que vaga por las gélidas tierras durante los festejos navideños buscando a seres humanos para comérselos. Es un gato gigante ávido de sangre que se suele comer a los niños que no se han portado bien durante el año. También se come a personas adultas si no está correctamente vestida para las fiestas.
Puede parecer que este mito viene de la época de los vikingos, pero lo cierto es que es mucho más reciente. De hecho, la primera vez que esta historia apareció en papel escrito fue en el siglo 19 en forma de poema. A partir de ahí se hizo muy popular y pasó a formar parte de la cultura de Islandia.
Los gatos provocaron la peste negra
En la edad media los gatos eran considerados unas bestias siniestras que estaban relacionados con brujas y hechiceros. Se pensaba que el mordisco de un gato era venenoso, al igual que su aliento. Si se respiraban los vapores del aliento de un gato se podía morir de tuberculosis. Cuando la peste negra asoló Europa en el siglo 14, se asumió que el diablo tenía algo que ver. Muchos creyeron que eran los directamente los gatos la herramienta que el diablo había usado para esparcir la enfermedad. Se mataron una gran cantidad de gatos, especialmente los de color negro. En muchos casos también mataron a los dueños de los gatos. Lo cierto es que también se acusó a las serpientes de la peste negra y se mataron muchas.
Por aquel entonces no sabía todavía que el culpable real eran pulgas orientales que eran transportadas por las ratas. Matando tantos gatos y serpientes precisamente empeoraron la situación al librar a las ratas de un depredador natural. Por tanto, la población de ratas creció y la peste negra se extendió aun más.
Los gatos dan suerte
En Japón se cree que los gatos son animales con suerte y por tanto dan suerte también. Hay talismanes con gatos que traen diferentes tipos de suerte al que lo posee. Por ejemplo, el maneki-neto trae fortuna en forma de dinero. Una leyenda dice que un gato salvó a su dueño al darle repetidamente con la pata para que se metiera en casa. De esta manera le salvó de que un rayo le cayera encima y le matara. Por tanto, si en Japón un gato te acaricia con la pata, te está haciendo un gesto de buena suerte.
En otros países también hay este tipo de creencias. Por ejemplo, en Rusia los gatos azules son los que dan suerte. Los budistas también piensan que los gatos traen la buena fortuna y por tanto tienen muchas estatuas de estos animales. En los primeros viajes a América, se llevaban gatos a bordo para que les trajera suerte. Aun hoy en día, sigue existiendo esta creencia.
Los gatos son demonios que toman esta forma para comerse a los recién nacidos
Esta leyenda está sacada de la biblia, pero la de los judíos. En el folclore hebreo se habla de una figura demoníaca llamada Lilith que se come a los recién nacidos. Se dice que se puede convertir en un gato, normalmente de color negro. Es una especie vampiro, ya que deja a los bebés sin una sola gota de sangre. También se dice que se puede convertí en un búho.
Son urnas que albergan almas humanas
En ciertos sectores del budismo se creían que cuando se moría, el alma era transferida a un gato de manera temporal. Se pensaba que era una especie de purgatorio si no se había sido del todo bueno durante la vida. Al morir el gato, el alma era enviada al paraíso. No hace falta decir que tenían a los gatos en alta estima y eran tratados como seres sagrados. Incluso hoy en día quedan restos de esta creencia, ya que cuando en Tailandia se corona a un nuevo rey, hay un gato vivo lleno de joyas. Se cree que de esta manera, el anterior rey muerto puede ver la coronación a través del gato.
Los celtas también tenían sus creencias sobre los gatos
En el antiguo folclore irlandés y escocés, se creía en un gran gato negro con una mancha blanca en el pecho. Se pensaba que rondaba por la noche en busca de almas. Durante los funerales, se protegía el alma del fallecido usando distracciones para que este gato no pudiera robarla. Normalmente se usaba música muy alta como distracción. También se encendía un fuego en una habitación contigua a donde estaba el muerto, ya que a los gatos les gusta acurrucarse al lado y calentarse.
En esta leyenda el gato no es tan grande como en otros mitos. Es más o menos del tamaño de un perro grande. Se pensaba que realmente el gato podía ser una bruja, aunque solo se podía transformar en gato nueve veces en su vida. En la novena transformación se quedaría como un gato para siempre. De todos modos, también se pensaba que podía hacer el bien, ya que el festival de Samhain se deja platos de leche en la puerta de las casas para que este gato las bendiga. La creencia es que si no se hace así, las vacas se pondrán enfermas y no darán más leche.
Pueden predecir el tiempo
Se pensaba que mirando a un gato, se podía saber el tiempo que iba a hacer. Esto es una creencia que nació en Inglaterra. Por ejemplo, si el gato clavaba las uñas en las cortinas, es que iba a soplar el viento. Si las pupilas del gato se dilataban, significaba que iba a llover. También se pensaba que iba a llover si el gato se limpiaba repetidamente las orejas. Si el gato se quedaba dormido boca arriba, es que iba a haber una fuerte tormenta. Lo cierto, es que cualquier cosa que hiciera el gato, significaba que iba a llover.
Se creía en un gato marino que provocaba tormentas
En algunos círculos pesqueros de las islas británicas se lanzaba parte de la pesca conseguida de nuevo al mar. Era una ofrenda al “gato”. Este gato mitológico era realmente una mujer que había ido a navegar con su prometido en su barco pesquero. El resto de la tripulación no trato bien a la mujer porque decían que daba mala suerte y que debían ahogarla, por lo que la mujer les echó una maldición. Hubo una gran tormenta donde el barco naufragó y todos murieron. La mujer entonces se convirtió en un gato de cuatro ojos que vagaba por los océanos. Por este motivo, devuelven peces al mar para tenerla contenta.
Los gatos trabajan para Satanás
Ya se había comentado que en la edad media se consideraba a los gatos como seres diabólicos. En muchos sitios se pensaba que directamente eran trabajadores de Satán. Su trabajo era llevar las almas de los pecadores al infierno. Los gatos suelen cazar de noche, por lo que suelen estar más activos. Esto lo interpretaban como la forma de conseguir almas mientras los cristianos dormían. También se pensaba que si un gato se sentaba en una tumba, el alma del muerto era poseída por Satán.
En algunos sitios de Sudamérica se pensaba que si se ahogaba a un gato, el diablo tomaría revancha por ello. En algunos sitios se creía que si había dos gatos peleando cerca de un funeral, era un ángel y un demonio peleándose por el alma del fallecido.
Los gatos como seres místicos
Como se puede ver, lo gatos han sido vistos en muchas culturas como seres místicos. Como muchos sabréis, en el antiguo Egipto se les consideraba deidades y eran animales sagrados en todos los sentidos. De hecho, matar a un gato era castigado con la pena de muerte. Cuando moría un gato, la familia del animal celebraba un funeral en toda regla. En algunos casos se pensaba que el gato tenía la habilidad de ver dentro de otros mundos paralelos.