Se puede decir que el tristemente famoso muro de Berlín fue uno de los mayores símbolos que representaron los años de la guerra fría. La Unión Soviética se hizo con el poder en la llamada Alemania Este, y lo llamaron el muro para protegerse del fascismo. Según ellos el muro era necesario para detener a espías del oeste que se introdujeran el Berlín Este. Por otro lado la Alemania Oeste estaba controlada por los aliados, especialmente Estados Unidos.

Curiosamente, los Estados Unidos estaban preocupados de que los soviéticos pudieran comenzar una guerra interna en el país. Por este motivo, se estuvieron mandando tropas a la zona oeste durante mucho tiempo. Incluso John F. Kennedy envío más soldados a Berlín Oeste. Tuvo que pasar tiempo para que se convencieran que la posibilidad de una guerra en territorio alemán no era real. Te contamos algunas cosas del muro de Berlín que posiblemente no sepas.

1 – Realmente no se separó Alemania

Hay una creencia que está muy extendida entre la gente y que está muy equivocada. El muro de Berlín no separaba la Alemania del Este de la Alemania del Oeste. Este muro solo sería para separar el Berlín del lado Oeste del Berlín del lado Este. Pro si no lo sabías, el Berlín Oeste estaba dentro del Berlín Este. Sabemos que puede resultar algo lioso, pero sabiendo como se separaron ambas Alemanias lo clarifica un poco.

Al final de la segunda guerra mundial los aliados accedieron a dividir Alemania en cuatro zonas ocupadas. Cada zona sería controlada por Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido y Francia. Aparte de esta separación, Berlín fue separa en cuatro sectores. El tema era que Berlín estaba bajo la ocupación soviética y esto hizo que las otras tres naciones hicieran sus separaciones de Este y Oeste. La frontera real entre estas Alemanias separadas era de unos 1300 kilómetros de largo, pero el muro realmente estaba en Berlín. Tenía algo más de cuarenta kilómetros de largo y no se extendía por el país.

2 – Realmente había dos muros

Otra cosa que no saben o recuerdan muchas personas hoy en día era que no había una sola pared. Lo cierto es que había dos muros paralelos que estaban separados por unos cien metros. El primer muro se empezó a construir a principios de los años sesenta, y el segundo poco después. Lo que había entre los dos muros era “tierra de nadie” y de hecho muchos lo empezaron a llamar la franja de la muerte. El motivo era porque nadie tenía permitido estar en este espacio entre los dos muros.

Como podrás imaginar, las personas que eran sorprendidas en este vació entre los dos muros corría el riesgo de ser disparado y morir. En este espacio se derribó todo lo que existía y luego se rellenó de grava para que quedaran las huellas de los que intentaban escapar. También se pusieron focos por toda la línea de ambas murallas y así vigilar que la franja de la muerte no fuera ocupada. De todos modos, hubo una excepción en esta franja, lo cual contamos a continuación.

3 – Una iglesia se quedó entre ambos muros

Todo lo que quedó entre ambos muros quedó destruido, aunque hubo uno que se libró. Fue la iglesia de la reconciliación y lo que pasó es que nadie podía visitarla al estar en zona prohibida. Lo que pasó es que cuando Berlín fue partida en varias zonas la iglesia quedó entre los sectores franceses y soviéticos. Antes la iglesia había estado en terreno soviético y no había problemas pero con la partición la congregación quedó aislada del tempo. No la podía visitar nadie de un lado o del otro. Esto supuso un problema para todas las partes ya que se convirtió en un símbolo de polémica.

Por un lado, el Berlín Oeste decía que la iglesia representaba la opresión por parte del lado soviético. El lado Este de Berlín empezó a tener muchas protestas tanto del otro lado del muro como internamente. El lado soviético se empezó a poner nervioso por este motivo, y las protestas comenzaron a hacer mella. Al final se decidió derribar la iglesia  Se empezó el derribo a mediado de los años ochenta. Hubo muchas medidas de seguridad pero al final hubo un gran revuelo donde la iglesia salió reforzada.

4 – El metro subterráneo también se vio afectado

El muro de Berlín estaba a al vista de todos en la superficie de la edad. Sin embargo, también afectó a lo que pasaba debajo de la gran ciudad. El sistema de transporte ferroviario se vio separado por este muro, y se empezaron a separar estaciones y líneas de metro. El problema es que las líneas de los trenes no se podían separar de forma tan fácil como poniendo un muro. Para evitar que se usaran los túneles subterráneos para pasar de un lado a otro del muro, se sellaron las estaciones  y se pusieron alarmes de espino en los túneles. También se pusieron alarmas para detectar quién se atrevía a pasar por los pasadizos del tren.

