¿Quién no ha tenido que sacrificarse alguna vez por algo? La mayoría por una cosa u otra lo ha tenido que hacer, y los actores no son diferentes. Cuando lo hacen, lo podemos ver en el cine o la televisión. En muchas ocasiones no podemos ni imaginarnos lo que han tenido que hacer. En otras se nota a primera vista. Vemos el resultado final en un par de horas de película y nada más. Sin embargo, por detrás hay muchas cosas que nos sorprenderían. Vamos a contar algunas de ellas que posiblemente no supieras. Empezaremos por un clásico llamado “Rocky”.

Un genio llamado Sylvester Stallone

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Stallone nació en Nueva York en lo que se conoce como la “Cocina del infierno”. Su infancia no fue fácil, y de hecho incluso pasó un tiempo en un centro social por los pocos recursos que tenían sus padres. Dejó los estudios para hacerse actor pero eso tampoco lo tuvo fácil. Hizo pequeños papeles que apenas le daban lo suficiente para llegar a final de mes. Tuvo incluso que hacer una película de cine para adultos para conseguir dinero. Un día que hacía mucho frío en la calle, se metió en una librería pública y se puso a leer.

Encontró un libro de Edgar Allan Poe y se quedó impresionado con la forma de escribir que tenía Poe. Según cuenta Stallone, fue en ese momento en que decidió empezar a escribir. Comenzó haciendo guiones para poderlos adaptar a películas. Después de un tiempo, vendió uno de ellos por cien dólares. Sin embargo, seguía pasando bastantes apuros económicos. Tuvo incluso que vender su perro por 25 dólares, y fue cuando se dio cuenta de lo mal que estaba.

En algún momento vio un combate de boxeo de Muhammad Ali, y esto le dio la idea de un guión. Stallone se puso a escribir de forma frenética, lo que sería el principio de “Rocky”. Solo necesitó veinte horas para terminarlo, y lo siguiente fue ofrecerlo a los estudios para hacer la película. Después de muchos intentos, le ofrecieron 125 mil dólares por el guión. Rechazó la oferta porque quería también actuar en la película. Aumentaron el precio pero Stallone siguió diciendo que no. Al final aceptaron que fuera el protagonista de la película, pero solo por 35 mil dólares y un porcentaje de los beneficios. “Rocky” ganó tres Oscar y Stallone pudo recuperar a su pero pagando 15 mil dólares por él.

Christian Bale y su peligrosa delgadez

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En la película “El Maquinista”, el actor Christian Bale hizo uno de esos sacrificios que pone los pelos de punta. Se le conoce por cambiar su fisionomía en varias películas, pero en este se pasó un poco. En su papel como Trevor Reznik puso en riesgo su salud. Ya había adelgazado antes para otra película, pero no como en “El Maquinista”. Bale bajó su peso a 54 kilos. Lo hizo con una dieta de café negro, una lata de atún y una manzana al día y fumando un paquete de tabaco diariamente para quitar el apetito.

Quiso perder otros tres kilos antes de empezar a rodar, pero los médicos le dijeron que ni se le ocurriera. Estaban seguros de que si perdía más peso podría literalmente morir. Cuando Bale empezó a rodar, estaba tan débil por la falta de músculo que no podría hacer dos o tres minutos de esfuerzo seguidos.  Cuando acabó “El Maquinista” tuvo que ponerse musculado de nuevo para la película “Batman Begins” y solo tardó unos pocos meses en conseguirlo.

Adrien Brody en “El Pianista”

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En “El Pianista” tenemos otro caso de adelgazamiento, con Adrien Brody como protagonista. Su papel era el de un pianista judío que sobrevive la invasión nazi en un gueto de Varsovia. Para ello tuvo que perder 13 kilos en seis meses. Para hacerlo se puso una fuerte dieta de dos huevos cocidos al día y un poco de pollo o pescado con verduras. Perdió peso rápidamente pero su humor empeoró bastante. Esto vino muy bien para su papel dijo después.

Para hacer su actuación lo más real posible, rompió toda relación con sus amigos y familiares. Vendió su coche y su apartamento en los Estados Unidos y se mudó a Europa con solo un par de bolsas con sus cosas y su portátil. En los meses siguientes antes del rodaje estuvo desconectado de todo y viviendo casi en la pobreza. También pidió la ayuda de Roman Polanski para comprender mejor lo que era ser un superviviente del holocausto. La película ganó tres Oscar, llevándose Brody uno al mejor actor.

