Hoy vamos a ver una curiosa tradición que viene directamente de California. Todos los años muchos pianos se oxidan o cogen moho en sótanos de muchas casas. Este no es el caso del pueblo de Winters, donde se les da un uso algo más divertido. Se elevan a una altura de 18 metros del suelo y luego se dejan caer de golpe frente a un entusiasmado público. Esto se ha convertido en una tradición en el pueblo, aunque es bastante reciente. La última se ha hecho en este mismo año 2016 y es la tercera vez que se hace. Aun así, hay más cosas que se hacen antes de destruir el instrumento musical.

Antes de caer al vació, el piano se dejan en medio de un parque público para que cualquier lo pueda tocar. Se deja durante todo el año, y queda expuesto a los elementos. Le llueve encima y luego es secado por el sol. Los niños se divierten con el piano aporreándolo y otros simplemente practican lo que saben. A final de año el piano está bastante desgastado. Aun así, se le rinde tributos al instrumento antes de ser elevado por la grúa. Media hora antes de destrozarlo, hay un rápido concierto por músicos profesionales para el disfrute de todo el mundo.

Después del mini concierto el piano es tirado desde la grúa. Una vez destrozado en el suelo, todo el mundo y sobre todo los niños, corren para coger un recuerdo del instrumento. Lo más solicitado son las teclas, como se puede ver en el video. Ahora solo queda poner otro piano en el parque y esperar al próximo año para repetir la tradición.

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