7 Antiguas Formas de Hacer las Cosas antes de la Tecnología

En el anterior artículo que hicimos se hablaba de inventos absurdos de la tecnología que si hicieron hace algunos años. Lo cierto es que aunque no eran inventos muy útiles, eran un avance para hacer nuestra vida más fácil. De hecho, la tecnología trata precisamente de darnos más comodidades y hacer las cosas más rápido y con mayor eficiencia. Hoy en día disfrutamos de muchas cosas que se fueron descubriendo o perfeccionando con los años. Las aceptamos como algo normal en nuestra vida, como por ejemplo el agua corriente, la electricidad y más cosas. Sin embargo, hace muchos años había antiguas formas de hacer las cosas.

Muchas de las cosas que tenemos hoy en día no existían hace relativamente poco tiempo. La gente tenía que ser creativa al hacer muchas de las tareas que hoy vemos como cotidianas. Antes las cosas eran más complicadas y costaba más hacer las cosas más sencillas. Hablamos de algunas de estas cosas que ni siquiera habías imaginado.

1 – La gente echaba ranas en la leche para que se conservara

Antes de que las neveras y frigoríficos fueran inventadas, la gente comía de forma diferente. Hay muchos tipos de comida y bebida que deben mantenerse fríos. Un ejemplo es la leche, la cual se estropea enseguida si no se mantiene a una temperatura baja. Sin las neveras la gente no la bebía tan frecuentemente. Los rusos encontraron una solución para esto, y fue meter ranas en la leche. En algunas zonas de Rusia se echaban estas ranas en cubetas de leche para que no se estropeara. Puede sonar extraño, pero realmente funcionaba.

La piel de la rana esta impregnada con una sustancia que actúa como un antibiótico. Esto hacía que las bacterias en la leche fueran mantenidas a raya. Al impedir que las bacterias entraran en juego, la leche se conservaba mucho más tiempo. Aunque mucha gente haya puesto cara de asco, era realmente un método eficiente.

2 – Antes del papel higiénico el modo de limpiarse era más áspero

Hoy en día el papel higiénico es algo que tenemos como algo normal pero imprescindible. ¿Cómo limpiarse después de ir al baño? Ya hemos contado en otro artículo como los romanos se limpiaban con un palo con una esponja en la punta. Los griegos lo hacían con piezas de vasijas que rompían para tal fin.  En el siglo 19 las costumbres eran diferentes, y en las granjas uno de los métodos más usados era limpiarse con mazorcas de maíz. No fue hasta más tarde donde se dieron cuenta que la gente se limpiaba con las hojas de las revistas. ¿Por qué no crear un papel justo para ir al servicio? Por suerte en 1857 el papel higiénicos se empezó a fabrican para todo el mundo.

3 – Antes de los despertadores había otro sistema para levantarse

Había muchas formas de levantarse por las mañanas sin un despertador. En las ciudades y pueblos había campanarios que avisaban por la mañana de la hora que era. En las granjas los gallos eran los “despertadores” oficiales. Una de las maneras más raras que había antes para despertarse pronto por la mañana, era bebiendo mucha agua antes de acostarse. La idea era que el agua les hiciera orinarse al amanecer y hacer que se levantaran. En otros países era más sencillo. Había un oficio que se dedicaba a levantar por la mañana a la hora solicitada. A la hora señalaba llamaban a la puerta de quienes contrataban sus servicios.

4 – Cuando no existía la luz artificial

Cuando no existía la electricidad y otros métodos más antiguos para iluminar las casas, los hábitos de dormir eran diferentes. Se dormían seis u ocho horas del tirón mientras todo estaba oscuro. Al introducirse otros medios de tener luz, como las lámparas de gas, las cuales iluminaban mucho más que las velas, los hábitos del sueño cambiaron. Mucha gente se despertaba por la noche y hacía cosas y luego se acostaba de nuevo. La luz artificial nos ha dado mucha comodidad para ver mejor por la noche. Sin embargo, también nos ha cambiado la forma que teníamos de dormir hace algunos siglos.

5 – Antes de los ordenadores las personas eran las calculadoras

¿Qué se hacía antes de que existieran los ordenadores? Lo cierto es que si existían ordenadores, pero eran humanos. Para operaciones muy complicadas se contrataba a gente experta con un gran conocimiento en matemáticas y otras materias. Era un trabajo muy tedioso con largas horas de cálculos matemáticos. Era normal que el trabajo se hiciera en turnos seguidos. Estos “cerebros” se usaban para un gran número de cosas, incluso para cálculos de astronomía. Claramente la llegada de las computadoras hizo el trabajo mucho más llevadero y fácil.

6 – Antes de los cepillos de dientes la cosa era diferente

Antes de la invención de los cepillos de dientes la gente se tenía limpiarse de otra manera. Se probaron muchas cosas y algunas bastante raras. Dependiendo del país, los sistemas eran muy peculiares. Por ejemplo, en China se usaban pelos de cerdo para limpiarse los dientes. En otros sitios se masticaban ciertas hierbas. Los romanos incluso se aclaraban los dientes enjuagándose con orina.

Algunas culturas lo hacían de un modo más drástico y también más doloroso. Los griegos por ejemplo usaban un polvo que era el resultado de machacar huesos y conchas marinas. Durante la revolución industrial en Inglaterra se usaban ladrillos y porcelana machacados para frotárselo en los dientes. No podía ser nada bueno para la mayoría de las dentaduras.

7 – Antes de los trenes la hora no tenía tanta importancia

La invención de los trenes sirvió para algo más que el transporte. Antes de su invención había relojes de varios tipos y se sabía la hora que era en cada momento. Sin embargo, hasta que empezaron a circular trenes no era tan importante. No había mucha preocupación de que hubiera un estándar. Con los trenes todo esto cambió, ya que era importante tener el tiempo controlado para la salida y llegada de los trenes.

Todo empezó en Inglaterra en los ferrocarriles de la Great Western Railway. Pusieron todos los relojes configurados a una hora estándar. Esto hizo que toda una generación se empezara a preocupar en la hora que vivían al minuto. Todo esto influenció en otras muchas cosas como por ejemplo la apertura de los comercios. Parece que los trenes cambiaron muchos más hábitos de los que pensamos.