Jim Carrey en un papel más serio de lo normal

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Todo el mundo conoce a Jim Carrey sobre todo por sus gestos y su peculiar humor en pantalla. Por este motivo sorprendió a todos en ciertas películas como “El show de Truman”, donde hizo papeles más serios y dramáticos. Este fue el caso de “Man on the Moon” donde hace el papel de Andy Kaufman, un polémico artista fallecido años atrás. Carrey se metió en el papel de una forma enfermiza, incluso cambiando su nombre durante el rodaje. Pidió a todo el mundo que le llamaran “Andy”.

Joaquín Phoenix y como preocupó a todo el mundo por su estado mental

Hace unos años, Joaquín Phoenix empezó a actuar de una manera muy extraña. Todo empezó con una entrevista, donde parecía que se la había ido  la cabeza o algo. Se dejó una espesa barba y se quiso hacer cantante de rap. Incluso dijo que abandonaba el cine por su nueva carrera musical. Llegó a actuar en varios sitios, donde en uno incluso se pegó con gente del público. Durante dos años la gente pensó que Phoenix se había vuelto loco.

Finalmente todo se trataba de una nueva forma artística de actuación. Una especie de espectáculo donde la realidad era lo que más importaba. Phoenix aceptó pasar por loca para hacer un documental llamado “I’m Still Here”. La crítica no le hizo mucha gracia el experimento y tiró por los suelos el trabajo del actor, el director y los productores. Sin embargo, le fue muy bien en taquilla ya que muchos seguían pensando que Phoenix seguía teniendo problemas mentales. El morbo atrajo a mucho público.

Daniel Day-Lewis y su “método” de actuación

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Sin duda, el actor Daniel Day-Lewis es uno de los que se involucran con sus personajes hasta el límite. Es muy conocido por tomar medidas extremas e investigar sus papeles hasta la saciedad. Por ello, es muy selectivo a la hora de elegir sus personajes. Es por este el motivo por el que ha actuado en muy pocas películas desde los años noventa. También siempre ha sido muy discreto en su vida privada y no suele dar entrevistas.

A finales de los ochenta hizo “Mi pie izquierdo”, donde su personaje sufría de parálisis cerebral. Para dar más realismo a su personaje, el actor se pasó la mayor parte del tiempo de rodaje en una silla de ruedas. Hacía que el equipo de rodaje le empujara en su silla a todos lados. También le alimentaban con una cuchara en los descansos. El agente de Lewis pensaba que no tenía sentido lo que estaba haciendo. De hecho, Lewis se dañó algunas costillas por estar tanto tiempo sentado en la silla de ruedas. Finalmente ganó un Oscar por su actuación.

En otras películas hizo cosas parecidas. En “El último Mohicano” Lewis pasó varios meses viviendo en plena naturaleza viviendo con un trampero. En “Gangs of New York” el actor cogió una neumonía por no querer ponerse una chaqueta. Quería meterse más en el papel soportando el intenso frío.

Marlon Brando y su papel de veterano de guerra

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Como Lewis, Marlon Brando también era conocido por meterse en su papel de la manera que hiciera falta. Antes de actuar en la película “Hombres en 1950, Brando se quiso preparar frente a las secuelas físicas y psicológicas de la guerra. “Hombres” trataba de un grupo de veteranos de la segunda guerra mundial heridos en combate. Brando se pasó un mes entero en un hospital de veteranos de guerra. Muy pocos trabajadores y pacientes le conocían, se entremezclo entre la gente con amputaciones y paraplejias.

Se pasaba días enteros en la cama sin moverse y observaba como otros pacientes no podían hacer las tareas más básicas. Lo que hizo es emular lo que hacían para saber de primera mano lo que era ser un parapléjico. Aprendió a salir de la cama solo usando sus brazos y sentarse en su silla de ruedas. Finalmente confesó quién era y algunas pacientes acabaron actuando en la película. Brando se hizo muy amigo de la mayoría de los veterano del hospital.

Una noche, Brando y algunos veteranos fueron a tomar unas copas en un bar del Valle de San Fernando. Brando iba con su silla de ruedas siguiendo con su “entrenamiento” de su papel. En el bar había una mujer que les empezó a hablar de los poderes de sanación que tenía rezar. Les dijo que si creían lo suficiente en dios, podrían andar de nuevo. Brando se la quedó mirando y con un “gigantesco” esfuerzo se levantó de la silla de ruedas. Todo el mundo en el bar se quedó de piedra. Brando siguió con la broma y empezó a bailar al grito de “PUEDO ANDAR DE NUEVO”.

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