La Organización Mundial de la Salud ha sido determinante en su posición acerca de cómo las modificaciones en la forma de enfrentar la vida influyen sobre nuestra salud. Han sido numerosos los estudios que apuntan a que poniendo en práctica ciertos cambios se pueden revertir los efectos nocivos que son propios de la sociedad en la que nos desenvolvemos. Ahora bien, eso de “Estilo de vida” no es un concepto reciente. Ya han pasado más de cincuenta años desde que los sociólogos empezaron a hablar del tópico de estilos de vida saludables. Pese a la afirmación anterior, la inclusión de los estilos de vida en los debates de las autoridades en salud no es tan reciente.

Eso último tiene una explicación más o menos simple, sucede que la mayoría de los sistemas sanitarios del mundo siguen un modelo biologicista del que el modelo biomédico es fiel partidario. En palabras sencillas lo que sucede es que prevenir las enfermedades no siempre ha sido la prioridad para la medicina moderna. En sus inicios esta ciencia consideraba al ser humano como un conjunto de partes que eran susceptibles de enfermar, de esa manera solucionando la “avería” de un órgano determinado se podría restablecer la salud. Transcurrieron cientos de años hasta que ese dogma fuera descartado y se pasara a un modelo más integral en el que la prioridad fuera conservar el bienestar biológico, psicológico y social.

No se debe entrar en mayores diatribas, es decir, prevenir las enfermedades, curar las enfermedades es algo muy importante pero hoy en día la esencia de la práctica médica debe ir de la mano con invertir más recursos en adoptar estilos de vida saludables que promuevan la conservación de un buen estado de salud.

ASPECTOS DE LA VIDA QUE DEBEN CAMBIAR

vida saludableEl primer ítem que debe ser modificado en el camino hacia la adopción de un estilo de vida saludable debe ser la comida, ¿Por qué es imprescindible comenzar por aquí? La respuesta a esa interrogante es simple y elemental: Somos lo que comemos. Así es, los alimentos que ingerimos van a perpetuar una serie de estigmas en nuestro cuerpo que van a hacer la diferencia entre vivir hasta los noventa años o morir antes de los cuarentas. Esto último puede ser un poco difícil de entender, pero basta con imaginar a alguien que se come una hamburguesa gigante con doble ración de papas fritas, ahora procede a pensar en la cantidad de grasa dañina y carbohidratos que le está dando a su cuerpo de una sola vez.

Si llevaste a cabo el ejercicio seguro te fijaste en que después, todo ese excedente de calorías, se transforma en grasa que se asienta en el abdomen y en las paredes de las arterias donde va a aumentar el riesgo de infarto al corazón o al cerebro.

Lo importante aquí es que hagas lo posible porque tus comidas incluyan alimentos de todos los grupos alimenticios, que tu dieta sea rica en frutas y verduras también resulta beneficioso para el organismo. En este punto vale la pena que consultes con un especialista en nutrición que te asesore porque las necesidades de cada quien son muy variables.

mantener una vida sanaPracticar ejercicios. No le debes tener miedo a este punto, o sea, muchas personas creen que el asunto está ligado a rutinas de ejercicios absurdamente agobiantes pero no es así. Los especialistas recomiendan la realización de ejercicios cardiovasculares que no necesariamente incluyen el levantamiento de pesas. Es decir, es suficiente con salir a caminar, cuando menos, treinta minutos al día para obtener todos los beneficios.

Así, tan sólo con dar unas cuentas vueltas alrededor del parque de tu ciudad vas a poder disminuir tus niveles de colesterol, producir más endorfinas que te harán una persona más feliz, poner en marcha a tu corazón, agilizar la movilidad del sistema digestivo y como si fuera poco, mediante la expulsión del sudor desintoxicas tu organismo. Como en el punto de la comida, es preciso que consultes con un profesional que certifique que puedes llevar a cabo actividades físicas.

adoptar estilos sanosEstos dos pilares; dieta y ejercicio deben complementarse con medidas que busquen reducir los niveles de estrés. En exceso ese último factor puede influir negativamente en el cuerpo y hace que los avances conseguidos por medio de los otros cambios se vengan abajo por lo que haz todo lo posible para evitarlo.

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