La ciudad romana del Vaticano es una más que una ciudad. Es un estado independiente dentro de Roma y es considerado el país más pequeño del mundo. Su población no llega a las mil personas y solo la basílica de San Pedro abarca el siete por ciento de su superficie. Como todos sabrán, es donde viven los Papas al albergar la Santa Sede, que es la base de la Iglesia Católica. Es un micro estado dentro de Europa y no tiene que dar demasiadas cuentas a los demás países. Al ser le referencia de todos los católicos del mundo, no se suele cuestionar lo que hacen o dicen. Sin embargo, hay algunos secretos que se han ido desvelando con los años, y que muchos no recuerdan. A la iglesia no le interesa que ciertas cosas se aireen demasiado y finalmente quedan en el olvida. Estos son algunos de los secretos más oscuros que tiene el Vaticano.
Indice de Contenidos
1 – El oro de los Nazis y el banco en el Vaticano
En la segunda guerra mundial el Vaticano fue un país neutral. Sin embargo, hay un documento del departamento del tesoro que fue escrito en 1946 que establece que el Vaticano mantuvo y movió mucho oro que pertenecía a los nazis. Este documento salió a la luz a finales de los años noventa y el oro que había en el banco del vaticano ascendía a unos 250 millones de dólares de ahora. Según reveló este documento, el oro estuvo en el banco de esta entidad y luego fue trasladado a España y Argentina, donde los nazis huyeron perseguidos por crímenes de guerra. El oro que el banco del Vaticano guardó era perteneciente a rodos que se habían cometido a los serbios y judíos por los Utashe, que estaban al mando de los nazis en Croacia.
Al final de la guerra los Utashe comenzaron a traspasar al Vaticano el dinero que habían obtenido de sus campañas de limpieza étnica. También se envío mucho dinero aparte del oro, donde se calcula que fueron unos 400 millones de dólares. Este dinero se usó para luego para mantener a los exiliados de los Utashe que habían tenido que huir también fuera de Yugoslavia.
2 – Los peculiares juicios internos que tiene el Vaticano
Los sacerdotes católicos tienen el permiso de dar la absolución incluso en casos donde los crímenes son terribles. Da igual si el crimen es un asesinatos de una o varias personas, ya que el sacerdote puede dar el perdón. Si se ha cometido una matanza o genocidio, el criminal puede pedir perdón en confesión y darle la absolución. El sacerdote tampoco podrá ir a la policía por horrible que haya sido el acto cometido. Sin embargo, hay ciertos pecados donde un simple sacerdote no puede dar el perdón o absolución. En estos casos se tiene que recurrir a un tribunal especial que hay en el Vaticano.
Existe un tribunal en el Vaticano que se llama La Sagrada Penitenciaría Apostólica que se encarga de los pecados más graves. Fue establecido en 1179 por el Papa Alejandro III y los casos de lo que se encargan han sido un secreto durante gran parte de la historia. Sin embargo, hace unos pocos años la Iglesia Católica quiso dar una muestra de transparencia y reveló cuales eran este tipo de pecados. Dos de ellos pueden ser cometidos por cualquiera, donde el primero es la profanación de la eucaristía. Esto es porque es el cuerpo y sangre de cristo según los católicos. El segundo pecado es intentar matar al Papa. Los otros tres pecados solo pueden ser cometidos por sacerdotes, o incluso alguien que está de camino de ser cura. Una es si un sacerdote revela un secreto de confesión. La segunda es que no pueden tener sexo con alguien y luego confesarle. El tercer pecado es que alguien que quiere tomar los votos y se ha visto envuelto en un aborto.
3 –El caso del banco Ambrosiano
El banco del Vaticano es conocido como el instituto de trabajos religiosos y hasta el año 1989 el presidente fue el obispo Paul Marcinkus. Antes de esto había jugado sido jugador de futbol americano y también guardaespaldas del Papa Pablo VI dada su gran corpulencia. Sin embargo, se le recuerda por el escándalo que se inició en 1982 con el bancarrota del Banco Ambrosiano. Era uno de los bancos privados más grandes de Italia. Poco después el presidente del Banco y un amigo personal de Marcinkus aparecieron muertos colgados de un puente en Londres. Se pensó que era un suicidio pero luego se comprobó que fue un asesinato.
Hubo cinco personas relacionadas con este hecho aunque todas fueron absueltas. Las investigaciones llevaron a que al mayor accionista del Banco Ambrosio era el Vaticano y había traspasado dinero de ese banco a diez compañías blindadas. También había rumores de que muchos accionistas de ese banco eran mafiosos o incluso grupos masónicos.
Cuando las autoridades quisieron interrogar al obispo no quiso cooperar en absoluto. Se negó a salir del Vaticano y no quiso contestar a ninguna pregunta alegando inmunidad diplomática. Finalmente fue imputado pero nunca llegó a juicio porque se retiraron los cargos. Siguió siendo el presidente del banco Vaticano otros siete años. Este escándalo se pudo ver representado en la película “El Padrino 3” donde el Papa Pablo I fue asesinado por la mafia. Solo fue Papa por 33 días y murió de un ataque de corazón en su cama. Nunca se hizo una autopsia por lo que hay rumores de que fue asesinado. El motivo fue que este Papa estaba dispuesto a acabar la relación de la Iglesia con la banca privada.
4 – Los exorcismo según el Vaticano
Hoy en día con tantos avances que hay en la ciencia y medicina, es difícil pensar que sigan existiendo los exorcismos. Sin embargo, según varios antiguos sacerdotes del Vaticano se siguen haciendo el todo el mundo. Aparte de sacerdotes especializados haciendo estos rituales, dos Papas han hecho sendos exorcismos en el Vaticano. El primero fue en 1982, donde el Papa Juan Pablo II hizo un exorcismo sobre Francesca Fabrizi. Durante la sesión la chica cayó al suelo y empezó a llora, por lo que el diablo había salido de su cuerpo. Francesca tuvo una vida normal con marido e hijos. Este mismo Papa hizo otro exorcismo en el año 2000 aunque en este caso necesitó ayuda de otros sacerdotes más experimentados.
El segundo exorcismo hecho por un Papa fue en el año 2009 por Benedicto XVI. Lo hizo con dos hombres que no paraban de aullar en una congregación semanal que hacía la iglesia. El Papa los bendijo y cayeron al suelo fulminados, aunque despertaron ya curados de su “posesión”.