5 – Se hizo un muro adicional para separar un pueblo

Cuando Alemania fue separada hubo varias divisiones que quedaron de un amanera extraña. Una de ellas fue a la altura del río Tannbach que pasaba por un pueblo llamado Modlareuth. Esta frontera creada estaba separada por fuerzas soviéticas y estadounidenses. El problema era ¿Cómo se puede separar un pueblo que lleva unido toda la vida? Los habitantes del pueblo no podían entender como podía estar pasando algo así. De repente su tranquilo pueblo se tenía que separar edificando un muro que no comprendían.

Lo que se hizo en un principio fue poner una valla hecha de madera en lugar de un muro de piedra. Sin embargo, a mediados de los años sesenta se puso un muro de cemento de 3 metros de alto. Algo simular a lo que se había puesto en Berlín. Esto dejó separadas familias enteras que habían vivido juntas durante generaciones. Por si fuera poco, al tiempo se pusieron vallas metálicas electrificadas para que el pueblo quedara separado. Un caso extraño y curioso que nadie comprendía ni siquiera con el paso de los años.

6 – La fuerte protección de la franja de la muerte

Alguien puede estar pensando, “no tenía que ser tan difícil pasar de un lado a otro del muro”.  Pues lo cierto es que era bastante complicado. Ya se ha dicho que esta franja entre dos muros paralelos separados por unos 100 metros era zona prohibida. Lo cierto es que esta zona estaba protegida de una manera bastante radical. Si se llamaba la franja de la muerte no era por darle un nombre impactante. Era porque era realmente una zona donde vivir o morir era algo sin importancia.

Las medidas de seguridad puestas entre ambos muros paralelos consistían en miles de perros entrenados, los cuales se llamaron los “perros del muro”. Estaban preparados para hacer pedazos a cualquier que se atreviera a cruzar la corta distancia de ambos muros. Había varias razas, entre las que se encontraban los pastores alemanes, Gran Danés y Rottweiler. Había más razas, pero estas eran las principales.

Lo que muchos no saben es el triste destino que tuvieron estos perros. Cuando finalmente el muro de Berlín cayó, se pensó mucho en qué hacer con estos feroces perros entrenados para matar. El adoptarles fue algo que se pensó, pero la gente pensaba que podían seguir siendo muy peligrosos. Aunque la protección animal en Alemania insistió en no matarlos, finalmente los perros guardianes del muro de Berlín fueron sacrificados. La parte “buena” fue que la protectora de animales dio las sustancias químicas para matarlos sin sufrimiento. De otra manera los hubieran electrocutado.

7 – Algunos políticos de la era moderna se oponían a tirar el muro de Berlín

Algunos políticos se resistían a que el muro de Berlín fuera echado abajo. Los que más se opusieron fueron la primera ministra británica Margaret Thatcher y el presidente francés  Francois Mitterrand. No querían la reunificación de Alemania recordando que habían estado en guerra con este país en dos ocasiones. Decían que si lo habían hecho dos veces lo podría hacer una tercera. Hizo todo lo posible para que el Reino Unido se opusiera pero no la hicieron caso.

Por su parte Mitterrand no se fiaba de los alemanes en general. Tenía miedo que una Alemania unida de nuevo podría influir en el resto de Europa. La verdad es que tenía razón viendo la actualidad. Estuvo al lado de Margaret Thatcher  en la oposición. Sin embargo, con el tiempo cambió de opinión y pensó que era bueno para Europa que Alemania estuviera dentro.

8 – Hoy en día Alemania sigue estando dividida

El muro de Berlín no solo se trataba de separar la ciudad con una muralla y paredes. Era también algo ideológico y esto es algo que todavía se puede notar. La parte Oeste de Alemania era la capitalista y la Este la comunista. Esto es algo que no desaparece de la mentalidad de la población tan fácilmente. Incluso la ciudad de Berlín sigue mostrando las diferencias en algunas cosas. Un ejemplo son las luces usadas en cada una de las partes de la ciudad. En el lado Oeste la luz es verdad y en la Este es amarilla. Son cosas que han quedado de la antigua situación.

También se nota en la economía, ya que la parte Este se desarrolló mucho más industrialmente hablando. Por este motivo muchos alemanes de la zona Este migran a la Oeste para encontrar trabajo, y esto sigue ocurriendo hoy en día. Esto también ha ayudado a que el nivel de desempleo en Alemania del Este haya bajado mucho.

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