San Valentín, esa fiesta comercial que algunos odian y otros aman

foto-1Esta es la historia de Lucy Manley, ciudadana británica que, después de gastarse la cifra de 10 mil libras en conseguir traer a su marido extranjero, este la traiciona y de qué manera.

Tras conocerse en 2009, en un Resort en Egipto, esta profesora anglosajona cayó presa de las flechas de cupido, enamorándose irremediablemente.

“Al principio pensaba que era algo grosero, pero había algo en él que me hizo cegarme completamente” – relata la joven de 32 años.

Tras su última visita, ocurrió algo que Lucy llevaba esperando

En Diciembre de ese mismo año (tras varios meses escribiéndose email) Lucy decidió acceder a la propuesta de matrimonio que le hizo Abby, el otro protagonista de esta historia.

Se lo propuso mientras ella fue de visita de nuevo a Egipto, en donde compartieron su primer beso.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce

“Al principio le dije que no podía casarme, pero estaba viviendo en mi nube y no me dí cuenta de nada, por lo que terminé accediendo”- admitió Lucy.

La boda, que nada tuvo de romántica, se llevó a cabo en una oficina de registro civil, en plena penumbra y con problemas de papeleos.

“Cuando llegamos a casa de sus padres, el ambiente fue muy frío, por lo que terminé yendo a la cama temprano. Desde luego no era así como imaginé mi noche de bodas”.

Los dos años siguientes, Lucy comenzó su periplo para traerse a su marido a Reino Unido

foto-2Tuvo que demostrar que podía mantener económicamente a su marido, el cual no tenía trabajo en el país, por lo que Lucy trabajó en dos trabajos distintos para llegar a la cifra de 6000 libras y poder demostrar a la Oficina de Registros de Reino Unido que sí podía hacerse cargo de su pareja.

En todo ese tiempo, voló hasta 10 veces a visitar a su marido, ni una sola visita por parte de él fue devuelta.

“Estaba absolutamente exhausta, trabajando de vendedora por el día y de taxista por la noche. Llegue a tener una jornada que empezaba a las 8 de la mañana y terminaba a las 2 de la mañana del día siguiente”.

En 2011 llegó el día esperado, Abby consiguió un permiso temporal

“Cuando le recibí en el aeropuerto estaba muy nerviosa, peor tras abrazarnos lloré de la emoción porque sentía que todo lo que había pasado había merecido la pena”.

Lucy desembolsó 4000 libras para conseguir dicho visado, todo parecía ir sobre ruedas, incluso estaban ya hablando de tener hijos.

En Octubre de 2013 consiguió su permiso de residencia permanente

Lo que en principio parecía ser el paraíso alcanzado para la pareja, se convirtió en un infierno.

En las semanas posteriores se volvió frío y distante. “Se marchaba hasta altas horas de la noche sin decirme a dónde iba ni dónde estaba”.

Todo salió a la luz el año pasado, el día de San Valentín

Lucy encontró unos mensajes en el móvil de su marido, que indicaban que estaba teniendo una aventura con otra mujer llamada Helen.

No solamente eso, sino que había tenido relaciones sexuales incluso con una vecina cercana, mientras su mujer se iba de vacaciones.

Él admitió los hechos y comenzaron los trámites de divorcio.

Estaba saliendo con dos mujeres al mismo tiempo

En el juicio, las tres mujeres afectadas se dieron cuenta de que Lucy y Helen lo conocieron casi al mismo tiempo, poniéndole de excusa a Helen de que solo estaba con Lucy para conseguir la ciudadanía británica.

Lucy trata de mirar hacia delante y dejar atrás este mal recuerdo; “este San Valentín lo pasaré con mi mejor amiga de vacaciones, aunque todavía tengo la esperanza de formar una familia y ser feliz, me costará mucho volver a confiar en los hombres”- admitió.

Este es un mensaje para todas las parejas; cuando encontréis a alguien que os quiera, no lo dejéis escapar, porque Abbys en este mundo por desgracia hay muchos.

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